El próximo 15 de octubre será canonizado Rafael Guízar y Valencia, el quinto obispo de Veracruz.

Más de siete mil mexicanos asistirán a la plaza de San Pedro, en el Vaticano, para participar en la ceremonia de canonización, según detalló Rafael Hernández González, vicepostulador de la causa de canonización del santo.

;;Se espera que fieles provenientes de Veracruz, Michoacán, Puebla, Yucatán y Distrito Federal acudan a la celebración que será encabezada por el Papa Benedicto XVI.

Rafael Guízar y Valencia nació en 1878 en Michoacán. A los 24 años se ordenó sacerdote y desde entonces mostró su amor por los más necesitados, incluso cuando los cristianos eran perseguidos.

"Se disfrazaba de albañil, de plomero, de soldado también, para atender a los enfermos y particularmente a los heridos de la Revolución", señala el padre, Rafael González.

Monseñor Guízar tenía fama de santo. Tras su muerte, esta idea se reforzó cuando exhumaron sus restos.

"La sorpresa fue mayúscula cuando encontraron su cuerpo incorrupto", explica el sacerdote que postuló la causa de canonización.

Así se inició el proceso de su beatificación para lo cual el Vaticano pide: santidad de vida, examinar sus escritos, haber vivido bajo las virtudes de fe, esperanza y caridad y por supuesto, un milagro.

El milagro se lo concedió a Cirana Rivera, quien por una enfermedad genética no podía tener hijos.

"Nos dijo el médico que era imposible un embarazo, que solamente un milagro de Dios era como se podía lograr que nosotros fuéramos papás", recuerda Sergio Montiel, esposo de Cirana.

Pero Sergio y Cirana tenían mucha fe en monseñor Guízar y por eso acudían con frecuencia para pedirle el milagro de tener hijos.

"Íbamos a pedirle que intercediera por nosotros para que Dios nos concediera la dicha de ser padres", agrega el esposo de Cirana.

Pasaron años y cuando la esperanza se agotaba, lo que parecía imposible, finalmente sucedió.

"Le hicieran (a Cirana) unos análisis para ver la prueba de embarazo (y) gracias a Dios estaba embarazada", indica Sergio Montiel.

"El ovario no maduraba (…) las trompas de Falopio estaban obstruidas (pero) el niño estaba ahí", recuerda Cirana Rivera, quien gracias al milagro de Rafael Guízar y Valencia superó todos los impedimentos que tenía para embarazarse.

Este caso fue estudiado por doctores de diferentes países, incluyendo el Vaticano, y ninguno pudo explicarlo.

"Es un caso muy especial (…) es el único que he visto, en este caso se dio el embarazo o nacimiento cuando no existía el pronóstico. Se concluyó que era un caso no explicable", explicó el médico ginecobstetra, José González Palacios.

Con la gracia concedida a esta familia de Orizaba, Veracruz, el 29 de enero de 1995, el entonces Papa Juan Pablo II beatificó a Rafael Guízar y Valencia. Pero hacía falta un milagro más para su canonización, éste llegó años más tarde.

Investigación de Gloria Pérez-Jácome
5 de octubre de 2006

Fuente:

http://www.tvazteca.com/hechos/archivos2/2006/10/138286.shtml