A través de esencias minerales, vegetales y animales, los especialistas en Medicina Natural y Tradicional equilibran el organismo humano de forma holística en los tres planos que admite el término: psíquico, orgánico y local, por ello muchos consideran esta técnica más completa que las habituales.La cura de las enfermedades exige un momento a solas con el doctor, en Homeopatía, la consulta requiere aproximadamente una hora y media. Los gustos, hábitos, dolencias y afecciones figuran entre los aspectos esenciales que caracterizan al individuo no como pacientes, sino como seres humanos.

Sin reacciones adversas o tóxicas, los tratamientos de homeopatía se emplean actualmente en más de 80 países de todo el mundo, principalmente de Europa, con excelentes resultados en el uso de gránulos, ámpulas, bebidas, tabletas y gotas, opción generalizada en lugares poco desarrollados.

Cuba, con incipientes avances, se incluye entre las zonas del planeta que dedican esfuerzos a estas acciones terapéuticas y en las provincias los expertos despliegan con frecuencia, investigaciones sobre la evolución de los procedimientos más utilizados a nivel mundial.

A partir del 2005 se abrieron en la Isla, clínicas de rehabilitación para elevar el promedio y la calidad de vida a través de la distribución por grupos de edades y riesgos.

Santa Clara, capital de Villa Clara, ubicada al centro del país, se reconoce como la ciudad más envejecida del territorio con un promedio de edad de 35 años, por ello cada una de sus siete áreas de salud contempla una sala de rehabilitación donde los pacientes disponen de óptimas condiciones materiales y especialistas capacitados en la materia.

“En dichos centros, la curación de una dolencia no se distingue por la inmediatez de un analgésico, se realiza con el análisis de las características físicas, síquicas y de relación que motivan una patología en el individuo”, aseveró Arelys Cabrera, Master en Medicina Tradicional y Natural.

Y es que los síntomas en Homeopatía no se suprimen, sólo indican un mal funcionamiento en la totalidad del organismo y orientan a los expertos en la búsqueda de hábitos, vivencias familiares y sociales para hallar el origen de la desarmonía corporal.

Diana Fernández Martínez, ama de casa de 43 años, no ha podido superar el accidente de su hermano, a veces se deprime y en ocasiones se exalta, tiene un niño de 3 años.

“Me hablaron de las facilidades de este tipo de práctica y me decidí, yo necesito algo para calmar mi ansiedad y para levantarme el ánimo, no puedo hacer el tratamiento normal porque el diazepan me pone a dormir y necesito atender a mi hijo”.

Numerosos sujetos acuden al naturista para controlar su estado anímico. El estrés, la angustia, el cansancio, la depresión, la falta de energía y el insomnio resultan cualidades irrelevantes en los métodos convencionales, pero existen disímiles patologías que se remedian a diario a través de los homeópatas.

Entre ellas figuran migrañas o cefaleas, afecciones respiratorias de origen bacteriano, vírico y alérgico, gastritis, úlceras, colitis, diarreas, aftas, hipertensión arterial, varices, hemorroides, enfermedades reumáticas, trastornos ginecológicos, cistitis agudas y de repetición, alteraciones dermatológicas y problemas oculares.

“Siempre intenté dejar de fumar porque soy asmático. Aunque probé hasta chicles de nicotina que me partieron la dentadura nunca logré alejarme de la colilla. Hace tres meses comencé con las gotas 6 veces al día y ya aunque lo huela no pruebo uno”, comenta satisfecho Mario Rodríguez Artiga, señor retirado de 71 años que al parecer logró desprenderse de su gran vicio.

Homo Kenyata Moré Chang, Especialista de Segundo Grado en Medicina Tradicional y Natural, con diplomados en Homeopatía y Terapia floral, comprueba con satisfacción los beneficios de su labor. En más de diez años distingue en alrededor de 18 mil pacientes la efectividad de los fármacos que receta:

“A mi consulta acuden personas de todas las edades y sexos, incluso de otros países. Yo confío en lo que hago, superior a la medicina alotrópica, por que si bien los medicamentos eliminan las enfermedades, no estabilizan al individuo en la esfera emocional y espiritual. El sistema inmunológico continúa deprimido y propenso a otros padecimientos”.

