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Para algunos, sobre todo para los que tenían niños pequeños en tiempos de la película de Stuart Little, será muy difícil aceptar que el actor que caracterizaba al gentil Padre de la familia Little, interprete ahora un personaje bastante cínico llamado Gregory House. Sin embargo esto es así, el actor y guionista británico Hugh Laurie, lo ha hecho y tan bien que ha sido merecedor del premio Golden Globe del 2006 por mejor actor de serie dramática de televisión.

Pero no solo la convincente actuación del protagonista hace del Dr. House M.D. una serie interesante, sino, la serie en si. He leído varias criticas que señalan que el personaje principal, esta basado en Sherlock Holmes, y estoy de acuerdo que se apoyaron en aquel personaje que es descrito como un detective privado alto, delgado, de nariz aguileña, poco emocional, irónico, ingenioso, intelectualmente inquieto y cocainómano, tal como es el Dr. Holmes, aunque sin nariz aguileña, ¡No lo permita Hollywood! Pero si tiene una cojera resultado de la amputación de una parte de la pierna, que le causa un constante dolor el cual lo manifiesta con un cinismo apabullante y una adicción a las pastillas contra el dolor.

El gruñón Doctor esta encargado de una minúscula sección del hospital que se encarga de un solo paciente, a la vez. Cuyo caso no ha sido podido diagnosticar por los demás miembros del hospital. Como Holmes, el doctor encontrara la causa de la sintomatología y la enfermedad asesina. Basándose en pequeñas pruebas que están, tanto en el paciente, como en su familia, entorno o cualquier pequeña anormalidad con que el paciente se halla topado. Las enfermedades son rarísimas, pero, si se toma en cuenta que es un solo caso por semana de un inmenso hospital, puede tener sentido.

Como toda serie gringa, siempre son dos historias paralelas que se ven en cada programa, por lo regular; una dramática, el detectivesco descubrimiento de la enfermedad desconocida que esta matando a un paciente, y otra cómica, ya que el Doctor es obligado a realizar horas de consulta, donde también, en forma detectivesca, encontrara la cura para sus pacientes o les recomendara que se dejen de tonterías: “cómprese una caja de condones y que vaya a un bar de solteros, ya que su marido no puede satisfacerla” le recomienda a una paciente que tiene mareos y descubre por sus hermosos e inmensos senos operados y la enfermedad de su marido que lo único que tiene son ganas de coger (follar).

Pero la serie tiene mucho más, tal vez resulte muy aburrido decirlo todo, pero más que aburrido, es idiota, lo único que debería decir es: les recomiendo que la vean, no se arrepentirán. Pero si quisiera resaltar, dos aspectos que me llamaron la atención y que tal vez, pecando de poca fe, se pierdan en el cinismo del personaje del Dr. House, y es precisamente este cinismo que cuestiona todo, desde la convenenciera “ética medica”, hasta valores irreales como “no-mentiras”. Este cínico personaje, tan lejos de tener humanidad, tiene algo que hemos perdido: humanismo. En esta sociedad tan desvalorizada, y no lo digo por los subjetivos valores morales, que constantemente enarbolan las entidades político-religiosa en contra de la supuesta decadencia de la civilización occidental, sino, por aquellos valores básicos, tangibles, reales e inmediatos, como el derecho a la salud y tantos otros que hemos perdido porque no tiene un valor comercial. Es importante para mí, ver a un personaje de ficción, enarbolar, en la práctica hipotética de estas situaciones, valores tan simples que hemos obviado como, “El Doctor tiene que hacer “lo que sea” para salvar a su paciente”. Este personaje lo hace: miente descaradamente a una comisión de transplantes de órgano para que su paciente aparezca en la lista de espera a pesar de no ser elegible por su “condición psiquiátrica” (bulimia), entuba a su paciente que tiene un paro respiratorio no obstante que tanto el paciente como el hospital tienen un convenio legal de no hacerlo, lo cual lo llevara a un juicio y el cual ganara basándose en deshonestas argucias legales y psicológicas para salirse con la suya, llegara incluso a golpear a sus pacientes si con ello puede salvarles la vida. Tal vez parezca muy deshonesto y supongo que lo es, pero el arrogante y cínico personaje logra su objetivo: Establecer que la vida humana es lo importante, más allá de lo políticamente correcto, lo moralmente aceptable o las filosofías de moda.

El otro aspecto es el rescate de la devaluada medicina científica. Defenestración que he llegado a escuchar hasta en prestigiosas cadenas de televisión como la TVE, quienes afirman que “el fracaso de la medicina moderna se debe a su falta de humanidad”. Comentario que se podría esperar de un ciensologo como el ignorante de Tom Cruise, pero que se escucha en todas partes. En esta serie se puede ver: que una cosa es la ciencia medica y otra es los sistemas de salud junto con el elemento humano, tan lleno de errores, y que la rumorología moderna confunde. La serie expone que los hospitales son instituciones manejadas por humanos y que factores humanos, políticas públicas o intereses económicos llevan a tomar decisiones equivocadas, pero que al final un razonamiento reflexivo llevara a un buen resultado, que se cometen errores, como toda empresa humana, pero que estos se corrigen y se llega a un resultado deseable. Y que la ciencia medica moderna es uno de los más encomiables logros de la humanidad.