Esta creencia latinoamericana inspira al modisto Oscar Carvallo a crear sus audaces diseños.La santería y tres de sus siete poderes inspiraron al modisto venezolano Oscar Carvallo para realizar su colección otoño-invierno 2005-2006 que recientemente presentó en el Espacio Cardin, en París.

Negro, rojo sangre, verde vegetal, marrón de corteza de árbol y beige arena, combinados con el plateado de las sandalias o el rojo púrpura de zapatos de satén, fueron los colores elegidos por este artista para acompañar el frío.

El cuero, de cabra tibetana o de cordero, las pieles de zorro y astracán, el punto trabajado en escamas, el tejido vaquero y la popelina de cotón destacaron entre sus materias primas.

Para trasladar a la indumentaria femenina la fuerza de esa creencia tan arraigada en América Latina, situada a medio camino de la magia y la religión, Carvallo adornó con colgantes metálicos laterales sus abrigos tres cuartos o sus pantalones vaqueros, estratégicamente desgastados en algunos lugares.

Otras veces colocó pequeños retratos a la altura del cinturón y corazones atravesados sobre una capa de tul negro o, más pequeños, a la altura del pecho, como el que lució él mismo sobre impecable camisa blanca, cuando salió a saludar a su público, visiblemente feliz.

Las blusas de gamuza eran entalladas, mientras que las mangas tomaban volumen en los hombros para realzar aún más una silueta longilínea.

Vestidos deshilachados, misteriosas túnicas negras de lana gruesa, flecos, cremalleras, escotes diagonales, ribetes claveteados o de colores contrastados, como el rojo sobre negro, fueron constantes de la colección.

En la cabeza, será fundamental el invierno próximo retirar el pelo para dejarle formar sobre la espalda largas enredaderas de trenzas de colores, largos y grosores desiguales.

Tras sus dos primeras colecciones parisienses, inspiradas en el mundo del chamán amazónico, Carvallo dijo haber enfocado ahora la costa, porque fue allí donde surgió este “panteón de dioses y lazos sincréticos, tejidos a lo largo de los siglos en América Latina, entre catolicismo, espiritismo y cultos amerindios y africanos”.

Para corroborarlo, sobre los asientos del Espacio Cardin, donde celebró su desfile, una vela plateada con una Oración a Don Juan del Dinero ilustraba su nuevo tema de inspiración.

Un folio adjunto recordaba: “La Santera permite adivinar e interpretar el destino que los ancestros y las fuerzas de la naturaleza le asignaron a uno” pero, además, esta “comunión con lo invisible” es también “un espacio protegido de activismo social, rodeado siempre de secretos y de una cierta clandestinidad”.

De principio a fin esta creencia, que según el modisto “es la más arraigada en América Latina”, enlazó moda, espíritus y belleza sobre la pasarela.

La santería no es vudú, pero entre los accesorios el modisto colocó muñecos con agujas clavadas, lo que no le impidió enfocar el tema “siempre desde un punto de vista un poco ‘rigolo’ [divertido]”.

“Yo trabajo mucho el humor y la elegancia y todo el chic. No me estoy riendo de algo así”, pero al reunir la santería con la moda, “al final puede resultar algo que tenga cierto humor, pero humor negro”, explicó.

En cualquier caso, son rituales “interesantísimos, porque mezclan realmente lo que fue áfrica hace muchísimo tiempo, con lo que fue Latinoamérica y los españoles”, una mezcla “que es lo que somos los venezolanos”, consideró Carvallo, un modisto que quiere hacer una “moda cien por cien latinoamericana, de inspiración absolutamente latinoamericana”, que adora presentar en París y fabricar en gran parte en Italia, a excepción de “las cosas más íntimas”, que fabrica en Caracas.

Lola Loscos
EFE
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Fuente: http://www.laopinion.com/vidayestilo/?rkey=00050311143925553872