Unas 100.000 personas repartidas por 150 países, dirigidas desde la Universidad de Oxford, han unido sus ordenadores para descifrar cómo será el clima de la Tierra en las próximas décadas, un objetivo tan complejo técnicamente como colosal desde un punto de vista del cálculo matemático. El proyecto se llama Climateprediction y ya ha empezado a dar sus primeros frutos (nada halagüeños). Las simulaciones informáticas que emplea Climateprediction para calcular la temperatura o la lluvia que habrá en un futuro son similares a los modelos usados por los servicios meteorológicos en sus previsiones a corto plazo, pero las operaciones matemáticas se han de multiplicar por miles de millones. Y para ello se necesita una potencia informática descomunal, resume el físico británico Dave Stainforth, director de Climateprediction. “Aceptamos colaboraciones”, dice. Su reclamo ya es seguido en España por un millar de aficionados. Ayer estuvo en CosmoCaixa para presentar el proyecto y conocer a sus colegas barceloneses. “Por supuesto que es gratis –dice el investigador–. Lo único que hay que hacer es bajarse de internet un programa con los datos”.

Climateprediction sigue el ejemplo de SETI at Home , programa dedicado a buscar vida extraterrestre a partir del análisis informático de las señales lejanas –también millones– captadas por radiotelescopios. Cuando un voluntario deja su ordenador en punto muerto –encendido, pero sin uso–, su software se pone en marcha y empieza a hacer cálculos. Al cabo de unos días o meses de trabajo, cuando su cometido ha concluido, las simulaciones se devuelven automáticamente a Oxford (www. climateprediction.net) para que allí sean analizadas.

El principal parámetro utilizado en los cálculos es la mayor o menor abundancia de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, aunque en un futuro esperan incorporar otras variables, como el metano o los ciclos naturales del Sol.

Climateprediction se puso en marcha hace tres años con patrocinio público y colaboración privada, pero su gran éxito ha sido el boca boca cibernético. Hasta se han ejecutado más de 70.000 simulaciones climáticas. Los primeros resultados coinciden en que habrá un aumento destacado de la temperatura planetaria incluso en el caso de que los valores de CO2 se mantengan tal como están ahora, pero el margen es muy amplio: desde dos grados, inferior a la media prevista por la ONU para el 2100, hasta unos escalofriantes 11 grados.

Actualmente, los expertos de Oxford trabajan en un programa para analizar el clima futuro a escala regional. “En el Mediterráneo, todas las simulaciones nos dan un aumento de las temperaturas en las cuatro estaciones, aunque posiblemente inferior al incremento que experimentará el norte de Europa”, dice Stainforth mientras señala en su ordenador un montón de gráficas. “En cuanto a precipitaciones, creemos que en el Mediterráneo lloverá lo mismo en invierno, primavera y otoño, pero en verano habrá un descenso importante, quizá un 15%. En cambio, en el resto de Europa probablemente lloverá más todo el año”.