Las leyendas urbanas son muy difíciles de matar 

Hoy por la mañana un amigo me preguntó si yo sabía algo sobre el aspartame (el endulzante sintético de bajas calorías producido de la fenilalanina y el ácido aspártico y utilizado por “NutraSweet” y el “Equal”), porque en uno de los centros locales del DIF (Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia en México) hay una pizarra donde la gente puede poner avisos y en uno de ellos leyó una historia-denuncia de un supuesto ciudadano local que aseguraba que a su esposa le ocurrieron terribles cosas por ingerir el producto. Mi amigo, quien es diabético, obviamente se asustó porque dice que él toma refrescos con aspartame más frecuentemente de lo que toma agua.

En lo personal entiendo su miedo, así que me puse a investigar y logré encontrar varios sitios de Internet, así como copias de e-mails que se envían como cartas-cadena a miles de personas y con los que se ha estado “advirtiendo” que el aspartame es muy dañino para nuestra salud en cientos de formas distintas, y que hasta puede causar esclerosis múltiple, e incluso han llegado a crear el término “enfermedad aspartame”. Algunos de estos reportes alarmantes y controversiales que han estado circulando por ya algunos años, suelen afirmar a veces que si se deja de tomar aspartame, los síntomas de la esclerosis múltiples desaparecerán.

Según Snopes, hay actualmente cientos de sitios Web que afirman que el aspartame es la causa de la esclerosis múltiple, la eritomatosis lupus, el Síndrome de la Guerra del Golfo, el síndrome de fatiga crónica, de tumores cerebrales, de la diabetes melitosa, Alzheimer, y otras muchas más, y que virtualmente toda la información que en ellos se ofrecen es anecdótica, de fuentes anónimas… además de científicamente improbable. Así como no existe una cura milagrosa para todas las enfermedades, tampoco existe un producto terrible que cause todas las enfermedades.

Pero a pesar que todas esas afirmaciones contradicen toda la evidencia y los conocimientos modernos de medicina, los engañadores tienen como siempre una frecuente salida: una conspiración entre los fabricantes de aspartame, los practicantes de medicina, y las secretarías de salud de todos y cada uno de los países del mundo. Y uno de los emails que más han circulado en el mundo ha sido uno que supuestamente escribió una tal “Nancy Markle”, que de acuerdo a urbanlegends.about.com, en realidad fue escrito por una Betty Martini quien ha publicado una variedad de mensajes similares en grupos de noticias en Usenet desde finales de 1995 hasta principios de 1996, escribiendo el original en Diciembre de 1995, y desde entonces ha estado en una batalla contra el aspartame fundando una organización llamada “Misión Imposible Internacional”, representada en sitios Web como el de www.dorway.com de Dave Rietz que alberga un vasto archivo de literatura anti-aspartame.

Lo que dicen los proponentes en la conspiración

Según los acusadores del aspartame, la lista de maldades contiene las siguientes:

  • “La toxicidad del metanol imita la esclerosis múltple…”
  • “En los casos de lupus sistémica, que es provocada por el aspartame, la víctima usualmente no sabe que el aspartame es el culpable.”
  • “Si usted…sufre de síntomas de fibromialgia, espasmos, dolores agudos, adormecimiento en sus piernas, calambres, vértigo, mareos, jaquecas, acúfenos, dolor en las articulaciones, depresión, ataques de ansiedad, pronunciación inarticulada, visión borrosa, o pérdida de memoria, probablemente tenga la enfermedad de aspartame!”
  • “En una lectura asistida por el Embajador de Uganda, nos dijo que su industria azucarera estaba agregando aspartame! Continuó diciendo que el hijo de uno de los líderes de la industria ya no podía caminar en parte por el uso del producto!”
  • “Al momento de esta primera audiencia, la gente se volverá ciega. El metanol en el aspartame se convierte en formaldehído en la retina del ojo.”
  • “El aspartame cambia la química del cerebro. Esa es la razón por los ataques severos.”
  • “Esta droga también causa Defectos Natales.”
  • “Te hace desear carbohidratos y eso te engorda.”
  • “Los ingredientes estimulan las neuronas del cerebro a morir, causando daño cerebral en varios grados.”
  • “…el envenenamiento por aspartame está escalando en Alzheimer…”
  • “El aspartame es especialmente mortal para los diabéticos.”
  • “…la fenilalanina en el aspartame se descompone el umbral de los espasmo y agota la serotina, lo que causa psicosis maniaco-depresiva, ataques de pánico, furia, y violencia…”
  • “La Enfermedad Aspartame es parcialmente la causa de lo que está detrás de algunos problemas misteriosos de la salud de la Tormenta del Desierto.”
  • “Cuando han quitado tumores cerebrales, han encontrado altos niveles de aspartame en ellos.”

