JOSE GALAN

;;Hace 30 años, cuando las sondas Vikingo 1 y Vikingo II llegaron a Marte para realizar experimentos en su suelo, se determinó que no había vida en el planeta rojo. Pero ahora, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desmintieron a la NASA al afirmar que existe la posibilidad de que la vida, representada a través de microorganismos, sí exista en ese cuerpo del sistema solar, y que los experimentos de la agencia espacial estuvieron erróneos.

Este descubrimiento fue publicado ayer por la revista Proceedings of the Nacional Academy of Sciences, de Estados Unidos. El resultado de las investigaciones de científicos mexicanos es tan serio que será incorporado en los instrumentos de las naves que Estados Unidos enviará en 2009 a ese planeta. El equipo de investigadores, encabezado por Rafael Navarro González, del laboratorio de química de plasmas y estudios planetarios del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, comprobó que hubo errores en dichos experimentos.

En conferencia de prensa, Navarro González explicó que las conclusiones de su trabajo "alteran de manera primordial los resultados encontrados hace 30 años" por las naves estadunidenses enviadas a Marte. En el artículo citado, cuyo título es Las limitaciones de detección orgánica en suelos parecidos a los de Marte mediante volatilización termal y cromatografía de gases, y sus implicaciones en los resultados del proyecto Vikingo, señala que el fracaso de la volatilización termal utilizada por los equipos Vikingo, así como de la cromatografía, para detectar organismos vivos, sugiere una interpretación química más que biológica de la actividad en suelo marciano.

Debieron hacer tres pruebas

Los aparatos, bautizados como Vikingo, debieron realizar tres experimentos primordiales: fotosíntesis, intercambio de gases y actividad metabólica. Y debido a la mecánica de los experimentos, ninguna de las dos naves gemelas detectó materia orgánica en los suelos marcianos, "ni vida macroscópica ni microscópica", dijo Navarro González, e indicó que el hecho de que no se hayan detectado compuestos orgánicos "no indica que no puedan estar presentes en Marte".

Sin embargo, el científico advirtió que las investigaciones que realiza el equipo que encabeza no están destinadas a determinar la existencia de vida en ese planeta, sino que el experimento que descartó hace 30 años la existencia de vida fracasó, y que es necesario modificarlo para que las próximas misiones a Marte puedan tener mayor grado de precisión.

Los experimentos del Proyecto Viking se basaron en evidencias obtenidas de un rápido calentamiento de las muestras de suelo marciano dentro de los hornos con que estaban equipadas las naves no tripuladas hasta evaporarlo en pequeñas moléculas, para después ser analizadas en un cromatógrafo de gases también dentro de las naves, acoplado a un espectómetro de masas, y que no detectaron ninguna molécula orgánica.

En las conclusiones del artículo, los autores -entre ellos científicos de Francia y de la NASA- consideraron que el hecho de que durante el tratamiento analítico de los materiales marcianos por las sondas Vikingo no se hayan liberado moléculas orgánicas "no demuestra que no hayan existido materiales orgánicos en la superficie de Marte, debido a que es factible que hayan resultado demasiado refractarios para ser liberados a las temperaturas alcanzadas, o bien se oxidaron durante los procesos de volatilización termal debido al hierro presente en el suelo".

Señal de oxidación

Para los investigadores la liberalización de micropartículas de dióxido de carbono durante volatilización termal a temperaturas de entre 200 a 500 grados centígrados en los análisis del proyecto Vikingo "podría ser una señal de que tuvo lugar la oxidación de materia orgánica". Inclusive, señalan que el agua que surgió en los experimentos de volatilización "podría asociarse con la oxidación de hidrógeno presente en materia orgánica debido a los óxidos de hierro, así como por el agua presente en el suelo".

Para llegar a estas conclusiones, el equipo de científicos analizó muestras de suelos de los ambientes más extremos y áridos de la Tierra con la misma metodología utilizada por el proyecto Vikingo. Estos lugares fueron desiertos fríos, como los valles Secos de la Antártida; templados como el desierto de Atacama, en Chile y Perú, y calientes, como los desiertos de Mojave, en California, y el Sáhara, en el norte de Africa. También se analizaron suelos ricos en minerales de hierro -palagonita- como los detectados en Marte, incluso áreas en Hawaii, y la jarosita en el valle Panoche, en California, y en el río Tinto, en España.

Fuente:

http://www.jornada.unam.mx/2006/10/25/a02n1cie.php