Las estadísticas apuntan a un considerable incremento de la asistencia a niños a través de terpias de medicinas alternativas. La ausencia de estudios sobre su respuesta a estos tratamientos y las posibles consecuencias secundarias recomiendan ser precavidos.Virginia Jiménez – 14/06/2006

Según las estadísticas disponibles, se está experimentando en los últimos años un aumento de la demanda de las terapias alternativas en la población infantil y juvenil que padece enfermedades crónicas.

Para estudiar este fenómeno, un grupo de trabajo inglés ha analizado a 500 pacientes que han participado voluntariamente en el estudio. Aproximadamente, el 40 por ciento de las personas encuestadas había recurrido a la medicina alternativa en al menos una ocasión durante el año previo a la entrevista. Generalmente, los niños que habían sido valorados en los centros de terapias alternativas provienen de familias de nivel cultural bajo, con recursos económicos medios.

En la mayoría de los casos, la terapia solicitada incluye la prescripción de vitaminas y remedios herbales y, en los últimos meses, se ha experimentado una demanda progresiva de técnicas como la aromaterapia y la reflexología. Incluso en las grandes superficies comerciales existe a disposición del cliente una amplia gama de productos que pertenecen a la medicina complementaria como distintas variedades de té.

Por su parte, la demanda de terapias tales como la hipnosis está experimentando un auge en la sociedad actual. Hace veinte años, por ejemplo, las técnicas de hipnosis eran sólo empleadas por un grupo selecto que apostó por sus beneficios. Hoy por hoy, se considera una terapia útil combinada con la medicina tradicional para numerosas patologías.

Otros sistemas reconocidos por el Centro Nacional para la Medicina Alternativa y Complementaria son la acupuntura, la medicina oriental tradicional, la homeopatía y los curanderos tradicionales que basan su práctica en la medicina de los indios americanos.

Sin embargo, ¿es posible que la medicina alternativa pueda aportar algún beneficio para el tratamiento de las enfermedades de los niños? Los estudios disponibles no han sido realizados en niños por motivos éticos y es difícil valorar la eficacia y seguridad de estos tratamientos en este grupo. A diferencia de los fármacos registrados que son estrechamente vigilados por la FDA, los productos a base de hierbas no son rigurosamente controlados.

Estas sustancias no carecen de efectos secundarios, que pueden ser más complejos en los niños. Por eso, es fundamental conocer la ingesta de estos productos por los niños que acuden a las consultas pediátricas, ante la posible interacción negativa con los fármacos convencionales.

Fuente:

http://www.websalud.com/articulo.html?d_date=&xref=20060613salwsdsal_4&type=Tes&anchor=wsdsalped