Fotografían objeto estelar descubierto por mexicano. Captura la NASA una imagen de un objeto Herbig-Haro, regiones nebulosas y brillantes de gas y polvo que usualmente se encuentran encerradas dentro de nubes oscuras Andrés Eloy Martínez Rojas
fuente:EL UNIVERSAL on line
Viernes 23 de septiembre de 2005

La imagen tomada por el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA transforma una nube oscura en un velo sedoso y translúcido, revelando el flujo molecular proveniente de una escondida estrella recién nacida.

Utilizando luz del infrarrojo cercano, Spitzer atraviesa la nube oscura para detectar el flujo proveniente de un objeto llamado Herbig-Haro 46/47.

Los objetos Herbig-Haro son regiones nebulosas y brillantes de gas y polvo que usualmente se encuentran encerradas dentro de nubes oscuras. Se forman cuando el gas eyectado a velocidades supersónicas por una protoestrella en formación (o estrella embriónica) interactúa con el medio interestelar que lo rodea.

A menudo, estas estrellas jóvenes solamente pueden ser detectadas en el infrarrojo. Esta clase de objetos fue descubierta en los años 1946-1947 en la Nebulosa NGC 1999 en Orión, por el estadounidense George Herbig (1920- ) y el mexicano Guillermo Haro (1913-1988). En honor de ambos son conocidos como objetos Herbig-Haro.

HH 46/37 es un ejemplo notable de protoestrella de poca masa eyectando un chorro y creando un flujo bipolar. La protoestrella central se encuentra en una nube oscura (conocida como un “glóbulo de Bok”) que es iluminada por la cercana Nebulosa Gum.

Localizada a una distancia de 1 140 años luz en dirección de la constelación de Vela, la protoestrella está oculta a la vista en luz visible . Con Spitzer, la estrella y sus deslumbrantes chorros de gas molecular se muestran espectacularmente.

Los flujos son objetos interesantes, ya que caracterizan una de las fases más energéticas de la formación de estrellas de poca masa (como nuestro Sol). Los chorros que surgen de estas protoestrellas pueden llegar a tener millones de millones de kilómetros de extensión y velocidades de miles de kilómetros por hora.

Estos chorros son una clara evidencia de la presencia de procesos que crean haces supersónicos de gas. Este mecanismo está estrechamente enlazado con la presencia de discos circumestelares que rodean a las jóvenes estrellas. Es muy posible que estos discos contengan los materiales de los que surgen los sistemas planetarios.

Probablemente, nuestro Sol sufrió un proceso similar hace unos 4 mil 500 millones de años. De ahí el interés en comprender cuán rápida y eficientemente tienen lugar estos procesos de acreción y pérdida de masa en las protoestrellas.

El telescopio espacial Spitzer ha ampliado desde su lanzamiento en el 2003, nuestra comprensión del cosmos en la gama del espectro infrarrojo, dándonos una visión única de las profundidades del universo.

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