En estos momentos está nuevamente de moda la película “Terror en Amityville”, un “remake” de la película de 1979 con el mismo nombre, ambas basadas en la novela de Jay Anson “The Amityville Horror: A True Story” (“El Horror de Amityville: Una Historia Verdadera”) escrita en 1979 y que continuó con una secuela a la primera película y que se tituló “Amityville II: The Possession”.

Estoy escribiendo al respecto porque pocas personas conocen la verdadera-historia-verdadera, y caen en la trampa que realmente está basada en una historia verdadera. Bien, pues la verdad es que el evento original fue un engaño.Todo comenzó el 13 de Noviembre de 1974 cuando el señor Ronald DeFeo y su esposa Louise fueron asesinados a balazos junto con sus dos hijos y sus dos hijas, todos mientras dormían en su casa la comunidad de Amityville en Long Island, Nueva York. Las investigaciones posteriores arrojaron como resultado que el único hijo sobreviviente, llamado Ronald y apodado “Butch”, fue el asesino material de su familia, hecho que finalmente confesó y por el cual fue sentenciado a prisión por 25 años a cadena perpetual.

Al año siguiente y solo dos semanas después de su sentencia, la familia del señor George Lutz integrada por su esposa Kathy y sus tres hijos se mudaron a vivir en la casa donde habían sido asesinados los DeFeo, una casa tipo holandesa colonial donde estuvieron solo 28 días porque, según ellos, fueron desalojados por fuerzas siniestras que utilizaban fenómenos paranormales para asustarlos e incluso inexplicablemente infligir dolorosas ampollas a un sacerdote.

La estación televisora Canal 5 de Nueva York hizo una supuesta investigación llevando a la casa al “demonólogo” Ed Warren y a su esposa Lorraine, una supuesta “clarividente”. Según el investigador Joe Nickell en su libro “Entidades: Ángeles, Espíritus, Demonios, y Otros Seres Extraterrestres” (1995), el grupo sostuvo una serie de sesiones espiritistas y terminaron por recomendar un exorcismo. En 1977, Jay Anson escribió su libro comisionado por Prentice-Hall para narrar la historia de los Lutz convirtiéndose inmediatamente en un Best Seller.

Joe Nickell nos cuenta que un señor que se mudó a esta misma casa comentó que lo único horrible que experimentó fue una ola de bobos que no dejaban de entrar a curiosear dentro de su propiedad, y que la pareja que posteriormente a la salida de los Lutz adquirió la residencia, James y Barbara Cromarty, confirmaron que ningún evento paranormal sucedía en la ya famosa casa.

En la edición Enero-Febrero 2003 de la revista Skeptical Inquirer, Nickell nos dice que los investigadores Rick Moran y Peter Jordan en su artículo “The Amityville Horror Hoax” de la revista Fate de Mayo de 1978, descubren que la policía no había llamdo a la casa y que el día que los Lutz afirmaban haber descubierto huellas en la nieve, no había nieve.

Nickell comenta que él mismo se entrevistó con Barbara Cromarty en tres ocasiones, incluyendo la vez cuando visitó Amityville como consultor para la serie de televisión In Search Of. Cuenta que ella le dijo que no solo su familia no había experimentado ni una sola ocurrencia sobrenatural en la casa, sino que tenía evidencia que todo el asunto había sido un engaño. Posteriormente Nickell recomendó a un productor del programa That’s Incredible quien lo había contactado para pedirle consejo sobre la filmación dentro de la casa, que presentaran a la señora Cromarty señalando algunas de las discrepancias, como por ejemplo, la afirmación de los Lutz que una fuerza poderosa e invisible había dañado extensivamente puertas y ventanas, y sin embargo, los Cromarty notaron que las perillas, cerraduras, bizagras, etc. estaban intactas y que no había daños ni en la pintura ni en el barniz.

Con el tiempo, el abogado de Ronald DeFeo, William Weber, contó cómo fue que los Lutz acudieron a él después de dejar la casa y que le había dicho cómo sus “experiencias” podrían serle útiles para preparar un libro. “Creamos esta historia de horror durante muchas botellas de vino que George Lutz estaba bebiendo”, dijo Weber a la Associated Press. “Estamos creando algo sobre lo que el público quiere escuchar”. Weber posteriormente demandó por dos millones de dólares a los Lutz por retractarse del trato del libro. Los Cromarty también demandaron a los Lutz, a Jay Anson, y a los editores por haber inventado afirmaciones fraudulentas que resultaron en la invasión de su privacidad y destrucción de su propiedad por la oleada de curiosos que creyeron sus historias. Durante el juicio, los Lutz admitieron que virtualmente todo lo dicho en The Amityville Horror fue pura ficción (Nickell 1995; Stephen Kaplan y Roxanne Salch Kaplan, The Amityville Horror Conspiracy (1995), Lacyville, Pa: Belfrey Books).

En su libro The Night the DeFeos Died: Reinvestigating the Amityville Murders (2002) Xilibris Corporation, Ric Osuna muestra más evidencia. La esposa de Ronald DeFeo Jr., Geraldine, supuestamente confirma mucho de las afirmaciones de Weber. Para ella, está claro que el engaño había sido planeado por algún tiempo. Weber había intentado usar la historia de la casa embrujada para ayudarle a obtener un nuevo juicio para su cliente.

En cuanto a George Lutz -ahora divorciado de su esposa y criticado por los que fueron sus hijastros- Osuna narra que “George me informó que corregir las inexactitudes no era tan importante que ganar dinero de las secuelas ficticias”. Osuna detalla numerosas contradicciones en las diversas versiones de la historia que Lutz continúa ofreciendo.

Quiero recomendar un excelente sitio Web para leer bastante información (en inglés) la cual no he incluido aquí (documentos, evidencias sobre cómo George y Kathy Lutz inventaron la historia para sacarlos del problema de la deuda hipotecaria), encontrar buenos enlaces a otros sitios, y ver muchas imágenes sobre el caso Amityville: www.amityvillemurders.com

Lo que queda después de esto es que los mitos son muy difíciles de matar y pueden durar mucho, mucho tiempo.

Lalo Márquez