Lo que dice Nutrasweet

Obviamente Nutrasweet tiene en su sitio web una serie de refutaciones para todas estas afirmaciones de los proponentes de la teoría conspirativa:

  • Un número de estudios científicos llevados a cabo por expertos en varios centros académicos bien conocidos, incluyendo al Massachusetts Institute of Technology (MIT), al National Institute of Mental Health, al Harvard Medical School, y al Yale Medical School, han mostrado que el aspartame no tiene ningún efecto sobre el estado anímico, el comportamiento, o la cognición, incluyendo la pérdida de memoria. Estudios numerosos han mostrado que el consumo de aspartame no afecta el comportamiento de los niños, incluso aquellos diagnosticados como “hiperactivos” o con Trastorno de Deficiencia de Atención (enlace)
  • El abrumador conjunto de evidencia científica claramente demuestra que el aspartame, incluso en cantidades mucho mayores que lo que la gente consume típicamente, es seguro y no está asociado a ningún efecto adverso de salud. La FDA ha investigado las quejas desde 1982 y afirma que no existe “evidencia razonable de algún daño a la salud pública” y “no se han reportado patrones de síntomas consistentes con respecto al aspartame que puedan ser ligados causalmente a su utilización.” En 1984 la FDA comisionó a los CDC (Centros para el Control de Enfermedades) a revisar las quejas de algunos consumidores relacionados al uso del aspartame. Después de revisar 517 quejas, los CDC encontraron que “no proveían evidencia de la existencia de ninguna consecuencia de salud seria y extendida al uso del aspartame”. La CDC notó además que “la mayoría de los síntomas reportados eran leves y eran síntomas que son comunes en la población general.” (enlace)
  • Los estudios que investigan al aspartame por reacciones alérgicas potenciales no encontraron alguna asociación. En estudios doble-ciegos controlados con placebo con personas quienes creían que habían desarrollado reacciones alérgicas después de consumir aspartame, los investigadores encontraron que el aspartame no era más potencial a causar las alergias que los placebos (enlace)
  • Las pruebas en ratas y ratones a los que se les dio extremadamente grandes cantidades de aspartame no mostraron evidencia alguna de tumores cerebrales y de ningún tipo de cáncer. De hecho, es fisiológicamente imposible que el aspartame cause cáncer ya que nunca entra al flujo sanguíneo, en cambio, se descompone en el tracto gastrointestinal en pequeños componentes dietéticos comunes que incluyen bloques de construcción de proteínas, ácido aspártico y fenilalanina, y metanol. Las personas ingerimos estos mismos componentes en muchas mayores cantidades en comidas cotidianas tales como la leche, la carne, las frutas, y los vegetales. El cuerpo maneja estos componentes del aspartame de la misma manera que maneja los de otras fuentes de alimento (enlace)
  • Un estudio clínico controlado hecho en el Duke University Medical Center con personas que estaban convencidas que el aspartame era el causante de sus dolores de cabeza, demostró que el aspartame no causa ni jaquecas ni migrañas (enlace)
  • El Epilepsy Institute, una organización dedicada a las personas que padecen problemas relacionados con convulciones, ha concluido que el aspartame no está relacionado con los ataques entre pacientes epilépticos. Los estudios científicos en personas que estaban convencidas que el aspartame causaba sus ataques, y en niños con epilepsia, no mostraron algún enlace entre el aspartame y los ataques (enlace)
  • Una vez digerido, el aspartame se descompone en sus componentes – los aminoácidos, el ácido aspártico y la fenilalanina, y el metanol – que son absorbidos y utilizados por nuestro cuerpo. Ninguno de estos componentes es acumulado en nuestro organismo con el tiempo. El metanol es un producto natural e inofensivo parte de una dieta normal. El metanol producido durante la digestión del aspartame es idéntico al que es obtenido en mucha mayor cantidad de muchas frutas, vegetales, y sus jugos. De hecho, un vaso de jugo de tomate provee 6 veces más metanol que la misma cantidad de cualquier bebida endulzada con aspartame. Sin importar su fuente, el metanol se descompone todavía más durante los procesos normales del cuerpo. Numerosos estudios científicos muestran que el metanol derivado del aspartame no podría alcanzar niveles peligrosos (enlace)

