¿Usted cree en OVNIs? Hay mucha gente que sí cree. Y tienen motivos: la Galaxia es muy grande, las condiciones para la vida pueden darse en muchas partes fuera de la Tierra y muchos especialistas opinan que los viajes interestelares son posibles. Desde el primer caso, en 1947, ya suman más de un millón en todo el mundo. Pero los científicos encaran el problema con una particular manera de pensar: el Método Científico.OVNIS Y EL PUBLICO

Según una encuesta de la Gallup de 1977, un 87% de las personas ya leyó o escuchó historias de OVNIs y 12% confiesa que ya vio alguna cosa que cree haber sido un OVNI, aunque habría que analizar qué realmente vieron. Pero estadísticas publicadas por Mark Cashman muestran que, aparte de los aviadores (que trabajan observando el cielo), los especialistas muy difícilmente ven O.V.N.I.s, y cuando lo hacen, suelen ser menos fantásticos que los de las personas no preparadas.

¿UN FENOMENO CULTURAL?

¿Qué hay en el cielo? Para los egipcios, griegos, romanos, para Moisés, Claudio Ptolomeo, Dante Alighieri y otra gente de la antigüedad, el cielo estaba habitado por toda clase de seres divinos, pero no por seres terrenales. Para 1600 comenzaron a aparecer los incrédulos: Giordano Bruno, Galileo Galilei, Isaac Newton, Christiaan Huygens, Jules Verne y otros entendieron que la Tierra es apenas uno de incontables mundos que podrían estar habitados. Pero la idea de que “ellos” nos invadan solo comenzó en 1898, con H.G. Wells y su “guerra de los mundos”. En la Segunda Guerra Mundial finalmente el cohete se convirtió en un vehículo práctico, y para 1947 Kenneth Arnold y sus seguidores comenzaron a ver naves extraterrestres por todas partes. Además, a partir de 1955, con George Adamski, los OVNIs pasan a formar parte de nuevas religiones.

Tal vez algún día el misterio de los extraterrestres se aclare. Pero después, ¿qué veremos en el cielo?: ¿visitantes del futuro?; ¿visitantes de universos paralelos?

EL METODO CIENTIFICO

Noticias de que los ETs están llegando han causado desde pánico generalizado hasta suicidios. Hay quien dice que los ángeles son ETs disfrazados, intentando influir en el destino de la Humanidad. Pero según Larry Robinson, los relatos de ETs se parecen mucho más a películas de horror que a las historias de la Biblia. Por otra parte, James Oberg hace notar que los “contactados” parecen no tener más información sobre el espacio que los astrónomos. Aunque como dijo Stephen Hawkin en una recepción en la Casa Blanca, en el 2000, “claro que es posible que los O.V.N.I.s realmente contengan alienígenas, como mucha gente cree, y que el gobierno esté encubriendo esto”.
Pero la manera de encarar el problema suele ser equivocada. Es común escuchar: “¿Usted cree en OVNIs?” De hecho, Objetos Voladores No Identificados existen. “¿Usted cree que seres extraterrestres visitan la Tierra?” suena mejor. Se puede responder: “no, no creo”, pero ¿y si estoy equivocado? O entonces “sí, sí creo”, pero, otra vez ¿y si estoy equivocado? Como decía Ludwing Wittgenstein, “saber una cosa es tener certeza de una cosa, pero creer en una cosa es reconocer que no se tiene certeza”.
Los científicos hacen otro tipo de preguntas: “¿Existen otras civilizaciones avanzadas en la Galaxia?”. No sabemos. “¿De existir, podrían llegar hasta la Tierra?” Sí. “¿Los O.V.N.I.s son prueba de su existencia?” No. “¿Estamos siendo visitados?”. No sabemos.
Para llegar a estas conclusiones, los científicos usan una particular manera de pensar, conocida como Método Científico: primero se define cuál es la duda. Luego, se piensa en un mecanismo que podría explicar lo que está ocurriendo; después se define una posible respuesta, y se definen qué indicios harían que la posible respuesta sea incorrecta. Luego se diseña un experimento para saber la verdad, se realiza el experimento y se recolectan los datos. Finalmente se analizan los datos recolectados, se saca una conclusión y se divulga el trabajo para que sea revisado por otros.
Ahora, la ovniología, o ufología, ¿es una ciencia? Bueno, la ciencia exige rigurosa verificación de los datos, exige teorías comprobables, exige que los experimentos u observaciones que demostrarían una hipótesis respondan si esta es “verdadera” o “falsa, exige pruebas, y que las pruebas de un descubrimiento sean proveídas por el descubridor, sin olvidar que, como decía Carl Sagan: “alegaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias”.

LO QUE SE HA DESCUBIERTO

Un 95% de los casos son malas interpretaciones ¿Por qué? Existen varias explicaciones, como limitaciones de nuestros sentidos, dificultades en la percepción (vemos con el cerebro, no con los ojos), limitaciones de la memoria, desconocimiento científico, predisposición sicológica, o el simple hecho que gran parte de las personas realmente quiere creer en visitantes extraterrestres. Y 5% de los casos no se identifican. ¿Por qué? Puede ser por datos insuficientes, o falsos, o errores en su análisis o interpretación, o simplemente falta de suerte. Pero todavía pueden tener una explicación simple.

