Investigadores de la universidad de Michigan han manifestado recientemente que los programas actuales de búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) no pueden distinguir señales artificiales del ruido de estrellas próximas. Demostraron cómo un mensaje enviado a través de ondas de radio es casi indistinguible de la radiación termal ordinaria que viene de las estrellas. Si las civilizaciones extraterrestres hubieran estado transmitiendo durante mucho tiempo, habrán optimizado probablemente sus comunicaciones para ahorrar energía, por lo que la señal sería más débil y no la distinguiríamos cuando la recibiéramos. La nueva investigación demuestra que las transmisiones electromagnéticas altamente eficientes de nuestros vecinos en espacio se asemejarían a la radiación termal emitida por las estrellas.

Mark Newman, físico de la Universidad de Michigan, junto con el biólogo Michael Lachmann y el informático Cristopher Moore, ha ampliado la investigación pionera en los años 40 de Claude Shannon sobre transmisiones electromagnéticas en un trabajo publicado recientemente llamado “Los límites físicos de la comunicación, o porqué cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de ruido.” Lachmann se encuentra en el instituto Max Planck en Leipzig, Alemania y Moore trabaja en la universidad de Nuevo México en Albuquerque.

Shannon demostró que un mensaje transmitido con eficacia óptima es indistinguible de ruido al azar a un receptor desconocedor de la lengua en el mensaje. Por ejemplo, un mensaje del correo electrónico que sus primeras letras son AAAAA contiene poca información ya que el lector puede conjeturar fácilmente qué vendrá probablemente después — otra A. El mensaje no contiene nada al azar. Por otra parte, un mensaje que comience con una secuencia de letras como RPLUOFQX contiene mucha información porque no se puede conjeturar fácilmente la letra siguiente.

Es paradójico; el mismo mensaje puede parecer un revoltijo al azar de letras que no contienen ninguna información si no se sabe el código usado para codificar el mensaje y por lo tanto la conclusión es que no se puede encontrar la diferencia entre un mensaje rico en información y un revoltijo al azar de letras.

Cuando las ondas electromagnéticas se utilizan como medio de transmisión, la mayor parte de la información de un mensaje es indistinguible de la radiación termal ordinaria — la misma clase de ondas de radio que son emitidas por objetos calientes como las estrellas. Es decir un mensaje de radio eficientemente cifrado que viene del espacio exterior no parecería ser diferente del ruido de una estrella normal en el cielo.

Así pues, suponga a alienígena en el espacio decidido a tomar muestras de la vida de la Tierra. Le resultaría fácil, puesto que nuestras señales de radio y de televisión están zigzagueando cifradas ineficazmente y fácilmente distinguibles de las estrellas.

Pero diga los intentos de un ser humano para templar en vida extraterrestre.

Ahora bien, nosotros cuando buscamos lo que intentamos localizar son señales no al azar, pero y si los alienígenas estuvieran codificando sus señales de manera que parezcan al azar. Con algunos cientos de años de práctica en hacer esto (nosotros llevamos casi un siglo escaso) seguro que se habría descubierto la manera más eficiente de codificar mensajes de radio. Por lo que a nosotros esa comunicación parecería similar a la de una estrella u otro objeto caliente.

Después de todo en los 12 mil millones de años de historia del universo, es probable que los extraterrestres (si existen) se estén comunicando durante más tiempo que los 80 años de comunicaciones de radio que llevamos nosotros, por lo que habrán conseguido perfeccionar bastante su estilo.

Newman cree que la gente que cree en estos proyectos está perdiendo su tiempo. Si se captara una señal de pequeños hombres verdes parecería probablemente la señal de una estrella y pasaría desapercibida.

* Noticia Original: Universidad de Michigan

Fuente:
http://www.sondasespaciales.com/modules.php?name=News&file=article&sid=1065