La desaparición de la mayoría de los animales terrestres hace 65 millones de años se debió al impacto de varios meteoritos y no al que cayó en la península mexicana de Yucatán, según un estudio realizado por paleontólogos estadounidenses suizos y alemanes.

Esa extinción también fue provocada por una actividad volcánica masiva y los cambios climáticos, entre ellos un calentamiento global de la atmósfera, que pusieron fin a lo que se conoce como el Período Cretáceo, añade la monografía.

Hasta ahora la teoría dominante era que la muerte de los animales que poblaban la Tierra fue causada por un meteorito que abrió en la península el cráter Chicxulub con un diámetro de unos 10 kilómetros.

El Chicxulub puede haber sido uno de los primeros y menores de una serie de impactos de meteoritos y erupciones volcánicas que pusieron fin a la vida terrestre durante más de 500.000 años, según Gerta Keller, paleontóloga de la Universidad de Princeton.

Keller y los paleontólogos Thierry Adatte, de la Universidad de Neuchatel (Suiza), y Zsolt Berner y Doris Stueben, de la Universidad de Karlsruhe (Alemania), señalan que el impacto de un meteorito mucho más grande parece haber sido el golpe final.

En un resumen de su estudio que difunde spaceref.com, un portal de internet dedicado a la difusión científica, Keller señala que ese meteorito exterminó dos tercios de todas las especies.

El estudio será presentado ante la reunión anual de la Sociedad Geológica de EEUU que se celebrará en Filadelfia el próximo martes.

‘Fue ese impacto, y no el de Chicxulub, el que depositó la famosa capa de iridio extraterrestre encontrada en las rocas de todo el mundo y que marcan el impacto que finalmente puso fin a la Edad de los Reptiles’, señala Keller.

‘El impacto de Chicxulub por sí solo no pudo haber causado una extinción masiva, porque fue muy anterior a ella’, manifiesta Keller.

Según la teoría del Chicxulub, su impacto causó enormes tsunamis en todas direcciones y la emisión de polvo y partículas provocó cambios ambientales similares a un invierno nuclear durante el cual la Tierra quedó cubierta por una nube de polvo durante varios años.

Pero los sedimentos marinos encontrados en su cráter así como a lo largo del río Brazos, en Texas, y en el noreste de México, revelan que ese meteorito hizo impacto en la Tierra 300.000 años antes de que se produjera la extinción de sus animales terrestres.

‘En todos esos sitios podemos analizar los microfósiles de los sedimentos por encima y por debajo de la capa causada por el impacto de Chicxulub y no podemos encontrar ningún efecto. No podemos atribuir ninguna extinción específica a este impacto’, señala.

No obstante, la paleontóloga manifiesta que el meteorito que cayó sobre Yucatán coincidió con las prolongadas y gigantescas erupciones volcánicas que ocurrieron en la zona basáltica de la llanura del Deccan, en la India, para causar un largo cambio climático.

Esa actividad volcánica liberó gases invernadero durante un período de más de un millón de años y en el momento de ocurrir el impacto de Chicxulub, la temperatura de los mares había aumentado considerablemente, según Keller.

La científica expone que el aumento de la temperatura ambiental fue rápido y el clima caluroso se mantuvo durante unos 100.000 años, para normalizarse mucho antes de ocurrir la extinción.

La nueva teoría sobre la extinción masiva de las criaturas terrestres al finalizar el Cretáceo cuenta con la bendición de Richard Lane, director programa de la División de Ciencias Terrestres de la Fundación Nacional de las Ciencias, que financió la investigación.

‘La evidencia descubierta por Keller y sus colegas sugiere que todavía hay que aprender más sobre lo que causó la mayor extinción hace millones de años y llevó a la desaparición de los dinosaurios’, señala.

El único problema de esta última teoría es que los científicos no han encontrado la huella del o de los presuntos meteoritos que cayeron sobre la Tierra, aparte del Chixculub.

‘¿Dónde está el cráter? Ojalá lo supiera’, dice Keller.

Fuente:

http://actualidad.terra.es/ciencia/articulo/extincion_dinosaurios_debio_impacto_varios_1150941.htm