SUAN PINEDA

La historia de la ciudad se entreteje en cuentos de fantasmas

El punto de encuentro: entre el museo Guinness World Records y el Centro de información para el visitante, frente al Álamo.

En un rincón oscuro, sentado sobre unas piedras nos esperaba Johnny Ray, mejor conocido como J.R. Sí, así como el famoso personaje de la serie de televisión Dallas. Y así como ese personaje, J.R. portaba un sombrero vaquero.

El barbudo cazafantasmas nos miró un rato antes de emitir saludo. Después nos dio unos aparatos para medir campos magnéticos e identificar los ‘puntos fríos’, en los que la temperatura es menor y que pueden indicar que hay una presencia sobrenatural.

Ante nuestra insistente pregunta de si veríamos fantasmas, J.R. respondió: "Se darán cuenta esta noche".

San Antonio es una de las ciudades más encantadas del país, y muchos dicen que es debido a la violenta muerte de cientos de soldados durante la batalla del Álamo en 1836.

Avanzamos hacia el Crockett Hotel y el Menger Hotel, donde se ha visto al fantasma de la mucama Sally White doblando toallas en los pasillos, según J.R. Seguimos por la calle Commerce y las historias de fantasmas continuaban.

Le pregunté a J.R., que vino de Miami a San Antonio hace 27 años, si los fantasmas se molestan por las excavaciones que se hacen en el Álamo.

Respondió con un suspiro: "Esos fantasmas han estado allí durante cientos de años. Ya están acostumbrados", dijo. "Yo veo lo de los fantasmas de una manera diferente. ¿Qué más puedes hacer para molestarlos?". Los turistas y curiosos —como nosotros— ya conforman una constante en la ciudad.

Recorrimos el centro de la ciudad en esa noche tibia. Aún no veíamos espectro alguno, pero nuestro interés estaba cambiando de los cuentos de fantasmas a la fascinante historia de una ciudad a veces exuberante y a veces decadente. Llegamos al Ayuntamiento. "Para mí, ésta es una de las áreas más encantadas de la ciudad", dijo J.R.

Uno de mis compañeros apuntó el aparato para medir la temperatura y detectó varios ‘puntos fríos’: en el árbol, en la calle, en las bancas. Se nos puso la piel de gallina, pero no vimos nada. "Los fantasmas vienen a nosotros, a nuestra mente", replicó J.R.

Fuente:

http://www.diariosrumbo.com/rumbo/articulo.asp?idart=426295&idcat=3683