Un equipo de científicos que llevaba a cabo el enésimo intento de encontrar un legendario pájaro del grupo de las aves del paraíso en la jungla de Nueva Guinea asegura haber hallado, en unas remotas montañas de esta isla indonesia, un auténtico tesoro natural. Lo formarían cientos de decenas de nuevas especies hasta ahora desconocidas. Entre ellas hay pájaros, ranas, mariposas y palmeras, descubiertas en un bosque tropical prístino y jamás hollado por el hombre: un auténtico jardín del Edén, según han explicado los miembros de la expedición.
La expedición, promovida por la organización norteamericana Conservation International, ha hallado, en medio de flores gigantes y plantas desconocidas de la jungla guineana, raras especies de aves en pleno apogeo de sus cortejos rituales. Y en los alrededores del bosques han aparecido extraños mamíferos, como canguros de los árboles, y especies parecidas a los osos hormigueros… con espinas en todo el cuerpo.

Bruce Beehler, vicepresidente de la organización Conservation International -quien encabezó la expedición entre noviembre y diciembre del año pasado-, declaró que se han encontrado docenas, si no cientos de nuevas especies en el que tal vez sea el más prístino ecosistema en toda la región del Pacífico asiático. En su opinión, la expedición sólo ha podido observar una parte minúscula de todo este tesoro natural, por lo que espera volver este año.

El hallazgo más remarcable ha sido una criatura sin nombre en castellano que podría ser la legendaria ave del paraíso de las seis púas de Berlepsch (Parotia berlepschi), que se caracteriza por tener seis curiosas plumas puntiagudas en la parte superior de la cabeza. Se la creía perdida para la ciencia.

Al menos otras doce expediciones habían intentado anteriormente sin éxito alcanzar las inexploradas e intactas montañas de Foja, en el oeste de Nueva Guinea (Indonesia) en busca de esta ave. Y ahora, Bruce Beehler confiaba en lograr el objetivo y cerrar el misterio científico que rodeaba el origen de esta legendaria ave. Y lo ha logrado.

El ave fue descrita por primera vez en 1897 por el ornitólogo alemán Otto Kleinschmid a partir de unas pieles expuestas en el museo privado de Hans von Berlepsch. Se pensaba que su origen era el norte de Nueva Guinea, pero se desconocía su hábitat concreto.

Las expediciones anteriores intentaron encontrarla sin éxito y agotaron sus recursos y energías en viajes más bien consistentes en buscar una aguja en un pajar.

“Me quedé estupefacto al ver cómo el macho retozaba en un arbolillo alrededor nuestro moviendo sus alas y las plumas blancas del cuello y silbando sus dos suaves notas para la hembra”, relataba ayer en su página web (www.conservation.org) el emocionado investigador Bruce Beehler, describiendo el momento en el que se produjo el histórico hallazgo. El pequeño pájaro es negro y tiene un plumaje que refleja un color metálico, mientras que el cuello y sus costados son blancos.

La otra ave de interés encontrada es el capulerno de frente amarilla (Amblyornis flavifrons), también perteneciente a lo que se considera grupo de las aves del paraíso, según el asesoramiento prestado a este diario por la Sociedad Española de Ornitología (SEO/ BirdLife). Estaba descrita hacia 1890, pero su localización en Nueva Guinea era desconocida.

Sin embargo, el primer hallazgo que realizaron los investigadores -efectuado a las pocas horas de pisar el suelo de esa zona- fue un raro pájaro comedor de miel, que ha resultado ser la primera nueva especie de pájaro encontrada en Nueva Guinea desde 1939. Hay que tener en cuenta que esta isla es el enclave geográfico que reúne a más especies de todo el planeta.

Los científicos también han encontrado más de veinte especies de ranas, cuatro de mariposas, cinco de palmeras y muchas otras plantas deben ser aún inventariadas y clasificadas, incluido el que puede ser el más ancho rododendro en flor. Los botánicos han explicado que estas plantas son totalmente distintas de lo que hasta ahora se había encontrado.

También se han visto canguros de los árboles -especies amenazadas en Nueva Guinea- y el equipo pudo observar una especie totalmente nueva en estas islas: el canguro de árbol de manto dorado (Dendrolagus pulcherrimus). El animal en cuestión, que tiene una piel dorada, ha sido considerado el más bello y raro de entre los marsupiales hasta ahora conocidos. También han sido vistos otro marsupiales, como el ualabi. Beehler ha destacado como algo sorprendente el comportamiento de estos animales. Lo lógico sería que se mostraran tímidos o recelosos ante la presencia humana. Pero lo llamativo es que algunos de ellos se dejaban coger mansamente entre las manos por el equipo mientras se hacían las fotos.

De hecho, los animales se encuentran en un lugar prácticamente inaccesible. Mientras las poblaciones indígenas locales -los kwerba y los papasena- habitan terrenos fronterizos y eluden estar en el corazón de la selva más profunda, muchas de estas especies sí habitan en su interior. El contacto con esas poblaciones, según explicó Beehler, ha sido fundamental para conectar con el ave del paraíso, que pervive en la memoria de la tradición oral de estas poblaciones. “Los kwerba y los papasena de más edad estaban excitados y emocionados como nosotros cuando nos encontramos con la criatura desaparecida”, declaró ayer el investigador.

El paraíso de las montañas Foja demuestra que todavía hay lugares en el mundo no descubiertos por el hombre.

Fuente:

http://www.lavanguardia.es/web/20060208/51233044426.html