Recientemente me he encontrado con gente que cree abiertamente que el SIDA no es más que una enfermedad creada por alguna potencia como Estados Unidos para intentar conseguir una especie de control demográfico. Por ejemplo, cuando una vez me encontraba en un curso de computación en la UNAM, llegó un chico simpático llamado Xicoténcatl. El chavo, muy interesado en la programación y la idea de las empresas, nos dio una plática acerca de las nuevas tecnología de la computación y las bases de datos. De pronto, y sin previo aviso, surgió el comentario de que el SIDA es una creación humana y que solamente altos dirigentes tienen acceso a una vacuna. En otra ocasión, en la prepa, mi maestro Ignacio (me daba una loca clase llamada “educación para la salud”) afirmaba categóricamente que el SIDA había sido creado por científicos, pero que de alguna manera se les había escapado.

Así me encuentro con profesores, amigos, curiosos, etc., que les encanta especular sobre esto. Sin embargo, con mi pericia de biólogo en formación (muy temprana todavía), rechazo de manera sencilla todas esas ideas.

Vayamos por partes. Mucha gente cree que si la ingeniería genética comenzó a principios de los ochentas, y que los primeros brotes de SIDA aparecieron a principios de esa década, dicen que “es lógico suponer que los ingenieros genéticos crearon el virus”. Parece que hay relación, más yo creo que solamente es una coincidencia.

Curiosamente, por los años treintas, ya había muestras del virus del VIH en algunos simios, lo que mostraba que el virus ya andaba por ahí desde hace mucho tiempo. A principios de los ochentas (o antes), seguramente el virus sufrió una mutación que permitió el contagio en humanos.

Al principio se creía que el contagio era exclusivamente entre homosexuales, así que no había peligro. Poco a poco se ha ido sabiendo que el virus tiene diversas formas de contagio como una transfusión sanguínea, relaciones sexuales sin protección y con una persona infectada, etc., y que todos somos propensos de sufrir la enfermedad.

Hasta ahora no hay cura, pero día con día, cientos de científicos en todo el mundo mantienen líneas de investigación en torno a la búsqueda de una vacuna eficaz contra este terrible mal. Si el virus fuera fabricado por Estados Unidos, ¿para qué sigue invirtiendo este país mucho dinero en investigaciones en donde se busca una cura o vacuna contra el SIDA si ya la tiene?

COMO DATO CURIOSO

Poco a poco ha salido a la luz que el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov no murió solamente de un problema coronario y una falla renal. En 1983, el buen doctor se contagió de SIDA a causa de una transfusión sanguínea. Cuentan que los doctores recomendaron a la esposa no revelar la noticia. Aunque también hay otras versiones que dicen que la misma esposa es quine decidió guardar el secreto. Así que Asimov (no yo, sino el escritor), murió de las causas ya mencionadas al principio a causa de la complicación de su mal.