Más de 30 observatorios astronómicos de todo el mundo iniciaron la coordinación de operaciones para captar las imágenes del choque de la sonda Deep Impact de la NASA con el cometa Tempel 1, que ocurrirá el 4 de julio. Entre esos observatorios están el Hubble, el Chandra y el Spitzer que la agencia estadunidense mantiene en el espacio, así como el conjunto de telescopios de El Paranal, en Chile, bajo la dirección del Observatorio Europeo Meridional (ESO), una organización intergubernamental de 11 integrantes.

Para los científicos del mundo será la gran oportunidad de escudriñar por primera vez los materiales que se mantienen sin cambios en el seno del cometa desde la creación del Universo.
El 3 de julio, cuando Deep Impact llegue a las proximidades del cometa, la sonda se dividirá en dos componentes.

Uno se ubicará en la trayectoria del cometa para chocar directamente con su núcleo, mientras el otro realizará una maniobra que le permitirá presenciar la “colisión en primera fila”, anunció ayer el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.

Una vez ubicado en la trayectoria del cometa, los componentes informáticos del vehículo (software) lo guiarán al núcleo del cometa iluminado por el sol.

El choque del “impactador”, como lo apodó la NASA, causará, posiblemente, un cráter del tamaño de una cancha de fútbol así como una nube de materiales que se propagarán por el vacío espacial.

El experimento será la primera oportunidad de estudiar la corteza y el interior de un cometa, señaló ESO, que coordinará las operaciones de los telescopios de El Paranal y de La Silla en el norte de Chile.

Según manifestó un comunicado de ESO, debido a que el material del núcleo de un cometa es absolutamente prístino, podrá revelar nueva información sobre los albores del Sistema Solar.
Además, proporcionará a los científicos nuevos conocimientos sobre la naturaleza y estructura de los cometas y otros cuerpos que pululan en el Sistema Solar.

Fuente: http://www.cronica.com.mx/nota.php?idc=185187