Por muchos años fui beatlemano y sí, lo digo sin ninguna pena. Con el paso del tiempo, las mismas canciones reproducidas una y otra vez finalmente me terminaron hartando e hicieron que buscara disfrutar otros estilos musicales no tan semi-clásicos.
   Una de las posibles causas de todo esto es que en la ciudad de México, existe un programa radiofónico titulado El club de los Beatles, el cual se transmite de lunes a viernes de 8 a 9 de la mañana (conducido por Manuel Guerrero) y su segunda versión de 1 a 2 de la tarde (conducido por Enrique Rojas). Escuchar diez horas a la semana las mismas canciones de los sesenta fue posiblemente la gota que derramó el vaso. Un problema es que hay cientos de versiones alternativas de las canciones que valdría la pena escuchar, así como toda una carrera discográfica como solista de cada uno de los integrantes del cuarteto de Liverpool que los locutores sencillamente han omitido y que en pocas ocasiones les han prestado mayor atención.
   Saco todo esto a colación porque hace poco recordé una emisión de este programa conducido por Enrique Rojas donde en la sección de comentarios y/o noticias se dijo una terrible barbaridad. Cuando tuve la oportunidad de platicar con el conductor en persona, este sencillamente no supo que decir cuando le manifesté que la información proporcionada al público era una verdadera estupidez.
Enrique Rojas
   ¿Qué fue lo que dijo este hombre que me molestó tanto? Resulta que en un espacio entre bloques de canciones en el programa ya mencionado, se dieron a conocer dos noticias científicas muy relevantes que había dado a conocer la señora Yoko Ono. En pocas palabras, ya teníamos a toda una verdadera periodista científica. La ex-viuda de Lennon primero había mencionado que en una prestigiosa Universidad, varios científicos habían comprobado la sensibilidad del agua. Según su reporte, cuando alguno de los investigadores metía un dedo en el agua y aparentaba escribir la palabra ángel, el vital líquido recordaba perfectamente el patrón trazado y reproducía la palabra con una serie de cristalizaciones (No me sorprende esto cuando hace poco me enteré que John Lennon era un gran amigo y seguidor de Uri Geller y de todo tipo de pseudociencias, en parte estimulado por su esposa). El problema con esto es que no hay ninguna prueba que confirme esta aseveración y posiblemente ningún científico serio daría a conocer algo como esto sin pruebas contundentes.
John Lennon y Uri Geller
   La segunda noticia pseudocientífica dicha por la señora Ono hablaba de que en otra prestigiada Universidad, varios científicos habían demostrado la comunicación telepática entre varios chimpancés; en especial, se descubrió que estos tenían su propio lenguaje mental. Lo primero que me viene a la cabeza es: ¿cómo se enteraron los investigadores de que los chimpancés tienen su propio lenguaje telepático? Si esto fuera cierto, la noticia ya hubiera dado la vuelta al mundo, y estos changos telepáticos ayudarían a los humanos a conocer muchos secretos entre ellos mismos. Definitivamente, la esquizofrenia de esta señora llegó a su peor faceta y posiblemente podría pensarse que artista conceptual es sinónimo de credulidad y necesidad de internar por seis meses a la ex-viuda del Beatle más polémico.