Esta vez no se trata de frikis. Exorcistas autorizados por la Santa Sede, que antes de pronunciarse emplean una cautela extraordinaria, certifican lo que se vio en Antena 3. (el semanal digital) – El domingo por la noche, a las 23.30, Antena 3 emitió un reportaje producido por El Mundo TV, El exorcismo de Marta, cuyas imágenes, según explica el mismo diario, “son aterradoras”.

Porque esta vez no estamos ante las chaladuras de un friki, sino ante un caso cuya autenticidad han respaldado dos sacerdotes, exorcistas de renombre que actúan con el respaldo de la Santa Sede: José Antonio Fortea y Gabriel Amorth. Y es conocido que la Iglesia no es crédula en estas cosas: sabe que las posesiones diabólicas son proporcionalmente escasas (aunque están creciendo, forzando a Roma a incrementar el número de exorcistas), y agota todas las posibilidades científicas antes de atribuir al diablo hechos como los que nos mostrará Antena 3.

Tan es así, que lo primero que hizo el párroco a quien acudió la madre de Marta, una devota mujer, cuando una noche, mientras ambas veían la televisión, vio a su hija elevarse en el aire con los ojos vueltos, fue remitir el caso al psiquiatra. Quien nada pudo hacer: Marta, a partir de entonces, insultaba con voz de ultratumba a su madre cada vez que rezaba, e incluso intentó agredirla; mientras, los muebles se movían, los objetos estallaban en pedazos.

Desde que pasó todo esto han pasado tres años y medio, y Fortea, sacerdote de la diócesis de Alcalá de Henares, a quien terminó llegando el caso, continúa realizando sesiones de exorcismo. Por su parte, Amorth, exorcista de la diócesis de Roma (la diócesis del Papa), es paciente: “Es una posesión de media gravedad. En dos o tres años de rituales, la joven podrá liberarse del demonio”, relata en El Mundo.

Ambos clérigos han publicado varios libros sobre este tema, que preocupa a Benedicto XVI porque en todo el mundo, pero muy particularmente en Italia, el número de posesiones ha crecido de manera espectacular en los últimos años. En buena medida, por la proliferación de sectas satánicas. En el caso de Marta, un compañero de colegio de la joven, miembro de una de ellas, parece estar en el origen del problema.

Este mismo viernes, en el cementerio de Peralada, en el Alto Ampurdán (Gerona), fue profanada una tumba y la policía encontró junto a ella un caldero donde había sido cocinado, y probablemente ingerido, un caldo con los huesos del muerto, en una acción que la policía parece atribuir a un grupo de esta naturaleza.

Este documental es sobre hechos ocurridos en el 2002.

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