Lic. en Psicología Jesús Esteban Sosa Chan, coordinador de la supervisión de la práctica clínica en las maestrías en Psicología Clínica Infantil y en Psicología Clínica de Adultos.— Michael Persinger, psiconeurofisiólogo clínico, afirma que muchas experiencias pueden ser generadas por “microataques eléctricos” que alterarían el flujo de información entre los lóbulos temporales del cerebro, distorsionando la forma en que el individuo se percibe a sí mismo y el ambiente que lo rodea; por ejemplo, provocaría alucinaciones y otras experiencias “paranormales” causadas por influencias externas.También está nuestro sistema de creencias: si la persona cree en los ovnis, estará pendiente de todos los fenómenos que ocurren a su alrededor, y experiencias causadas por algún estímulo físico, como cambios atmosféricos, le harán creer que percibe un fenómeno de este tipo; a esto lo llamamos la profecía de autocumplimiento.

Como ser gregario, el ser humano puede contagiarse de este fenómeno que las gentes cercanas a él experimentan; por ejemplo, si alguien dice que ve ovnis y la gente cercana a él también cree que los ve (aunque no perciba nada), podemos hablar de una psicosis compartida.

Este punto de vista no descarta que existan personas que sí tienen este tipo de experiencias.

Presbítero Jorge Antonio Laviada Molina, prefecto de Teología del Seminario Conciliar de Nuestra Señora del Rosario y de San Idelfonso.— La fe nos lleva a afirmar que todo cuanto existe ha sido creado por Dios y en el credo lo confesamos cuando decimos: “Creo en un solo Dios, creador del Cielo y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible…”.

De tal modo que —desde la perspectiva de la fe— el tema de la posibilidad de que haya vida en otros planetas está abierto, simplemente como eso: una posibilidad, siempre y cuando admitamos que esa posible vida extraterrestre existe porque Dios la ha creado.

Ante la inmensidad del Universo, se antoja razonable pensar que en otro planeta se puedan reunir todas las condiciones propicias para que exista vida e incluso para que se dé la vida inteligente.

Sin embargo, por el momento no parece que exista alguna prueba convincente que asegure que haya sucedido algún contacto con esos presuntos seres venidos de otros planetas.

Creo que la fascinación de la cultura contemporánea por lo extraño, por lo sorprendente y por lo novedoso lleva a muchas personas a sentir una fuerte atracción por estos temas y las conduce a experimentar un intenso deseo de que estos contactos se realicen. Licenciado en Antropología Orlando Casares Contreras, con especialidad en Arqueología, y alumno de la Maestría en Ciencias Antropológicas.— Según las condiciones del universo, es muy probable que el fenómeno conocido como vida extraterreste sea posible en otros puntos de la galaxia, pero que esas formas de vida se manifiesten a través de vídeos y fotos de mala calidad es otra cosa.

Aún no existen pruebas verdaderamente científicas que respalden los argumentos de quienes lucran con esos temas.

Este es un fenómeno cultural generado porque nuestra sociedad se desarrolla bajo la influencia de programas televisivos, literatura y publicidad sobre ciencia ficción, que nos hacen pensar y alojar esperanzas de vivirlas.

Estos temas son como hablar de la religión: habrá opiniones divididas y gente que vea ovnis hasta en el patio de su casa y viceversa. En mi opinión, lo importante es que la gente sepa diferenciar entre estar viendo un “show” televisivo y una conferencia científica, ya que en estos temas ambos tienden a confundirse. Muestra de esa capacidad fantasiosa es asociar a grandes sucesos de la historia la presencia de extraterrestes; esto sucedió con los casos de Hiroshima y las Torres Gemelas. Ahora sólo falta que digan que Osama Bin Laden es de Marte.

Fuente:
http://www.yucatan.com.mx/noticia.asp?cx=11$2900000000$3213317&f=20060128