En «El cáncer se cura», el doctor Germà Lluch cuenta muchas historias donde «pintaban bastos y acabaron siendo copas», es decir, los pacientes tenían muy mal pronóstico pero salieron adelante. Situaciones que ocurren todos los días gracias a los avances de la Medicina. Lo que no sucede más que muy raramente es que el cáncer desaparezca por sí solo. Es lo que se denomina una «remisión espontánea». Entre 1995 y 2000 se publicaron una veintena de artículos científicos sobre el tema. Algunos cálculos estiman se produce uno de estos fenómenos cada 130.000 o 140.000 casos diagnosticados. Curiosamente, la misma proporción que la que se registra en la página web del santuario de Lourdes, una curación por cada 130.000 peregrinos. Para el autor, es muy probable que parte de este «milagro» se deba a la actitud positiva del paciente.

Fuente:

http://www.larazon.es/noticias/noti_soc16419.htm