El hecho de poder ver en la televisión a Adal Ramones todos los martes se ha convertido en una rutina por demás placentera para millones de mexicanos que disfrutan con las locuras de este señor. Hoy por hoy, su espacio ha demostrado ser el programa de entretenimiento y variedades más importante de los últimos años. Pero ¿en verdad este programa vale la pena? Viéndolo como el espacio que aleja y distrae un poco a las personas de sus vidas comunes y corrientes, Otro Rollo ayudará un poco y evitará que el público sufra de una depresión post-día.
   Tuve la oportunidad de ver por primera vez este programejo cuando se estrenó en la televisión abierta de la ciudad de México en canal 9 (hoy, extrañamente llamado Galavisión). La primera parte de su show se componía básicamente de monólogos en donde trataba (y sigue tratando) temas relacionados con los adolescentes en todas sus facetas. Parecía un programa que tal vez se alejaría un poco de los ya de por sí aburridos y ridículos programas de comedia que ya tanto había echado a perder Eugenio Derbez. Luego lo cambiaron a canal 5, donde ha permanecido muchos años y ha seguido creciendo trayendo a todo tipo de luminarias de la música. Entonces ¿cuál es el problema con este programilla?
   Lo primero que habría que aclarar es que el señor Adalberto Ramones no es un comediante, sino un simple y llano bufón de circo. Nunca ha manejado con maestría el arte de la comedia y divierte al público únicamente con ocurrencias de adolescente puberto. Sus monólogos y el resto de su bufonería radican en un pobrísimo juego con el albur, cosa que tiene éxito en un público que (sospecho) aún no sabe distinguir entre un buen y un mal juego de albures (Es una verdadera lástima que obras tan aclamadas como Sueños de un seductor hallan sido tan deterioradas con el humor fofo y vacío de este hombre).
ADAL RAMONES
Una de las cosas que más me ha llamado la atención es que todos los programas de variedades solamente buscan vender y tener mucho raiting. Es lamentable el hecho de que todos los sábados se transmite un programa de baile y juegos llamado Muévete cuya conductora, la actriz Maribel Guardia, diga abiertamente a los medios que con este tipo de espacios se está difundiendo la cultura cuando en realidad se está idiotizando a la población. Saco este tema a colación porque este argumento es manejado directa o indirectamente por todos los programas de variedades de Televisa. Asimismo, el programa del señor Ramones es un lugar más donde importa un comino la educación de la sociedad.
   La presencia de charlatanes en este espacio no se hace esperar. Las frecuentes apariciones del seudo-investigador Jaime Maussán llenan de ridiculez a la televisión mexicana y atrapan a un gran sector del público crédulo que no tiene una cultura científica apropiada para darse cuenta de que se le está engañando con mentiras muy bien disfrazadas de ciencia. La aparición de Carlos Trejo, otro charlatán, ha sido una de las mejores ideas que ha tenido Televisa para obtener un elevadísimo raiting. El señor Trejo, en cada emisión del programa, se sale con la suya al convencer a la mayoría del público de que los fantasmas son una realidad incuestionable cuando en realidad no usa mas que trucos de novato para engatusar a una sociedad deseosa de creer que hay vida después de la muerte. Esos dos señores que realizan supuestas investigaciones, en realidad nunca han sometido a la comunidad científica sus supuestas pruebas ya que no necesitan convencer a los científicos, sino a la gente común y corriente, para continuar con sus negocios tan exitosos.
   Mientras existan programas como este y seudo-cómicos como Adal Ramones, preocupados más por vender que por la educación del pueblo, seguiremos teniendo un mundo propenso a fraudes, a manipulación de las masas y sobre todo, a superficialidad en cuanto a contenidos televisivos.