Varios colectivos religiosos condenan la obra de Harry Potter, pero en Roma se ha defendido la cristiandad del libroEn los cuentos de hadas, hay niños con botas de siete leguas, alfombras voladoras, espejos parlanchines y besos que rompen letargos de cien años. Siempre ha irrumpido la magia en la literatura infantil pero hasta ahora, nadie se había rasgado las vestiduras.

Con la saga de Harry Potter, los hay que claman al cielo. Colectivos de protestantes estadounidenses, evangélicos alemanes, ortodoxos rusos y adventistas australianos hacen causa común para condenar las artes del pequeño brujo. Como explicaba hace tres años Bert Langerak, director del Colegio Cristiano de Marantha en Melbourne: «La hechicería y lo oculto son demoníacos, no se pueden presentar como algo positivo».

Más moderado se mostraba Mijaíl Dudkó -portavoz del patriarcado de la Iglesia rusa ortodoxa-, poco después de que la Fiscalía de su país abriera una investigación criminal contra la obra de J.K. Rowling. «No creo que haya que prohibir los libros, por mucho que perjudiquen la espiritualidad de los niños», razonaba en 2002, al saber que un creyente de la aldea rusa de Tarusa había presentado una denuncia contra el quinto volumen.

El Papa no se pronuncia

Parece ser que la magia no sólo tiene adeptos en el Infierno, pues también los recluta en la Santa Sede. Peter Fleetwood, miembro del Consejo Pontificio para la Cultura, no vaciló hace dos años a la hora de bendecir al mago. «Todos hemos crecido con cuentos de hadas, fantasía y ángeles. No son malos y, por tanto, no pueden tacharse de estandartes contra nuestra fe», advertía el sacerdote inglés. Como admirador de J.K. Rowling, zanjó el asunto: «Me consta que esta autora es cristiana por convicción, y así puede percibirlo cualquiera que observe su forma de vida y las inquietudes que tiene como novelista».

¿Y qué piensa de todo esto Benedicto XVI? El Papa nunca se ha pronunciado públicamente, pero la socióloga alemana Gabriele Kuby -autora de ‘Harry Potte, bueno o malo’- ha abierto la caja de los truenos. En su libro, transcribe una presunta carta, fechada hace dos años, de Joseph Ratzinger -entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe- que elogia el trabajo crítico de Gabriele Kuby con estas palabras: «Encomio su intención de ilustrar a la gente, porque hay seducciones sutiles que pasan desapercibidas y distorsionan el alma de la Cristiandad».

Fuente: http://www.hoy.es/pg050716/prensa/noticias/Sociedad/200507/16/HOY-SUB-164.html