Lo que dice el Consejo Latinoamericano de Información Alimentaria

Quizá algunos podrían reclamar “¡pues claro! ¿qué más habría de decir Nutrasweet para defenderse?”, pero cualquier organización mundial de salud sostiene lo mismo. Tal es el caso del CLIA (Consejo Latinoamericano de Información Alimentaria) que en su sitio web expone que “todos los endulzantes no calóricos son seguros para el consumo humano y no existe ningún sustento científico que los señale como causantes de algún tipo de enfermedad o de adicción”, afirmó el doctor Jorge González Barranco, Jefe de la Clínica de Obesidad del Departamento de Diabetes y Metabolismo del Instituto Nacional de la Nutrición, Salvador Zubirán (INNSZ), “no hay ningún efecto de estos productos en la salud; quien afirme lo contrario, está negando la existencia de investigaciones médicas que por más de dos décadas se han desarrollado en todo el mundo”, afirmó. Además, el Ing. Raúl Portillo Aldrett, Presidente del CLIA, destacó que ” los nueve endulzantes no calóricos aprobados en México, han sido sometidos a uno de los programas de prueba de inocuidad más extensos y minuciosos que se hayan llevado a cabo para un nuevo aditivo alimenticio. Esta conclusión ha sido respaldada por importantes autoridades sanitarias de todo el mundo, en materia de seguridad en alimentos. Además de la Secretaría de Salud en México, países como Canadá, Australia, Rusia y Rumania, han admitido el uso de los endulzantes no calóricos en sus mercados. y de igual forma, ha sido respaldada por el Comité Conjunto de Expertos de la Organización Mundial de la Salud sobre Aditivos para Alimentos.

El CLIA además advierte en otros de sus artículos que “No hay lugar aquí para la infantil teoría de la existencia de una conspiración mundialy que no se necesita ser ingeniero biomédico para percatarse que de 40 millones de personas tomando aspartame diariamente en los Estados Unidos, solo un pequeño porcentaje afirma tener molestias, y que se ha demostrado que estas son provocadas por el efecto placebo, debido al gran poder de sugestión que tiene la mente humana.

El Consejo de Control de Calorías de la Food and Drug Administration de los Estados Unidos concluye en su sitio web que “el aspartame es uno de los aditivos de comida más profundamente probados jamás enviados a la FDA. Toda la examinación en animales y humanos llevados a cabo para mostrar la seguridad del aspartame así como también los estudios bien diseñados y realizados subsiguientemente llevados a cabo para asegurar si el espartame pudiera mediar algún número de síntomas reportados de manera anecdótica han reforzado la idoneidad de la aprobación por parte de la FDA y la regulación del aspartame como un aditivo comestible seguro”.

La Fundación para la Esclerosis Múltiple y la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple

En Enero 12 de 1999, la Multiple Sclerosis Foundation publicó su propia refutación sobre los rumores del aspartame, caracterizándolos como “rabiosamente erróneos y escandalosamente desinformativos”. El artículo fue investigado y escrito por el Dr. David Squillacote, neurólogo respetado y Consejero Médico de Alto Rango para la fundación. Este artículo fue seguido por otro publicado por la National Multiple Sclerosis Society que en parte decía que “ninguna de las afirmaciones (de los grupos anti-aspartame) está apoyada por evidencia científica”.