“La certidumbre de este régimen se regula mediante los continuos análisis de la evolución de los enfermos, para ello se manejan instrumentos como el goniómetro, en la medición del estiramiento de los huesos (problemas óseos); la escala del dolor, con cifras particulares en cada persona; el centímetro, en la disminución de la inflamación; las exploraciones del plano mental y otros”.

Aún cuando la obtención de productos de este corte se observa en regiones como Inglaterra, Alemania, Japón, Estados Unidos, Francia y Brasil, Cuba posee más de 3000 disoluciones obtenidas sobre la base de sustancias como la miel, la sábila, la cebolla y otras provenientes de la nación para elaborar medicamentos efectivos en el equilibrio del cuerpo.

Los críticos aseguran, sobre todo en los Estados Unidos, que la fascinación pública por la medicina alternativa determina la circulación anual de 250 millones de dólares con supuestos remedios.

Esoterismo, horóscopos y amuletos resultan definiciones comunes si de industria no convencional se habla. Incluso, cuando dichos conocimientos se aprueban científicamente persisten las dudas y la desconfianza.

“Para mi esos productos son cocimientos de bruja, empecé a tomarlos para el dolor de cabeza y la ansiedad, y nada, yo creo que empeoré”, opina María Josefa García, adminitradora de una tienda de víveres.

No permanecen ausentes los que asocian los resultados favorables al efecto placebo, es decir, a cualquier sustancia sin principios activos suministrada al paciente, quien aguarda engañado una posible mejoría.

La serie “Horizon” de la BBC, explicó que esto se debe a las cantidades ínfimas que se diluyen en los fármacos homeopáticos, donde ni siquiera existe una molécula del producto.

Un estudio realizado por la cadena de Londres, estima que el 40 por ciento de los complejos vendidos en Francia poseen menor concentración que un grano de sal disuelto en todos los océanos de la Tierra.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en cambio, reconoce oficialmente la terapéutica desde 1978, aunque no la regula ni normaliza. Sin embargo, recomienda la aplicación de esta disciplina en todos los sistemas de salud.

Rafael Díaz Ávila, Master en Medicina Natural y Tradicional no se fía de los posibles beneficios. “Considero estos métodos muy subjetivos, el paciente toma agua y alcohol y piensa que eliminará sus dolencias. Tuve un abuelo de 92 años que tomaba gránulas de donación y no resolvió su problema, aunque no estoy seguro, a su edad, si tomó o no las píldoras de la forma indicada.”

Al inicio de la década actual, estudios realizados en los Estados Unidos (1991) revelaron que la tercera parte de una muestra de mil 539 adultos eligieron los métodos alternativos luego de fracasar con la medicina acádemica.

Durante el 2001, según datos ofrecidos en la mesa redonda Estado Actual de la Homeopatía en Cuba, se atendieron por este medio 332 mil 904 pacientes, y en los nueve primeros meses de 2005 acudieron al homeópata casi 600 mil individuos.

El origen de la práctica se debe al médico alemán Christian Friedrich Samuel Hahnemann, quien en 1810 estableció una teoría completa sobre el principio de los trastornos y el modo de aliviarlos a través de mecanismos similares a los que causaban los males.

Para eliminar la sífilis, padecimiento mortal de la época, se administraban vapores de mercurio muy venenosos, que llegaban a provocar la muerte de gran parte de los hombres y Hahnemann probó los mismos tóxicos con disoluciones para hacerlos inocuos.

Surge así el término “homeopatía” (curar con lo similar) junto a la ley de similitud, aunque la idea original se remonta a la medicina medieval casi mágica de Paracelso y a las contribuciones iniciales de Hipócrates.

Las tendencias capitalistas no aprueban las leyes hanemanianas. El miedo a la reducción de ganancias determina que los fármacos sin efectos secundarios no compitan con los nocivos habituales, y por ello, restarle credibilidad a las antiguas ciencias se convierte en una acción frecuente de los grandes consorcios.

Más de 300 millones de personas tratan sus dolencias mediante rutas preventivas y las incesantes críticas no desaniman a los seguidores de la materia. Los inteligentes eliminarán los enfoques reduccionistas y mecánicos para conservar su salud y desarrollar la resistencia contra disímiles afecciones.

Fuente:

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