Por Jim Yardley / NYT

En una subasta del gobierno, efectuada en el interior de un dilapidado gimnasio, un joven empresario, de apellido Ding, salió feliz hace unos cuantos días. Al igual que todos los demás, él estaba solicitando matrículas de circulación y todo parecía indicar que no le importaba que su costo ascendiera a 6 mil 750 dólares.

Por la misma suma, Ding casi podría haberse dado el lujo de comprar dos autos compactos que gozan de amplia popularidad en el mercado automovilístico. Su oferta fue casi 20 veces superior a lo que percibe un agricultor chino en todo un año, y representa casi siete veces el ingreso per cápita anual registrado en el país.

Y, con todo, en la subasta efectuada en esa capital de la manufactura en el sur de China, Ding, quien solamente proporcionó su apellido, ni siquiera pudo adjudicarse el precio más elevado. La placa de circulación más cara, la AC6688, alcanzó el equivalente de 10 mil dólares en un día, cuando los funcionarios vendieron cientos de placas por un total de 366 mil 500.

"Yo creí que era más bien barato", dijo Ding, de 30 años de edad, de cuya camisa negra, abierta del pecho, dejaba asomar una cadena de oro, al tiempo que se marchaba con los documentos para la placa APY888. "Puesto que tengo un automóvil bonito, pensé que debería obtener una matrícula bonita".

Ningún país muestra más locura por los automóviles que China, donde lograr el sueño de ascender a la nueva clase media significa ser el dueño de un nuevo y lustroso vehículo. Sin embargo, el automóvil no siempre es suficiente para quienes aspiran a un lugar más allá de la clase media. Una matrícula de circulación se ha convertido en un símbolo del estatus casi en la misma medida que el auto.

La razón es la potente mezcla de aspiraciones de los nuevos ricos y las supersticiones del viejo mundo. A lo largo de varios siglos, los números han servido como un segundo lenguaje en China. El número menos afortunado, 4 o la palabra si, que también puede significar muerte en chino, es tan temido que algunos edificios no tienen cuarto piso.

El número más afortunado es el 8, o la palabra ba, que rima con fa, usado en el idioma chino para denotar riqueza. No es ninguna coincidencia que las Olimpiadas de Verano en Beijing serán inauguradas el 08/08/08 a las 8 p.m.

Las placas de circulación suelen ser emitidas de manera aleatoria. Pero, en un país donde 100 mil personas mueren en accidentes de tránsito cada año, se considera que una placa con terminación en 4 es un muy mal augurio para un motorista supersticioso; bien pudiera decir MUERTE. Una matrícula rebosante de ochos presagia buena fortuna.

Reacios a dejar la posesión de una matrícula de la suerte meramente a la suerte misma, muchas personas han tratado de comprarlas, sea como algo similar a una póliza sobrenatural de seguro o sencillamente para ostentar su riqueza. Los sobornos han aumentado en varias ciudades a medida que funcionarios han intercambiado placas favorables por sobres repletos de dinero. Algunos empresarios también han tratado de aprovechar dicha situación para hacer dinero: un hombre en la ciudad de Hangzhou publicó un anuncio en internet para vender su matrícula, la A88888, por aproximadamente 140 mil dólares.

Sin embargo, con una enorme brecha entre ricos y pobres en China, una placa de dicho estatus también puede ser objeto de resentimiento. En diciembre de 2003, una mujer en la ciudad de Harbin atropelló y mató a un campesino que había rayado su Mercedes-Benz con su carrito de verduras. Cuando, al principio, la mujer evitó los cargos, algunos testigos asumieron que ella tenía contactos gubernamentales debido a que su automóvil tenía una costosa matrícula de circulación.

El olor a corrupción fue suficiente, a grado tal que funcionarios de la ciudad, en el sur de China, decidieron poner en una subasta pública las matrículas y anunciaron que lo recaudado sería dedicado a prestarles ayuda a víctimas de accidentes. Otras ciudades también ha efectuado subastas, incluida Ruian en la provincia de Zhejiang, donde los medios de comunicación chinos informaron que una de las placas alcanzó un precio superior a 35 mil dólares.

