El próximo año la NASA decidirá cuál es el vehículo que sustituye a los trasbordadores espaciales. La próxima nave no tendrá la forma de un avión, sino más bien se parecerá a los cohetes “Saturno 5”. Los norteamericanos ya planean el envío de cuatro astronautas a la Luna en 2018 para establecer una base.La agencia espacial pretende diferenciar el transporte de carga y de astronautas, con diferentes tamaños de cohetes, además de colocar cápsulas en la parte superior de los mismos para evitar los problemas que destruyeron el “Challenger” en 1986 y el “Columbia” en 2003. Al mismo tiempo, quiere aprovechar su actual red de miles de contratistas privados y la tecnología disponible para acelerar en lo posible la producción de lo que, por el momento, sólo se conoce por el acrónimo CEV (Crew Exploration Vehicle o Vehículo de Exploración de Equipo).

Los defensores del nuevo CEV insisten en la necesidad de desarrollar una alternativa que permita algo más que dar vueltas a la Tierra. De hecho, ya está claro que el reemplazo de los trasbordadores no se parecerá nada a un avión, sino más bien a los gigantescos cohetes “Saturno 5” que hicieron posible la llegada del hombre a la Luna. Lo que también implica el desarrollo de cápsulas, que no aterrizarán como aviones, sino que retornarán con ayuda de paracaídas.

Como gran ventaja se destaca que el futuro CEV debería ser capaz de transportar cargas de unas cien toneladas, cinco o seis veces superiores a las que desplaza un trasbordador, lo que teóricamente podría permitir lanzar al espacio naves capaces de realizar exploraciones a larga distancia, si se reducen los riesgos de las misiones.

Con una inversión estimada en 217.000 millones de dólares, EE.UU. ya empieza a soñar con enviar cuatro astronautas a la Luna para el año 2018, y establecer una base allí. Éste sería un paso clave antes de emprender el primer viaje tripulado a Marte.

Fuente: consumer.es