La mayoría de la población cree que los adivinadores y los llamados investigadores de los fenómenos ovni o paranormales pertenecen al mundo de la ciencia, de acuerdo con una encuesta. Destaca que la gente confía más en la fe. Consideran que deberían destinarse recursos para el combate a la pobreza

CINTHYA SÁNCHEZ

El Universal
Jueves 29 de marzo de 2007

La astróloga Madam Sazú, el investigador del fenómeno ovni Jaime Maussán y el estudioso de lo paranormal Carlos Trejo, El cazafantasmas son considerados científicos para la mayoría de la población, pues seis de cada 10 mexicanos piensa que la astrología es una ciencia y casi la mitad de las personas define en este mismo rubro a la parasicología.

De acuerdo con la última Encuesta Nacional sobre Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología en México realizada en 2005 por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), ocho de cada 10 personas confían más en la fe que en la ciencia, porque además de que se contrapone con sus creencias y costumbres, su impacto provoca un cambio acelerado en sus vidas.

Para ellos también el desarrollo tecnológico "es una forma de vida artificial y deshumanizada", por lo que consideran que existen otros medios no reconocidos científicamente, pero adecuados para el tratamiento de enfermedades.

En la encuesta que forma parte del Informe General del Estado de la Ciencia y la Tecnología 2006, se afirma que muchas de estas percepciones se deben a la influencia de los medios de comunicación, los cuales difunden como reales los poderes síquicos de algunas personas, la existencia de objetos voladores no identificados (ovni) y la suerte que poseen ciertos números.

Por ello, no es raro que cuatro de cada diez mexicanos consulten "sistemáticamente" su horóscopo o carta astral y tengan un número de la suerte.

La desinformación y asociar temas que nada tienen que ver con la investigación científica se convierte en un obstáculo para que la ciencia se desarrolle y obtenga mayores recursos e incentivos de las organizaciones privadas y públicas, concluye el estudio

Desarrollo que causa temor

En cuanto a la clonación, un tema de debate actual, 77.9% de las personas han oído hablar de ella, pero la mayoría cree que es la réplica exacta de un ser vivo, lo cual les infunde temores y sentimientos encontrados y desconocen que en realidad se trata del proceso de hacer copias de un fragmento específico de ADN, generalmente un gen, por ejemplo en el caso de la insulina para uso humano.

Sin embargo, 75.4% de los que han escuchado hablar de la clonación está de acuerdo en que se reproduzcan a partir de ella órganos y tejidos humanos para su aplicación en tratamientos médicos.

Otro aspecto que contiene el documento, es que mientras la mayoría (91.7% de la población) percibe a la medicina como muy científica o científica, seguida por la física (81.6%) y la biología (80.5%); más de la mitad de los mexicanos (55%) tienen poca confianza en los científicos, pues piensan "que por su conocimiento tienen un poder que los hace peligrosos" y consideran que debe haber intervención gubernamental que los regule en ese sentido.

Entre los sectores que la sociedad considera como excluidos de la investigación científica están las mujeres, pues 96.6% de las personas piensa en que debe incrementarse su participación en la ciencia, además, el mismo porcentaje dice que es necesario incrementar la vinculación entre los investigadores mexicanos y los extranjeros.

El estudio también muestra que, en orden de importancia, las cinco profesiones de mayor respeto en México son médico, profesor, investigador científico, deportista y arquitecto.

Medios que atrapan atención

En México, casi la mitad de sus habitantes se interesa en los deportes (45%) y es un tema del que está bien informada, contrario a la política que sólo a 21% de la población se interesa en ella y la ciencia, con 39%.

Además, casi el total de la población mexicana ve televisión, sólo 4.8% no lo hace y la mayor parte de las personas se enteran de temas científicos o tecnológicos por medio de ella, y en segundo y tercer lugar por la radio y los periódicos.

Por ejemplo, saben que la afirmación de que "fumar es causa de cáncer" es verdadera porque lo dice la televisión, sin embargo la afirmación que peor calificación obtuvo es la referente a la utilidad de los antibióticos para matar bacterias y virus, pues sólo fue respondida correctamente por 16.8% de las personas.

También destaca que el crecimiento anual del uso de computadoras que se han convertido en un instrumento cotidiano para trabajar, investigar, divertirse y comunicarse. En la actualidad 61.1% de los mexicanos que acceden a una computadora los hacen en el hogar y 47.3% de ellos acceden a intenet.

