“En el satanismo yo inicié cuando tenía unos trece años, estaba chavo. Me acuerdo que desde que tenía como 10 años yo no vivía con mis padres, me había ido de ahí porque sentía que ellos no me comprendían y no me querían”.Comenta que se comenzó a juntar con jóvenes de su edad y un poco mayores que se la pasaban drogándose, “en la malvivencia total, en esa corta edad que yo tenía, eso era como un modelo a seguir, porque ellos no tenían reglas ni nadie los regañara”.

Platica que “conforme fue pasando el tiempo comencé a consumir drogas, lo que me llevó a estar ligado a personas satanistas”, lo anterior, dice Pedro, debido a que sus antiguos amigos de pandillas, ya no soportaban la forma en la que el se drogaba y le comenzaron a reclamar y a decirle que no se drogara tanto por lo que de nuevo sintió incomprensión, ahora de los mismos que lo habían inducido a los vicios.

“Conocí a una amiga que practicaba la brujería y me comenzó a decir que sabía lo que yo estaba sintiendo y que conocía mucha gente que no le importaría lo que yo hiciera o lo que pensara. Fue así como comencé a asistir a los primeros cultos satánicos, que comenzaron como reuniones, pero que gradualmente se conviritieron en misas negras”.

Señala que en esos cultos, comenzó a ver los rituales y las preparaciones de las víctimas, “eran lugares en los que tenían objetos especiales para realizar una misa negra: una daga, pentagramas, vasijas y formas de cráneos humanos (algunos que eran de yeso y otros que si habían pertenecido a alguien).

Comenta que a él le gustaba mucho estar en ese tipo de rituales, convivir con esas personas y asegura que sentía cierta protección, debido a que se dedicaba a cometer asaltos, violaciones e incluso varios homicidios, asegurando que el hacer un ritual de adoración a Satanás lo hacía sentir protegido, lo hacía sentir que ninguna autoridad o persona podía hacer daño.

“Entre las cosas más fuertes que recuerdo que ví yo, fue el sacrificio de un bebé humano. El bebé desde un principio fue concebido para ser sacrificado, con aceptación de su madre. A ella se le dijo que se tenía que embarazar, cuidar a su hijo mientras naciera y cuando creciera a determinada edad, se iba a entregar en un sacrificio. La fecha se cumplió y fue y nos entregó al niño” dice el entrevistado.

“Me acuerdo como lo pusieron en un altar y con la daga le hicieron una cortada en el abdomen y le sacaron todas las vísceras y le drenamos toda la sangre del cuerpo. Después se hacía una especie de ritual de celebración, en la que le pedíamos a una fuerza que era Satanás su protección..

Hay varios tipos de satanismos, explica Pedro, lo cuál lo llevó a querer aprender más de las religiones, tanto cristianas como el mismo satanismo y la magia negra.

“Al empezar a leer yo todos esos libros, me di cuenta de que todas las religiones tienen sus errores, por ejemplo, dice, yo no creo así en lo que es un Dios como lo manejan las biblias y entonces me puse a pensar como era posible que una persona que no creía en Dios estuviera en adoraciones al diablo y llegué a la conclusión de que yo no era un satánico ortodoxo, aunque hubiera practicado todo tipo de ceremonias”.

Confiesa que su manera de ser lo llevó hacia otra corriente, que es un satanismo que se le puede llamar del nuevo orden. “Dentro del satanismo hay mandamientos o reglas para la vida de un satánico, entre las que están”:

1. No des tu opinión o consejo a menos que te sea pedido.
2. No cuentes tus problemas a otros a menos que estés seguro que quieran oírlos.
3. Cuando estés en el hábitat de otra persona, muestra respeto o mejor no vayas allá.
4. Si un invitado en tu hogar te enfada, trátalo cruelmente y sin piedad.
5. No hagas avances sexuales a menos que te sea dada una señal de apareamiento.
6. No tomes lo que no te pertenece a menos que sea una carga para la otra persona y esté clamando por ser liberada.
7. Reconoce el poder de la magia si la has empleado exitosamente para obtener algo deseado. Si niegas el poder de la magia después de haber acudido a ella con éxito, perderás todo lo conseguido.
8. No te preocupes por algo que no tenga que ver contigo.
9. No hieras niños pequeños.
10. No mates animales no humanos a menos que seas atacado, o para alimento.
11. Cuando estés en territorio abierto, no molestes a nadie. Si alguien te molesta, pídele que pare. Si no lo hace, destrúyelo!

