A los veintidós años de edad, en 1831, Charles Darwin era un joven inquieto y desconocido. Había estudiado en Cambridge y pensaba dedicarse a la vida religiosa, cuando fue invitado a embarcarse como naturalista en el bergantín Beagle, que se disponía a hacer un viaje alrededor del mundo, al mando del capitán Fitzroy.

Darwin recorrió Brasil, la Patagonia, Buenos Aires, Uruguay, las Malvinas, Tierra del fuego, Chile y las islas Galápagos, cuya extraordinaria fauna le inspiró ideas revolucionarias sobre la evolución de las especies. Regresó a Inglaterra cinco años después, con una colección inestimable de fósiles y plantas desconocidas y una serié de apuntes que contenía el germen de la teoría que iba a conmover a la ciencia y que suscitaría agrias controversias académicas y religiosas.

Irving Stone, notable biógrafo de Miguel Ángel, Freud, Van Gogh y Schliemann, describe la vida apasionante y apasionada del ilustre sabio, desde los días iniciales de su viaje hasta las ardorosas jornadas polémicas en Inglaterra y los finales de su existencia

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El libro que pongo a su consideración, curiosamente me tope con él, en el mismo tiempo que la iglesia católica, esta en la intentona de abandonar su posición de apoyo a la teoría de la evolución darviniana.

Tal como lo indica la contraportada del propio libro, que he trascrito como introducción, el autor es un famoso biógrafo de diferentes personajes históricos. Su obra más conocida, es "Anhelo de Vivir"; una biografía novelada del celebérrimo pintor expresionista holandés Vincent Van Gohg, la cual la recomiendo aun más que la que estoy invitando a leer en esta ocasión, fue por este motivo, de haber leído antes al autor, por la que me anime a comprar y leer esta biografía de Darwin, llevo la mitad del libro y, para ser sincero, lo siento un poco flojo, sin embargo, el enfoque un tanto diferente, que el autor da, a la famosa relación del Capitán Fiztroy y Darwin, me ha parecido interesante. La mayoría de lo que se ha escrito o representado en películas, documentales o series sobre la vida de Darwin, da énfasis a las diferencias que tenían estos dos personajes a bordo del Beagle, dado que uno era un Tori (conservador) y el otro un Whig (liberal), las naturales diferencias políticas terminaban en peleas que han sido relatadas como característica de esta relación, incluso el propio Carl Sagan las describe por ahí en algunos de sus libros, sin embargo, el autor del libro que pongo a su atención, aun relatando estas peleas e incluso narrando como esta diferencia política estuvo a punto de ocasionar que Darwin no participara en el famoso viaje del Beagle, ya que en una carta de recomendación, que un amigo de Darwin y primo lejano de Fiztroy le mandó, a este ultimo, le describió la preferencia política de Darwin, por lo cual Fiztroy prefirió al principio no contratarlo, ya después de hablar con él, cedió y lo enrolo en la expedición, razonando que cualquier diferencia que pudiera surgir, sería a la larga solucionada, y es, precisamente, con esta base, que Irving Stone construye su relato, dándole más énfasis al trabajo en equipo que desarrollaron estos dos hombres que a sus conocidas diferencias. Me sorprendió, por ejemplo, conocer que: Fiztroy, en el estrecho de Magallanes, "bautizo" una ensenada con el nombre de Darwin, en honor de un acto más oportuno que heroico, por el cual, el joven Charles salvo dos botes de desembarco de ser destrozan, cuando un repentino desprendimiento de una masa de hielo de un glaciar produjo una gran ola. Corriendo como una gacela, el joven Charles, fue el primero en llegar hasta ellos y halar de una cuerda para colocarlos en un lugar seguro. Así como la montaña más alta de tierra de fuego fue bautizado como "Monte Darwin" por el capitán Fiztroy, tal vez por lo impresionado que estaba por su resistencia en las expediciones en tierra firme.

