JOSEP CORBELLA – 01/06/2006
Barcelona

Hubo un tiempo en que el Polo Norte tuvo un clima tropical, con cocoteros y cocodrilos en lugar de iglús y osos polares, afirman investigadores que han recuperado por primera vez sedimentos del fondo del océano Ártico y han reconstruido la historia del clima polar en los últimos 55 millones de años.La investigación, que se presenta hoy en la revista científica Nature, muestra que hace más de 50 millones de años las aguas del Ártico estaban a 23 grados. Cuando los modelos informáticos que los científicos han desarrollado para predecir el cambio climático intentan simular lo ocurrido en el pasado, no son capaces de reproducir temperaturas tan altas. Por lo tanto, “a nuestros modelos les falta tener en cuenta algún elemento que fue importante para el efecto invernadero” en el pasado, ha declarado por correo electrónico Appy Sluijs, coautor de la investigación de la Universidad de Utrecht (Holanda). Lo más preocupante, para Sluijs, es que, “si los modelos subestiman la magnitud del calentamiento en el pasado, es posible que el calentamiento futuro también sea peor de lo que los modelos actuales predicen”.

Diecisiete países, entre ellos España, han contribuido a la investigación a través del Consorcio Europeo para Perforaciones de Investigación Oceanográfica (Ecord). En una expedición científica sin precedentes, tres barcos rompehielos se adentraron en el Ártico en el verano del 2004 y se situaron sobre la cordillera submarina de Lomonosov en un punto donde el fondo del mar se encuentra a poco más de 1.100 metros de la superficie. Durante tres semanas, se extrajeron sedimentos del fondo del océano en cilindros de cinco metros de longitud por siete centímetros de diámetro. Se extrajeron casi cien cilindros que, alineados, sumaban 430 metros de longitud. Dado que los sedimentos se acumulan unos sobre otros a lo largo de millones de años, llegar a las profundidades del subsuelo equivale, para geólogos y climatólogos, a viajar al pasado.

El análisis de los sedimentos ha revelado que hace 55 millones de años la Tierra estaba acalorada por un efecto invernadero más acusado que el actual. Las pruebas de los primeros icebergs se remontan a hace 45 millones de años, lo que demuestra que el Ártico había empezado a enfriarse coincidiendo con la glaciación de la Antártida; este resultado resuelve un viejo debate entre quienes pensaban que la evolución climática de los dos polos había sido independiente y quienes pensaban que había sido simultánea. La tendencia al enfriamiento se mantuvo hasta hace tres millones de años, cuando, poco antes de la aparición del género humano, empezó a oscilar entre calentamientos y glaciaciones por causas que se desconocen.

El reto ahora -destaca Kathryn Moran, coautora de la investigación de la Universidad de Rhode Island (EE.UU.)- es “comprender por qué se produjeron todos estos cambios” para predecir mejor cómo puede evolucionar el clima en el futuro y prevenir “un cambio climático de efectos catastróficos”.

Fuente:

http://www.lavanguardia.es/web/20060601/51264056683.html