Un ingenioso desarrollo técnico combinando dos clases de tecnología más estrechamente de lo que hasta ahora estaban, puede cambiar para mejor diversos ámbitos de las telecomunicaciones en un futuro cercano.A Internet se la denomina a menudo como la superautopista de la información. Pero según lo ve John Badding, profesor de química de la Universidad Estatal de Pensilvania, la superautopista real es la fibra óptica que conecta a ordenadores de muchas zonas del mundo a la velocidad de luz. “La luz puede viajar alrededor de la Tierra siete veces por segundo”, subraya. “Y las fibras pueden encauzar cantidades torrenciales de información. Esto es lo que hace posible a la Internet que conocemos. Si no fuera por las fibras ópticas, nuestras vidas cotidianas serían muy diferentes”.

Las fibras ópticas típicas están hechas de vidrio flexible sumamente puro. Hasta un millar de fibras son agrupadas en un haz y envueltas con un revestimiento protector. Pero la fibra óptica es sólo un cauce por el que discurre la luz. Para cualquier cosa que se desee hacer con la información transportada por las ondas de luz, los fotones tienen que ser convertidos en electrones y enrutados a través de caros dispositivos semiconductores para conmutación y supervisión. Éste es un problema que ha lastrado durante años a la industria de las telecomunicaciones.

Badding y sus colegas, junto con Pier Sazio (del Centro de Investigaciones Optoelectrónicas de la Universidad de Southampton en el Reino Unido), parecen haber esquivado el problema de la conversión OEO (óptico-eléctrico-óptico), recurriendo a una solución OOO (en la que todo se realiza de manera óptica). Su logro se basa en un proceso para alojar los materiales semiconductores dentro de la fibra óptica, lo que básicamente se consigue insertando el hardware de conmutación y modulación dentro del tubo de cristal flexible de un espesor aproximado parecido al del hilo de una caña de pescar.

Este proceso abre un nuevo abanico de aplicaciones para estas fibras. Especialmente importante es la posibilidad de combinar funciones ópticas y electrónicas dentro de los mismos dispositivos de fibra.

El proceso puede revolucionar las telecomunicaciones y llevar algún día a la computación óptica, un sueño de muchos ingenieros por su velocidad fenomenal y por la posibilidad de conectar ordenadores directamente a fibras ópticas sin el procesamiento electrónico actual de las señales.

En esa meta final que es la computación óptica, en lugar de usar los electrones para procesar la información, se utilizarían los fotones. Eso todavía está lejano en el tiempo, pero resulta previsible que se acabará llegando a un nivel de progreso tecnológico en el que la electrónica será reemplazada por la óptica.

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http://www.amazings.com/ciencia/noticias/151206b.html