Sin embargo, ocho de cada 10 mexicanos que cuentan con ese servicio lo hacen para consultar su correo electrónico, por lo que es el uso más común, le sigue la consulta de temas de actualidad con más de seis personas y en tercer sitio se encuentra la consulta de páginas de entretenimiento, con cinco de cada 10 individuos.

La información científica o tecnológica ocupa el sexto lugar en sus prioridades cuando navegan por la red, señala el estudio aplicado a más de 100 mil habitantes de 32 ciudades de la República Mexicana.

En México, el principal agente que financia las actividades de investigación y desarrollo es el gobierno en sus diferentes niveles (federal, estatal y municipal), con 56.1% del total del gasto de las actividades. En otros países la participación en el gasto es al revés, por ejemplo, en Japón el gobierno financia 18.1%; en Estados Unidos el 31%, y en Alemania el 30.4%. En todos los casos, la asignación de recursos públicos a la investigación es parte de una serie de debates en los poderes ejecutivo y legislativo.

En general, las personas perciben que el gobierno no gasta lo necesario para mejorar situaciones más relevantes para el país que la ciencia; 83.5% considera que el combate a la pobreza y la atención a adultos mayores es prioritario por encima de la ciencia y que no se le destina dinero.

Finalmente, muy pocas personas asisten a otras fuentes de información y divulgación científica como museos, acuarios y exposiciones industriales, entre otras, las cuales a pesar de su difusión cuentan con muy poca participación.

Fuente:

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/149725.html

 

Saber que las naciones más desarrolladas del mundo fincaron su progreso en la aplicación del conocimiento científico y que las que le siguen, los gigantes y las potencias medias de Asia, propician la investigación aplicada como método de desarrollo es un llamado de atención a la conciencia popular mexicana que confunde ciencia con espiritismo.

Mario Molina Pasquel, el mexicano que compartió en 1995 el premio Nobel de Química por su descubrimiento del agujero en la capa de ozono, es la prueba más contundente del potencial científico que tenemos los del pasaporte verde.

El interés de Molina por la ciencia se despertó cuando siendo un niño vio a través de un microscopio de juguete una célula.

Ahora, determinados por sus tempranas, permanentes y limitadas experiencias, muchos mexicanos consideran científicos a Jaime Maussán, popular relator de episodios de presuntos objetos voladores no identificados; Carlos Trejo, especie de cazafantasmas; y Madam Sazú, síquica que en breves consultas telefónicas de hasta mil pesos da números para ganar la lotería y solucionar problemas sentimentales, laborales y personales de cualquier índole y magnitud.

Una encuesta nacional sobre la percepción pública del conocimiento científico y tecnológico en México, realizada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, revela que ocho de cada 10 entrevistados confía más en la fe que en la ciencia.

La encuesta revela que de la ciencia se duda, y de las ciencias ocultas -nigromancia, espiritismo, astrología- se acepta todo.

El sondeo no busca fijar el nivel de ignorancia de los entrevistados, que ven en la clonación una réplica exacta de un ser vivo, en lugar del proceso genético de hacer copias de un fragmento de ADN, sino valorar el interés o la importancia que la ciencia tiene en la vida diaria de todos nosotros.

No podemos culpar a los mexicanos a quienes se preguntó en el ejercicio mencionado de que casi todo su interés sea para los deportes -es común que las conversaciones cotidianas comiencen con un intercambio elemental sobre el último partido de futbol, de ahí a veces se pasa a algún intercambio relacionado con la cultura y, en tercer lugar, se habla de ciencia.

Por qué habría de sorprendernos este orden de prioridades, si tenemos más estadios deportivos que museos, acuarios, zoológicos y galerías de arte, y no hay evidentemente programas de divulgación masiva de la ciencia, ni concursos ni atracciones que la tengan como tema central.

En la mayoría de las escuelas mexicanas, sin laboratorios ni talleres en funcionamiento, la enseñanza de la ciencia suele ser meramente teórica, carece de la fascinación ofrecida por ejemplo por la Historia de la química de Isaac Asimov, donde relata un verdadera saga de apasionantes aventuras, desde las arenas de Arabia hasta la energía atómica y la conquista del espacio, pasando por los avances de la medicina.

El reto en México para todos científicos, maestros, comunicadores, todos, es hacer de lo importante algo interesante para que la ciencia sea Molina y no Maussán.

Fuente:

http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/37145.html