CIUDAD DE MÉXICO ;; – "Cañitas" es la calle de una casa embrujada, la más nombrada en toda la ciudad de México, porque el dueño el único sobreviviente escribió su experiencia y la publicó. Uno no puede estar en el interior sin imaginar al tenebroso ser que acabó con la vida de todos sus habitantes.

Carlos Trejo nunca se imaginó que  por un "simple juego  de ouija" en 1982 se desatarían terribles fuerzas maléficas en su casa que derivaron en una posesión demoníaca y años más tarde la vida de los participantes terminó de manera trágica.

"En 1982 me tocó ver a un ser que definitivamente no pertenecía a este mundo, era un ángel con mirada impresionante dentro de una habitación en donde estaban cuatro personas. Ese quinto elemento definitivamente no pertenecía ¡Fue un "terror impresionante!",  recordó Carlos Trejo.

En la casa vivían siete personas, cuatro murieron ahí, una de ellas fue la esposa de Carlos. Luego de la pérdida se alejó de la vivienda por 6 meses, a su regreso al entrar al comedor las puertas se empezaron a abrir y cerrar solas, tras la ventana se dibujó una silueta semejante a la de un monje.

A partir de ahí, Carlos comenzó sus investigaciones y se convirtió en un cazafantasmas. Así descubrió, según él, un crucifijo sepultado en el interior de la propiedad y tumbas de donde sustrajeron restos que mandaron a analizar y con la prueba del carbono 14 comprobaron que tenían 450 años de antigüedad.

Con un retrato hablado del ente que repetidamente se manifestaba conocieron que la vestimenta en la imagen correspondía a dos culturas diferentes, una era a la comunidad China asentada en la zona de Puente de Alvarado en el siglo XVI y la otra semejante al atuendo de los sacerdotes sefarditas, judíos religiosos, que se establecieron por Tacuba a mediados del siglo XVIII, según informó el Museo Nacional de Antropología e Historia.

El monje practicaba ritos satánicos, era un matón a sueldo, según se relata en el libro de "Cañitas" cuando poseyó a uno de los participantes del juego de la ouija, éste comenzó a lanzar obscenidades y maldiciones contra los presentes, es así como el maléfico ser penetra los hogares y extermina a sus habitantes.

El espíritu del monje satánico regresa cada diez años para extrañamente acabar con ;; la vida de las nuevas generaciones.

Carlos Trejo y su familia encontraron la solución con una bruja blanca, quien en un conjuro de hierbas y brebajes mágicos hechos ceniza pronosticó que en donde echaran los polvillos tras la primera persona que pasara por éstos el demonio se le introduciría para llegar al hogar y matar y destruir.

Mito, cuento, leyenda, paranoia, ¿quién sabe?, Carlos Trejo lo afirma y ya hasta lo publicó, vendió mil copias con esta historia.

En el libro se puede interpretar que Carlos Trejo sobrevivió porque hizo un pacto con el ser demoníaco y pese que Trejo niega que practica alguna religión y que él es un escéptico, en el libro se manifiesta que le pidió al ser le perdonara la vida.

Algunos especulan que por eso está vivo porque su vida le pertenece al monje satánico que gracias a un trueque, si Carlos contaba su historia, lo dejaría vivir.

A Carlos Trejo no le sorprende que este fin de mes y principios de noviembre sean las fechas idóneas en que el tiempo y el espacio se conjugan en México en puntos estratégicos, como en el que se encuentra su casa para que las energías sean tan poderosas que logren proyectar fenómenos.

Calles, casas, incluso estaciones del metro en estas próximas celebraciones de culto a los muertos podrían ser escenario de las almas perdidas de la época colonial en México y hasta de los sacrificados en ritos aztecas.

El escritor Carlos Fuentes en su libro de los Días Enmascarados también menciona la zona de Puente de Alvarado en el cuento Tlactocatzine, del jardín de Flandes, el cual configura elementos góticos y la tradición indígena en donde el personaje es lentamente aprisionado por un espíritu autóctono que lo confina a una casa abandonada.

Nuestro país  es un pueblo de pirámides, de memorias sangrientas, una tierra de dioses que no mueren,  que resurgen de sus cenizas cuando los invocamos en este día de muertos.

En  Chac Mool, un ídolo maya, Carlos Fuentes narra: "Un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por él, sino que incluso va a que le arranquen el corazón, ¡caramba, jaque mate a Huitzilopochtli! El cristianismo, en su sentido cálido, sangriento, de sacrificio y liturgia se vuelve una prolongación natural y novedosa de la religión indígena" (Fuentes, 1982:13).

El México fantasmal se preparan para sentir seres y dejar que los introduzcan en el mundo del cielo o el infierno, de los sentimientos orgiástico en el Halloween, de la comida y bebida en exceso, es el tiempo de las energías.

Las coloridas ofrendas, los dulces, los alimentos que las adornan, el aroma a incienso y cempasúchil (flor de muertos) invaden el aire de la ceremonia del Día de Muertos que se conjuga ;; con la media noche del Halloween, instante de brujas, duendes y demonios, elementos capaces de producir un ambiente cargado de espiritualidad, desde el norte hasta el sur del país. "Un día específico rodeado de fe y creencia generan la suficiente energía para proyectar y hasta crear fenómenos sobre naturales ", dijo Carlos Trejo.

Fuente:

http://www.univision.com/content/content.jhtml?chid=3&schid=12199&secid=15345&cid=285618&pagenum=3