El sitio de Leyendas Urbanas en About.com recomienda tomarse el tiempo para dar una buena lectura a los últimos 20 años de investigación médica sobre el aspartame (cortesía de la base de datos MEDLINE) a la que puedes ingresar desde este enlace.

En uno de los sitios Web de la MSF (Multiple Sclerosis Foundation), en un artículo titulado “Examinando la Seguridad del Aspartame”, nos dice que “clínicamente hablando, jamás podremos decir que algo (medicina, aditivo, comida, aparato, etc.) es 100 por ciento seguro. Sin embargo, podemos examinar la información y las investigaciones y diferenciar entre la realidad y la ficción.” En una nota de su editor, nos indican también que la primera vez que la Multiple Sclerosis Foundation se enteró de lo que se ha llegado a conocer como “la broma de Nancy Merkle” fue en 1998 cuando entre sus mentiras se afirmaba que la fundación había demandado legalmente a la FDA de los EEUU para que detuviera la venta y el uso del aspartame”, y agrega que “la MSF ni condena ni endosa el aspartame, y jamás a demandado judicialmente a la FDA.”

El Consejo Americano para la Ciencia y la Salud y la Food and Drug Administration

En un artículo publicado el 28 de Enero de 1999, el ACSH (American Council on Science and Health) refuta el engaño que ha estado recorriendo Internet. Básicamente dice el artículo que los artistas de los sustos públicos han encontrado un nuevo medio para aterrorizar al público: el Internet, y que diariamente han estado recibiendo preguntas sobre si es o no cierto lo que se dice del aspartame. Pero que de hecho, el aspartame es completamente seguro y respaldado por la FDA, el Joint Expert Committe on Food Additives del FAO/WHO, la European Community, y la American Medical Association.

La FDA afirma en una de sus publicaciones que un análisis de la base de datos pública sobre incidencia de cáncer en los Estados Unidos de la National Cancer Institute – el Programa SEER – no encontró ninguna asociación entre el uso del aspartame y el incremento de incidencia de tumores cerebrales. Los datos del Programa SEER muestran que el aumento de incidencia de cánceres en el cerebro y el sistema nervioso central comenzaron desde 1973 y continuaron incrementando hasta 1985 en los Estados Unidos. Desde 1985 a hasta 1991 se mantuvo estable y de 1991 a 1993 aumentó la incidencia un poco. La FDA aprobó el uso del aspartame en 1981 después que reunió una Comisión Pública de Investigación (PBOI) desde 1980 para revisar la información científica presentada por G. D. Searle and Company con respecto a la seguridad del aspartame. Las investigaciones concluyeron que el aspartame no causa daño cerebral, sin embargo, también se afirmó que en ese momento no había suficiente evidencia para concluir que el aspartame no causaba cáncer en ratones de laboratorio. Por eso, la PBOI recomendó que se realizaran más pruebas y y que no se aprobara el uso del aspartame por el momento. Para 1981, después de una revisión extensiva de los registros por científicos de la FDA, el entonces Comisionado Arthur Hull Hayes aprobó al aspartame como aditivo alimenticio. En su decisión, Hayes notó que una información científica adicional de un estudio japonés sobre el tejido del tumor cerebral corroboró su decisión. El presidente del PBOI, Walle J. H. Nauta, M.D., Ph.D., del Massachusetts Institute of Technology, finalmente expresó su apoyo a esta decisión final.

Conclusión

Como muchas otras historias que comenzaron igual, la del aspartame se han convertido ya en otra leyenda urbana más, y como tal, se rehúsa a darse por vencida. Parece que muchas personas seguirán viendo al aspartame con recelo por mucho tiempo más, pero realmente no hay mucho que hacer por ellas. Y como esta investigación me ha tenido aquí durante casi todo el día, voy a irme a descansar mientras me refresco con una Coca-Cola Light, sí, con aspartame.

Fuentes:

Por Lalo Márquez