Si en la superficie de Marte se han dado alguna vez condiciones propicias para la vida, fue al principio de su historia y durante un periodo breve: las observaciones de la nave Mars Express de la Agencia Espacial Europea (ESA) indican que el agua desapareció de la superficie de Marte hace 3.500 millones de años, poco después de que la vida apareciera en la Tierra. Los resultados de la investigación, que se presentan hoy en la revista Science, pueden ayudar a definir la estrategia futura de los programas de exploración marciana.

Observaciones anteriores de la superficie de Marte habían revelado canales esculpidos por grandes volúmenes de agua, así como sedimentos depositados por la corriente. Pero las imágenes mostraban que hoy día no queda ni rastro de agua líquida en la superficie del planeta. Lo cual planteaba dos grandes incógnitas: ¿cuándo desapareció el agua de Marte y por qué? Y si Marte tuvo agua en abundancia en el pasado, ¿pudo tener también vida?

En busca de respuestas, la nave Mars Express, que se encuentra en órbita alrededor de Marte desde diciembre del 2003, ha analizado la composición mineral de la superficie de todo el planeta. Sus observaciones, junto a los análisis geológicos de los todoterrenos Spirit y Opportunity de la NASA, han permitido reconstruir su historia.

En las rocas más antiguas abundan los llamados filosilicatos, que no pudieron formarse sin agua. Por lo tanto, deducen los investigadores, Marte tuvo una primera era geológica con abundante agua líquida en su superficie que se inició poco después de la formación del sistema solar hace 4.600 millones de años y que terminó hace unos 4.000 millones de años.

“Ésta es la era en la que es más probable que Marte tuviera condiciones habitables”, ha declarado por correo electrónico Jean-Pierre Bibring, del Instituto de Astrofísica Espacial de Orsay (Francia) y director de la investigación. Otros investigadores dudan de que la vida pudiera prosperar en aquellos primeros años del sistema solar, cuando los planetas interiores como Marte y la Tierra se acababan de formar y se veían sometidos a bombardeos de meteoritos. Las pruebas más antiguas de vida en la Tierra se han hallado en rocas de 3.800 millones de años de antigüedad.

Hace unos 4.000 millones de años ( “una datación precisa es imposible – advierte Bribing-, el margen de error es de 200 millones de años”), Marte experimentó una intensa actividad volcánica y un cambio climático drástico que dieron paso a una segunda era geológica. Los sulfatos que se han identificado en la superficie indican que se convirtió en un mundo ácido en el que aún fluía agua. Se daban unas condiciones más inhóspitas que en la primera era, aunque los exobiólogos defienden que un entorno ácido puede ser compatible con la vida.

Finalmente, hace 3.500 millones de años, cuando la vida en la Tierra acababa de empezar y se limitaba aún a formas unicelulares simples, el agua desapareció de la superficie y la atmósfera de Marte y se inició la tercera era geológica, que aún dura. Los óxidos de hierro que predominan en la superficie del planeta y que le dan su color rojizo indican que ha sido un mundo inhóspito durante el 75% de su historia.

El geólogo planetario Ignasi Casanova, de la Universitat Politècnica de Catalunya, elogió ayer el trabajo como “una exposición elegante, sistemática y detallada de (…) la historia del planeta. La secuencia de tres etapas relacionadas con arcillas, sulfatos y óxidos de hierro es maravillosamente coherente”.

Los nuevos datos ponen en cuestión la estrategia del actual programa de exploración marciana de la NASA, basada en encontrar indicios de agua para buscar más adelante indicios de vida. Son resultados que “tienen implicaciones importantes cara a la exploración futura de Marte”, destaca Bibring. La más importante: “Las arcillas que se preservan de la primera era podrían contener rastros de moléculas biológicas y son destinos interesantes para futuras misiones de exploración”.

Fuente:

http://www.lavanguardia.es/web/20060421/51247417905.html