MADRID, España.- Tras un viaje de más de 27 años, la sonda ‘Voyager 1’ de la NASA ha llegado a la frontera final del Sistema Solar para entrar en una zona donde termina la influencia del Sol y se producen gigantescas tormentas magnéticas. La agencia espacial estadounidenses ha definido este paso como “la última etapa en su larguísima carrera”.Tanto la Voyager 1 como su gemela, la 2, partieron de Cabo Cañaveral, en Florida (EEUU) en el verano de 1977. El pasado 21 de enero, la sonda que acaba de salir del Sistema Solar cumplió 10.000 días de misión. Una misión que, en parte, es controlada desde las instalaciones de la NASA en Madrid, donde la antena de la Red de Espacio Profundo es una de las tres del mundo capaces de recibir la señal de la nave.

Edward Stone, uno de los responsables de la misión, aseguró que la Voyager 1 “ha ingresado en la última etapa de su viaje hacia los extremos del espacio interestelar”, dijo Edward Stone, científico del proyecto en el Instituto Tecnológico de California.

En noviembre de 2003, la NASA anunció que los magnetómetros de la sonda habían comenzado a enviar datos que revelaban fenómenos nunca antes percibidos, lo que podría indicar que la nave se estaba acercando a una extraña región del espacio que llamaron “la zona final”.

“Las observaciones del ‘Voyager’ en los últimos años muestran que la zona final es mucho más complicada de lo que se creía”, manifestó Eric Christian, miembro del grupo de investigadores del Sistema Solar de la NASA.

Originalmente, las Voyager tenían como misión estudiar regiones de Júpiter y Saturno la primera, y Urano y Neptuno la segunda. En 1989, tras completar con éxito esta misión, los científicos añadieron tres objetivos más: ampliar la exploracion más allá del sistema solar,, conocer el entorno del Sol y la búsqueda de la Heliopausa, zona fuera del alcance de los vientos solares y del campo magnético del Sol.

“El equipo técnico ha llegado a la conclusión de que la Voyager 1, que ahora mismo está a 8.700 millones de millas del Sol, por fin ha entrado en el ‘Heliosheath’, la región que está a continuación del ‘Shock de Terminación'”, aseguró el doctor John Richardson.

El ‘Shock de Terminación’ es una zona donde el viento solar disminuye abruptamente su velocidad, pasando de ser supersónica a subsónica, y el viento se convierte en más espeso y caliente.

A pesar de sus 27 años de viaje, las dos sondas siguen operando con normalidad, aunque con alguna pérdida en el subsistema de redundancia, que implica la instalación de todos los sistemas por duplicado por si se producen averías en alguno de los componentes. En vista de que los paneles solares no proporcionarían energía suficiente para las operaciones de las sondas, los científicos les incluyeron tres generadores nucleares.

Ambas naves tienen correctamente funcionando el sistema de control de posición y también la energia eléctrica suficiente para soportar la demanda de sus instrumentos al menos hasta el año 2020. Después, las operaciones de las naves terminarán su larguísimo viaje.