En el penal de Tepepan están las inimputables, es decir, mujeres que cometieron un delito por un trastorno mental. "Más desobedientes, caprichosas y demandantes" que los hombres – según la subdirectora-, ellas habitan un espacio que parece asilo, sólo que la sala de visitas siempre está vacía

CLAUDIA ALTAMIRANO
El Universal
Jueves 08 de marzo de 2007

Para no soslayar el Día Internacional de la Mujer, funcionarias e internas del penal de Tepepan preparan una serie de eventos a llevarse a cabo hoy y mañana (8 y 9 de marzo). Los preparativos y el evento en sí mismo rompen con la rutina de un sitio que, pese a su aspecto tranquilo y por momentos acogedor, sigue siendo una cárcel, en la que las mujeres pagan una doble condena: la del delito que cometieron y la del mal que padecen, cuya verdadera dimensión y sufrimiento son conocidos sólo por ellas.

Mientras en el Cevarepsi todos los hombres se acercan a saludar a los visitantes y a su guía, extendiendo varias veces su mano, diciendo "Buenas tardes" y pidiendo salir en la foto, las mujeres de Tepepan son más bien reacias, algunas miran a la visita con desconfianza y ninguna pide ser fotografiada. Temen ser expuestas y que el rechazo de la sociedad sea aun mayor. Su experiencia con la prensa no ha sido del todo satisfactoria. Claudia, una mujer de más de 50 años que ha pasado los últimos 18 pagando por el homicidio de sus hijos, asegura que fue difamada en una seudoinvestigación realizada y televisada por Carlos Trejo, El Cazafantasmas.

Buscando material para su programa, Trejo entró a la casa que Claudia habitaba, pidió información sobre su caso y aseguró cosas que nunca sucedieron; pero la esquizofrenia paranoide de Claudia impide que pueda proceder una demanda por difamación. Por ello y a pesar de su gran amabilidad, su dulce voz y su impresionante belleza, Claudia no quiere hablar ni ser fotografiada.

Fuente:

http://www.eluniversal.com.mx/nacion/149077.html