Tony Phillips
No hace mucho tiempo, antes de que existiera la luz eléctrica, los agricultores se valían de la luz de la Luna para recoger la cosecha de otoño. Todo maduraba al mismo tiempo y había demasiado trabajo que hacer para detenerse con la puesta de Sol. Una brillante Luna llena (la «luna de la cosecha»), les permitía seguir trabajando durante la noche.

La luz de la Luna era bienvenida, pero como veremos se trataba de un asunto extraño. Por ejemplo, la luz de la Luna roba el color de aquello que ilumina. Tomemos una rosa roja. Cuando la luz de la Luna llena la flor tiene un brillo encendido e incluso proyecta sombra, pero el color rojo no se ve, ha sido sustituido por matices del gris. En realidad todo el paisaje es así. Es como ver el mundo a través de un viejo televisor en blanco y negro.

Los Jardines de Luna convierten esta cualidad de los años 50 de la luz de la Luna, en una ventaja. Las flores blancas o plateadas que florecen de noche son fragantes y «vívidas» bajo la luz de la Luna llena. Las más conocidas incluyen variedades de flores (enredaderas, trompetillas?), pero raramente colores rojos.

Desplazamiento azul

Además, si usted mira el paisaje gris durante el tiempo suficiente, este se vuelve azul. El mejor lugar para apreciar este efecto llamado «desplazamiento azul» o «desplazamiento Purkinje» (en honor del científico del siglo XIX Johanes Purkinje que lo describió) es en el campo, lejos de la luz artificial. A medida que sus ojos logran la máxima adaptación a la oscuridad, aparece el azul. Los productores de cine, a menudo colocan un filtro azul cuando filman escenas nocturnas para crear un efecto más natural, y los artistas añaden el azul a sus cuadros de paisajes nocturnos por la misma razón. Sin embargo, si usted mira la Luna llena, ciertamente no es azul. Las cenizas de un volcán o de los incendios en los bosques pueden hacer que la Luna parezca azul, pero eso es otra historia.
También ocurre otra circunstancia, la luz de la Luna no le permitirá leer. Abra un libro bajo la luna llena. A primera vista las páginas parecen lo suficientemente iluminadas. Sin embargo, cuando trata de ver las palabras, no puede hacerlo. Más aún, si fija su vista en una palabra esta se desvanecerá. La luz de la Luna no sólo hace que nuestra visión sea borrosa sino que además produce una pequeña mancha ciega. Como en todo lo humano, hay excepciones. Algunas personas tienen conos especialmente sensibles o una mayor cantidad de bastones que permiten leer con la luz de la Luna.

Todo esto es muy extraño. Recuerde, la luz de la Luna no es nada más que la luz del Sol reflejada por la polvorienta superficie lunar. La única diferencia es la intensidad. La luz de la Luna es alrededor de 400.000 veces más débil que la luz solar directa.

Bastones y conos

¿Quién es el responsable de todos estos fenómenos?. La retina humana que es como una cámara digital orgánica con dos tipos de píxeles, bastones y conos. Los conos nos permiten ver los colores (rosas rojas) y los detalles finos (las palabras de un libro), pero sólo funcionan con luz intensa. Cuando el Sol se oculta los bastones toman el mando.

Los bastones son extraordinariamente sensibles (1.000 veces más sensibles que los conos) y son los responsables de nuestra visión nocturna. De acuerdo con algunos informes, los bastones pueden detectar incluso un sólo fotón. Sólo hay un inconveniente, los bastones son ciegos a los colores. Por lo tanto las rosas por la noche parecen grises.

Si los bastones son tan sensibles, ¿Por qué no podemos utilizarlos para leer a la luz de la Luna?. El problema es que los bastones están casi ausentes por completo de una zona central de la retina denominada fóvea, que es la que el cerebro utiliza para leer. La fóvea está densamente poblada por conos, razón por la que podemos leer durante el día. Por la noche, sin embargo, la fóvea se convierte en una mancha ciega. El resto de la visión periférica no es lo suficientemente aguda para definir las letras individuales y las palabras.

Finalmente llegamos al «desplazamiento azul». Investigadores de la Universidad de Florida, propusieron en la revista Journal of Vision una explicación bioeléctrica, mediante la cual las señales de los bastones pueden trasladarse a los conos sensibles, al color azul adyacentes bajo condiciones de iluminación de Luna llena. Esto crearía una ilusión de azul. «Desgraciadamente», señalaron los autores del estudio, «aún no disponemos de evidencias fisiológicas directas que apoyen o descarten la hipótesis».

Por último, les diré que en este artículo se hacen algunas generalizaciones acerca de lo que las personas pueden ver por la noche, pero como en todo lo humano, hay excepciones. Algunas personas pueden leer a la luz de la Luna, u otras no tienen problemas para ver los pétalos rojos de una rosa iluminada por la Luna. Estas personas tienen «visión de luna», facilitada por una ayuda extra de bastones o conos inusualmente sensibles. ¿Es usted uno de ellos?.

Fuente:

http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=3315&pIdSeccion=23&pIdNoticia=239775&rand=1161229294523