Consideran que las investigaciones del grupo de Leipzig permitirán esclarecer el vínculo entre el hombre de Neanderthal, extinguido hace 35 mil años, y el homo-sapiens.Un grupo de científicos alemanes ha logrado descifrar la proteína de un hombre de Neanderthal, la más antigua hasta ahora hallada, informaron hoy fuentes del Instituto Max Planck de Evolución Antropológica de Leipzig (este del país).

El descubrimiento abre la puerta a futuras investigaciones proteínicas de fósiles de los que no se conserva el ADN, así como información sobre el parentesco genético entre especies ya extinguidas y otras aún existentes, afirmaron esas fuentes.

Se considera asimismo que las investigaciones del grupo de Leipzig permitirán esclarecer el vínculo entre el hombre de Neanderthal, extinguido hace 35 mil años, y el homo-sapiens.

Hasta ahora, sólo se podían extraer tales análisis a partir de restos con información del ADN.

Comparaciones genéticas anteriores habían demostrado hasta ahora que, a pesar de su teórico parentesco, el hombre de Neanderthal no había dejado ninguna huella genética destacable en el homo-sapiens actual.

El hombre de Neanderthal vivió hace entre 150 mil y 30 mil años en Europa, parte de Asia y Oriente Medio, mientras que la primera huella de la existencia del homo-sapiens data de entre 100 mil y 200 mil años atrás, en África.

El hueso estudiado procede de un hombre de Neanderthal de hace 75 mil años, hallado en una cueva iraquí.


Un grupo de científicos de la Universidad de Leipzig descifró una proteína ósea de un hombre de Neanderthal que vivió hace aproximadamente 75.000 años, anunció este jueves el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.

Se trata de la proteína (osteocalcina) más antigua jamás descifrada hasta ahora por la ciencia.

“Con ayuda de este análisis pueden ser investigados también restos fósiles que ya no poseen más ADN” (ácido desoxirribonucleico, información hereditaria), explicó Sandra Jacob, portavoz del instituto.

Al igual que el ADN, también los aminoácidos pueden proporcionar informaciones sobre el parentesco entre especies vivientes y extinguidas.

Los científicos de Leipzig están especialmente interesados en determinar la posible relación genética entre el hombre de Neanderthal, que desapareció hace 35.000 años, y el hombre moderno.

Hasta ahora los expertos sólo habían podido investigar restos que contenían todavía trazas de ADN.

La comparación de esa proteína ósea con restos primitivos del hombre moderno ha mostrado que el hombre de Neanderthal no desempeñó ningún papel determinante en la evolución genética de la humanidad, pese a que teóricamente ambos pudieron haber generado descendientes comunes.

Tanto el hombre de Neanderthal como los antecesores prehistóricos del hombre moderno vivieron aproximadamente en la misma época. El primero habitó en Europa, parte de Asia y Oriente Medio hace entre 150.000 y 30.000 años, mientras que el segundo apareció por primera vez en Africa hace 100.000 ó 200.000 años.

Con los nuevos métodos, ahora los científicos aguardan conocer mayores y más precisos detalles de la evolución. El resto óseo investigado en esta oportunidad fue el de un hombre de Neanderthal que vivió hace 75.000 años en las cuevas de Shanidar (Irak).