Zhao Shu, quien preside la Asociación de Arte Folclórico y Literatura de China, dijo que el encaprichamiento con las placas de la suerte era una distorsión de la cultura tradicional de China."Es un alarde por parte de los nuevos ricos". Zhao, quien dijo que los orígenes del simbolismo de los números podían remontarse tanto a Confucio como al taoísmo, agregó que el énfasis actual en los números 8 y 4 pasaba por alto el hecho que ningún número por sí solo era afortunado o infortunado. Afirmó que la interpretación apropiada de los números era mucho más matizada y su significado estaba vinculado al mismo lenguaje hablado. La buena fortuna, agregó, no puede comprarse con un montón de ochos".

Pero, en cualquier caso, dicho encaprichamiento popular con los números va en aumento. Tiendas de telefonía celular ofrecen números de la "fortuna", algunos de los cuales cuestan hasta 2 mil dólares. Se informó acerca de una aerolínea regional en China que pagó aproximadamente 300 mil dólares para tener el número telefónico 8888-8888. Algunos diarios chinos informaron que algunos padres de familia se negaron a permitir que sus hijos abordaran taxis con matrículas "de mala fortuna" cuando se dirigían a tomar el examen nacional de ingreso a la universidad.

Mao trató, sin éxito, de acabar por completo con la superstición. Actualmente, la numerología es apenas una de las supersticiones que pueden promover un lucrativo negocio de consultoría. Algunas empresas chinas buscan ese tipo de asesoría con respecto a los nombres de sus productos, o en qué piso de un edificio abren una oficina, o para saber si el jefe tiene un número telefónico de la suerte.

"La gente tiene más dinero hoy día y desea gastarlo para tener mejor suerte", dijo Fang Mingyuan, quien trabaja en una agencia de Guangzhou que ha suministrado ese tipo de consejos.

La subasta en Guangzhou, que es la tercera de la ciudad, fue llevada a cabo el 24 de junio en la Isla Ersha, rebanada de tierra en el Río Perla que se ha convertido en hogar de algunas de las personas más acaudaladas de la ciudad. Aproximadamente 200 personas llegaron en un día de calor sofocante, registraron su información bancaria y les fue asignada una paleta numerada para la subasta. Afuera, el estacionamiento estaba repleto de automóviles BMW, Volvo, Audi y Jaguar, algunos de los cuales estaban recién salidos de la sala de exhibición y aún no tenían matrículas.

Surgieron risitas nerviosas cada vez que estallaba una lucha entre apostadores. Algunos de ellos eran meramente choferes que estaban ahí para representar a sus jefes. "Él no quería una matrícula en particular, pero sí aclaró que lo máximo que yo podía ofrecer eran 20 mil yuanes", dijo Liao Ruibin, refiriéndose a la voluntad de su jefe para gastar el equivalente de 2 mil 500 dólares. "Tiene un Mercedes".

Liao gastó aproximadamente mil 350 dólares del dinero de su jefe por la matrícula APL238. "El tiene un automóvil costoso y quiere una placa costosa para que haga juego".

No todos deseaban las matrículas más caras. Lu Yao, de 21 años de edad y sus padres desembolsaron mil 350 dólares por la APL128, número que coincidía con su cumpleaños.

"Todo está relacionado con las supersticiones", dijo Lu, al parecer, mis padres creen en eso. Nosotros somos confucianos.

4 En los edificios de China no existe el cuarto piso, pues lo consideran de mala suerte.

..también lo evitan en la terminación de las matrículas ya que les significa "muerte’’

Unas 100 mil personas mueren en accidentes de tránsito al año y el número es mal augurio para un supersticioso.

;;Fuente:

http://www.nuevoexcelsior.com.mx/Excelsior/macros/GenericNewsWithPhoto.jsp?contentid=8714&version=1