Creo yo que, aparte de lo novedoso de este enfoque, me parece atrayente, por cosas que nada tienen que ver con lo que conozco de la vida de Darwin. Una de ellas, es la actual situación pos electoral y política social de México, donde las posiciones irreconciliables de dos partidos políticos, invitan a los mexicanos a condenar a uno o a otro de los representantes de estas posturas. Desgraciadamente, México está dividido en tres bandos: los que condenan al representante de izquierda, más por sus actos que yo también las considero reprochables, que por sus ideas, que si se analizan bien tienen mucho de rescatables, los que reprueban al representante de derecha, más por sus ideas, que por sus actos, que si se hace un análisis objetivo siempre han sido congruentes, y los que reprueban la actuación de los dos. Yo estoy entre estos últimos, pero, no creo que se necesite ser muy objetivo para pronosticar que cualquiera de estas posiciones que prevalezca no llevaran a buen puerto al barco, que es la nación mexicana. Creo que es el momento, más que para defender a ultranza las ideas propias, es el tiempo de considerar las verdades que encierran las ideas del otro. No es creyéndose los dueños de la verdad como se llegará a acuerdos, no es con posiciones irreductibles como se convence, no es con indiferencia con lo se resuelven las diferencias.

Hace poco me paso algo similar a la famosa y conocida disputa que Fiztroy y Darwin tuvieron, en la cual el Capitán le reprochaba a Darwin sus prejuicios sobre la esclavitud, poniéndole el ejemplo de que un hacendado brasileño, en su presencia llamó a sus esclavos y les preguntó si eran felices, y si deseaban ser libres, y todos se negaron, a lo cual Darwin le preguntó irónicamente ¿Cree usted que la respuesta de esclavos en presencia de su amo deba ser considerada? El epilogo de esta discusión, es que Fiztroy se enojo porque pensó que lo tachaba de mentiroso y lo echo diciéndole que nunca comería con él de nuevo, al final Fiztroy le pidió disculpas a Darwin y siguieron comiendo juntos. No es difícil estar de parte de Darwin en esta discusión, sin embargo, nunca me había puesto a analizar que Darwin no argumento, sino, ofendió al Capitán, y no diciéndole mentiroso, como la obtusidad de Fiztroy deducía, sino, tachándolo de tonto, al ironizar con su pregunta algo que él considera obvio. Reflexionando un poco o especulando un poco, no creo que en realidad Fiztroy estuviera a 100% favor de la esclavitud, la sensación me la da el acto del hacendado brasileño, ¿Para qué querría convencer a un esclavista con la pantomima de emancipación de sus esclavos?. A la mejor, algo le reprochó Fiztroy, pero tal vez solo sea una endeble especulación, no obstante, Darwin debió exponer sus argumentos sin ofender, por más que le resultara antipático el tema. A mí, como decía, me ha pasado lo mismo con mi amigo Arturo, en una discusión sobre un cierto tema, o más bien, le reclamaba su actitud sobre su posición hacia un tema determinado, haciéndolo, desde la peor de las perspectivas: creyéndome el dueño de la verdad absoluta. Pensando por él, en lugar de tener empatía con su postura, ofendiéndolo en lugar de exponer con claridad en lo que no estaba de acuerdo con él, y lo peor de todo, es que nuestra perspectiva del tema en general no era tan distinta o distante, por lo cual le reitero mis disculpas, a mi buen amigo R2D2, esperanzado que cualquier reproche que le quedó en su corazón logre su nobleza borrarlo.

Los diferentes actores políticos mexicanos, y como actores políticos también me refiero a los empresarios, medios de comunicación y ciudadanos simpatizantes, que también han polarizado la situación con la agravante de que ha sido desde la clandestinidad, efectuando desde apoyo financiero y de publicidad abierta al candidato de su preferencia, difusión de noticias tendenciosas, editoriales de total desprecio hacia algún candidato, hasta la creación y difusión de e-mail’s de odio. Deberían reflexionar en su actitud. No es con desprecio mutuo como se podrá convivir, todo mundo saldrá perdiendo si cada una de las partes no reconoce que la otra tiene mucho de razón en sus planteamientos.

Los ciudadanos en lugar de tomar partido por alguno delas partes en disputa, y no solo del problema pos-electoral, sino, del problema de los mineros en el norte y de los maestros en el sur, deberíamos plantearnos la posibilidad de que no toda la razón esta de parte de algún bando, y se debería tomar el ejemplo de Fiztroy y Darwin, que muy por encima de sus diferencias políticas, supieron trabajar juntos llevando la empresa científica del Beagle en un exitoso viaje que navegó por América por cinco años, trabajando juntos en esta empresa, por la consecución de objetivos en común, que entre muchos otros, tenía como principalísimo, el de servir a su patria.