Hay otros casos que “la ciencia no consiguió explicar”, por ejemplo los autores de algunos crímenes, algunos casos de personas desaparecidas, la causa de algunos accidentes aéreos o algunos trucos de magia de David Copperfield. Esto es común y no significan nada. De hecho, nadie puede exigir que los científicos sepan la explicación para absolutamente todo; al final, son seres humanos.

INVESTIGADORES, PERO EN SERIO

Sin embargo, sí hay científicos que buscan señales de civilizaciones avanzadas entre las estrellas, aunque no aquí en la Tierra. A pesar de que los programas (S.E.T.I., por sus siglas en inglés) son relativamente pequeños, sí consiguen acceso a enormes radiotelescopios, sofisticadas computadoras y presupuestos de varios millones de dólares. Los cazadores de OVNIs difícilmente conseguirían apoyo para investigaciones ufológicas, ni siquiera como proyecto estudiantil. ¿Por qué?
Por un lado, S.E.T.I. tiene un ámbito bien definido: radioastronomía y computación; los investigadores suelen ser profesionales, con títulos universitarios y posgrados en el área; solo aceptan pruebas físicas, como señales electromagnéticas; no se preocupa por explicar “lo inexplicable” y sus conclusiones siempre son “verdadero” o “falso”. Pero el estudio de O.V.N.I.s incluye desde aeronáutica, meteorología o sicología hasta folclore y jurisprudencia. A pesar de su buena voluntad, los investigadores suelen ser aficionados, “investigando” en su tiempo libre; aceptan relatos como “pruebas”; dan vueltas y vueltas sobre hechos “inexplicables”, que por definición no explicarán nada, y no entienden que decir “es un misterio” es lo mismo que decir inconclusivo.

Pero al final, un determinado caso de esos 5% no identificados, ¿qué podría ser? Según Peter Sturrock, sería, en este orden: 1) fraude, 2) un fenómeno o aparato bien conocido, 3) un fenómeno natural conocido si bien que incomún, 4) un aparato tecnológico terrestre incomún, 5) un fenómeno natural hasta ahora desconocido, 6) (ahora sí) un aparato tecnológico de origen extraterrestre, 7) alguna otra causa que pueda ser especificada, 8) alguna otra causa que no pueda ser especificada. Este orden es importante, pues como decía William of Ockham, “pluralidad no debe ser presupuesta sin necesidad”, o sea, no compliquemos las teorías: siempre hay que comenzar por lo conocido y después ir hacia lo desconocido. Y naves de origen extraterrestre son algo tremendamente desconocido.

Para evaluar hipotéticos contactos con Inteligencia Extraterrestre, Jill Tarter propuso en 2001 la llamada Escala Río, que pretende medir la importancia que debemos dar a estos informes. El valor (de 0 a 10) depende del tipo de fenómeno, su distancia aparente, las circunstancias del descubrimiento, y la credibilidad científica del informe.

EL VERDADERO MISTERIO DE LOS O.V.N.I.S

Hasta el momento, aun no se ha respondido lo siguiente: ¿Son todos los casos de O.V.N.I.s simplemente fenómenos desconocidos apenas para los testigos o entre ellos hay verdaderamente fenómenos físicos reales desconocidos para la ciencia? O visto de otra manera: ¿podrían las ciencias sicológicas o sociológicas explicar el fenómeno O.V.N.I. sin necesidad de las ciencias físicas?

SUGERENCIAS PARA UN FUTURO MAS RACIONAL

Deberíamos superar la ufología tradicional y separarla en dos frentes: 1) el estudio científico de los Fenómenos Observacionales Anómalos (F.O.A.), que pueden ser cualquier cosa, y 2) si de verdad creemos en la posibilidad de visitantes del espacio sideral, establecer programas racionales de Búsqueda de Artefactos Extraterrestres (S.E.T.A., en inglés). Esto implica, sin olvidar la advertencia de Arthur C. Clarke (“cualquier tecnología suficientemente avanzada no se distingue de magia”), prueba física, autenticada y presente, de objeto claramente artificial y tecnológico, producto de o con seres inteligentes no humanos, y proveniente de fuera de la Tierra.

Un proyecto ejemplar funciona en Hessdalen, un valle de Noruega famoso por sus relatos de extrañas luces en el cielo. Una universidad local instaló multitud de instrumentos científicos y descubrieron que las luces son reales, pero no tienen características de artefactos tecnológicos, menos aun extraterrestres; más bien serían fenómenos atmosféricos inéditos relacionados con la cercanía del polo magnético.
¿Por qué los líderes mundiales no financian más proyectos como este? ¿Por qué ignoran el fenómeno O.V.N.I.? Tendrían varios motivos, como miedo al ridículo, convicción de que si en 60 años de ufología no se descubrió nada es porque no hay nada, o miedo a perder el liderazgo si se descubren seres más poderosos. Pero tal vez sea por el simple hecho de que en este mundo hay muchas otras cosas más urgentes para resolver. De cualquier manera, la verdad continúa allá afuera.

aldoloup@hotmail.com

Aldo Loup

Fuente:

http://www.abc.com.py/articulos.php?pid=256524