Cómo seríamos nosotros, la Tierra, el Sol… el universo, sin gravedad? ¿Por qué no se puede atravesar una pared? ¿Por qué los científicos creen en algo que no han visto nunca y que es difícil de imaginar, como un agujero negro, pero abominan de la astrología? Todas éstas, y muchas más, son cuestiones que un equipo de científicos y profesores de secundaria proponen a los alumnos en Cosmoeduca, una web con materiales didácticos creados por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). El objetivo es “que sea útil, que de verdad le sirva al profesor. Y no sólo a los de ciencias, también a los de humanidades”, explica Itziar Anguita, coordinadora del proyecto.La parte visible de Cosmoeduca (http://www.iac.es/cosmoeduca/) es un portal en Internet con los materiales relativos a tres temas: Gravitación, Relatividad y Marte en el Sistema Solar. En preparación están los temas Universo y Óptica y Astronomía. En cada tema hay textos -en un lenguaje pensado para no científicos- que explican conceptos y además proponen cómo exponerlos en clase de forma atractiva. Pero también se sugieren experimentos caseros, se añade material complementario de nivel más avanzado y se proporcionan gráficos e incluso charlas ya preparadas.

Trabajo a fondo

La trastienda de Cosmoeduca es un trabajo a fondo, desde la selección de los temas que se debían tratar hasta el desarrollo de un formato final atractivo.

El punto de partida fue una encuesta realizada a profesores de unos 50 centros de enseñanza de Canarias. Se preguntaba, por ejemplo, qué temas astronómicos habían surgido en el desarrollo de sus clases, en qué asignaturas y si habían echado en falta material elaborado sobre el mismo, o qué temas de astronomía despertaban más interés entre el alumnado.

Los resultados revelaron que “la Astronomía surge en asignaturas muy variadas, y que, por tanto, sí que hay demanda de una información adecuada”, dice Anguita. Una profesora de Mitología respondía: “En mi alumnado han interesado los argumentos mitológicos que acusan una observación astronómica: por ejemplo, el detalle de que se prohibió a la Osa bañarse en el mar porque jamás se pone en el hemisferio norte… O las razones de un astrónomo actual para llamar troyanos a ciertos asteroides”.

El paso siguiente fue poner a trabajar a varias parejas formadas por científicos en activo, en concreto astrofísicos del IAC, y profesores de enseñanza secundaria, en algunos casos de humanidades. Pero no bastó sólo con sentarse a discutir borradores de textos: para dar por bueno el material didáctico elaborado estas parejas han tenido que probarlo en su contexto, es decir, en el aula. Los científicos acudieron a las aulas junto con los profesores y corrigieron su trabajo en función del resultado.

“Fue muy divertido, dejé la investigación un par de horas cada día y traté de identificar cuáles eran las ideas básicas de la gravitación, cómo hacerlas entendibles con ejemplos y cómo experimentar en el aula con cacharros habituales para que los alumnos se divirtieran. Eso sí fue un reto, que se concentraran poniendo a trabajar sus cerebros y entendieran, jugando, cosas aparentemente tan sutiles o complicadas como el espacio-tiempo de Einstein, su deformación por una masa, cómo eso es equivalente a una fuerza (la de las ecuaciones de Newton), qué es una lente gravitacional, un agujero negro…”, explica Antonio Mampaso, astrofísico que colaboró en el desarrollo del tema de Gravedad con José Luis Barceló, profesor del instituto de Roques de Salmor de Frontera, en la isla de El Hierro.

Además de divertido, el empeño fue complicado: “Supuso un esfuerzo grande ordenar y simplificar conceptos, buscar la forma de abordar conceptos erróneos que han calado en la sociedad, como que la teoría de la relatividad significa que todo es relativo, dice Evencio Mediavilla, astrofísico responsable del tema de Relatividad junto con José Benjamín Navarro, profesor de Historia. Anguita confiesa que en algunos casos “se suda mucho” antes de tener un material final.

Algunos prejuicios

De las experiencias en las aulas salieron también interesantes observaciones de tipo pedagógico, como ha señalado el profesor Barceló en la memoria de trabajo: “El único comentario completo sobre el gravitón se debió a una alumna (…) del grupo de diversificación [son chicos que cursan programas académicos adaptados a sus capacidades para que no se queden atrás en los estudios]. Estos resultados hacen meditar sobre la posibilidad de que los grupos de diversificación estén lastrados por el prejuicio existente sobre su capacidad conceptual que les impide a ellos avanzar y a sus profesores canalizar ese avance. Ante una experiencia como ésta, en que es notoria la igualdad de trato para unos alumnos y otros y donde el peso de la enseñanza la lleva a cabo un divulgador ajeno al centro, parece que las capacidades de los alumnos se igualan casi automáticamente, recobrando, los que peor considerados estaban, una estima por su valía personal que se traduce de inmediato en interés y aprendizaje”, explica José Luis Barceló.

Cosmoeduca, que en cierto modo se une a las celebraciones que se están produciendo en muchos sitios con motivo del Año de la Física, es un proyecto con financiación del anterior Ministerio de Ciencia y Tecnología. Ha recibido ya varias felicitaciones de museos y otros organismos de divulgación científica. En el futuro aspira a ofrecer atención directa a sus usuarios, de forma que pueda preparar incluso materiales “a la carta”.

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