“Al ver yo el libro de Satán y entrar a fondo en el satanismo, me di cuenta de que muchos que son seudo satánicos, son gente que trata de hacerse notar, que piensan que por andar de negro y traer su pentagrama colgado ya son satanistas. En realidad el satanismo es el llegar al convencimiento de que Dios y el Diablo somos nosotros mismos. Adentro de mí está toda la bondad y la maldad que pueda existir”, señala.

Durante los cuatro años que estuve en el satanismo ortodoxo -continúa- había cosas que disfrutaba mucho. Ver la sangre era algo que me gustaba, era como un descanso; escuchar el llanto de una persona era algo que me gustaba.

“Yo hacía lo posible porque la gente se diera cuenta de que yo tenía odio y rencor dentro de mí, lo que me llevó a hacer muchas cosas malas. Más de una vez cometí homicidios por pura diversión, sólo por estar aburrido y buscaba la manera de satifacer la necesidad y sed de maltratar a alguien”, continúa.

Comenta que dejó las drogas porque dentro del satanismo no se admite ni la estupidez ni la debilidad y al estarse drogando, sentía que era una persona débil porque una sustancia sin vida controlaba su vida. ¿Actualmente practicas el satanismo? Se le inquiere:

Sí, afirma rotundamente, pero como decía ahorita, es una manera diferente. Ya no hago rituales con animales o gente, simplemente ahora el satanismo es una ideología para mí, es el llegar a la supremacía. El satanismo promueve la excelencia, una filosofía de que lo que vallas a hacer lo hagas bien o mejor no lo hagas, la gente tiene un concepto erroneo del satanismo, ni Dios ni Satanás son entes que existan, la maldad o la bondad son generadas por nuestro cerebro.

Señala que el satanismo le ha servido para dejar las drogas y querer ser alguien en la vida.
He hecho cosas que no están bien, una siquiatra me dijo que por una sola de las muchas cosas malas que he hecho, me tendría de por vida en la cárcel. No me arrepiento de lo que he hecho, sé que estuvo mal, pero no me arrepiento de las cosas que hice y se que no existe el destino, sino que simplemente yo voy a ir haciendo lo que quiera hacer. No puedo ponerme a lacerarme por las cosas hechas en el pasado y si no me perdonan no me importa.

Pedro tiene tatuado el número doce por todo el cuerpo, asegura que es su número de la suerte y asegura que el volver a drogarse sería un retroceso, entregarse a la estupidez y la debilidad y además dice que nunca volverá a asesinar a nadie, porque también sería ser estúpido, por lo que optaría por hacer sufrir mucho a la persona o a su familia en lugar de asesinarla.

¿Te consideras una buena persona?

No, no creo que sea yo una buena persona, contesta. Porque el concepto que tengo de una buena persona es aquel que ayuda a los demás y no espera nada a cambio. Yo ayudo pero siempre espero algo a cambio ya sea material o el simple hecho de aprender algo nuevo, pero obtener algo.

¿Existen personas buenas?

Sí, contesta convencido, si hay quien da o hace sin esperar nada a cambio, pero asegura que él no es de esos y que probablemente nunca lo será. ¿Temes que las autoridades te atrapen y tengas que pagar por los delitos que debes? A lo que comenta que no tiene miedo de las autoridades, de ser descubierto, pero señala que de todas formas no le gustaría que eso ocurriera porque a la sociedad le gusta encerrar a la gente y el encierro es algo que no tolera. “Las cosas que hice ya las hice y no las puedo cambiarlo, siempre supe que tarde o temprano alguien se iba a dar cuenta y las consecuencias tengo que afrontarlas”. Concluye.

Respecto de Jesucristo, señala que si cree que históricamente existió, pero a pesar de ser una persona de suma inteligencia, no lo considera Dios o hijo de éste, pues no cree en Dios o el Diablo como entes, sino como fuerzas internas o energias que tienen las personas.

Señala que en lo que ha leído, ha descubierto que ha habido otros hombres igualmente inteligentes y con poder de hacer milagros como Cristo: citando al Rey Salomón, Juan el Bautista y Buda.

Autor: Héctor García

Fuente: http://www.frontenet.com/cgi-bin/ppal.cfm?num=72956