Los supuestos avistamientos o “luces misteriosas” en el cielo del Sur no son nada nuevo y se han reportado por temporadas, no sólo en Ticul (donde se hizo una grabación que fue presentada a principios de 2005 por el conferencista Jaime Maussán) sino también en municipios cercanos.Sin embargo, lo más relevante de este tipo de fenómenos ocurrió en la urbe cuerera, a partir de julio de 2004, cuando la población de la marginada colonia Benito Juárez empezó a ver y contar sobre la presencia de luces que surcan el cielo ticuleño, a veces por la noche, otras en el atardecer y muchas veces de madrugada.

Las “luces misteriosas”, semejantes a las que emite un avión, despertaban la curiosidad de la gente por su rapidez de desplazamiento y el hecho de que se apagaban cada vez que un avión cruzaba cerca. La romería se empezó a armar en Benito Juárez y hubo noches en que más de 500 vecinos iban a ver las supuestas apariciones de luces. El lugar también empezó a llenarse de vendedores.

Vecinos referían que el tamaño de las luces llegaba a veces a ser muy grande y en una ocasión un conjunto de estas luces, semejantes a motores de reacción, fueron filmadas por un par de primos del barrio de San Enrique.

En esa ocasión fueron numerosas las familias que dieron testimonio de la aparición. En diciembre de ese año, Jaime Maussán, quien se ha hecho popular por presentar vídeos del fenómeno ovni en programas de televisión y en giras por varias partes del país y el extranjero, dijo que los vídeos de los jóvenes eran originales.

Casualmente, la aparición de las “luces misteriosas” comenzó días después que en la región se reportara un sismo de baja intensidad. Otra coincidencia fue que las luces dejaron de verse después de un segundo sismo, varios meses después, pero algunos aseguran que aún se ven.

Según versiones de algunos vecinos de Oxkutzcab, en 2001 los hermanos Magaña Granados causaron revuelo al relatar que una noche, mientras viajaban en la carretera Teabo-Maní, fueron perseguidos por un objeto luminoso que, dijeron, parecía un “platillo volador”. En otra ocasión, en el cielo de Oxkutzcab, nuevamente de noche, un grupo de vecinos vio un objeto luminoso que sobrevolaba el área pero desapareció de improviso. Sin embargo, la curiosidad de algunos vecinos los hizo ir al lugar donde desapareció y descubrieron que en realidad se trataba de un papalote que estaba equipado con unas focos que funcionaban con pilas.— Nidia Rojas Durán / Jesús Bacab Chulim

Fuente:
http://www.yucatan.com.mx/noticia.asp?cx=14$0000000000$3209721&f=20060122