De acuerdo con una tradición, se considera al primer viernes de marzo como un día mágico e ideal para hacer el bien y lograr el mal contra los enemigos a través de la magia blanca y la negra.A lo largo y ancho del estado mexicano de Veracruz, hoy es tiempo de brujería, al entremezclarse en cada poblado la magia negra con la blanca e iniciar los chamanes, brujos y hechiceros sus misas para invocar al bien y el mal.

En una tradición ancestral que sigue viva en pleno siglo XXI en Veracruz (Golfo de México), se considera al primer viernes de marzo como un día mágico e ideal para hacer el bien y lograr el mal contra los enemigos a través de la magia blanca y la negra.

Lo mismo en el municipio de Catemaco, sede de la hechicería mexicana, que en los poblados más recónditos de la geografía veracruzana, o en las grandes ciudades y sus mercados tradicionales, las misas negras y otros rituales se celebran para pedir ayuda al más allá.

En Catemaco, cerca de cien brujos se disputan la clientela que año con año acude a verlos para invocar al más allá y lograr amor, dinero, suerte, felicidad y salud.

El chamán Gilberto Rodríguez, conocido como “El diabólico”, lamenta que la magia negra gane terreno al bien.

“Lo maligno parece estar invadiendo a las personas”, dice Rodríguez, luego de que durante la madrugada de hoy los brujos curaron, a través de la oración y la quema de incienso, el agua para que no merme la pesca durante el año.

Y tras invocar a las siete potencias del cosmos para sanar o matar, acercar o alejar y triunfar o fracasar, los chamanes de todo Veracruz iniciaron los rituales.

Lo mismo invocan la fuerza de Dios o del Príncipe de la Oscuridad, ya sea dibujando con polvo de cal una gran estrella de seis puntas o de cinco, y una antorcha ardiendo en cada esquina.

Pero los rituales también se dan en cualquier mercado de las grandes ciudades o de los pequeños poblados.

Con 150 ó 200 pesos (15 ó 20 dólares) cualquiera puede obtener un amuleto para la suerte y contra “las malas vibras”.

Una “limpia” cuesta entre 50 y 100 pesos (5 y 10 dólares), precio que también alcanzan las velas negras, rojas o cadenas de ajo.

En el mercado Hidalgo del puerto de Veracruz, al menos 50 puestos ofrecen yerbas para curar enfermedades, amuletos y veladoras para orar a la “Santa Muerte” (una imagen que es representada por un esqueleto) o a los santos católicos.

Una de las vendedoras, Consuelo Illescas, explica a una de sus clientas qué hacer para que el hombre deje de ser infiel: debe colocar veladoras negras, amarrarlas entre sí, encenderlas y lanzar una oración para convocar al cosmos.

El portavoz de la Iglesia católica en Veracruz, Quintín López, dice que la curación con yerbas es una tradición milenaria que rinde frutos, pero rechaza que se invoque al mal y al bien este primer viernes de marzo, pues dice es una “fantasía” apoyada en la ignorancia.

No obstante, lanzó un llamado a la población para distinguir entre la magia negra y blanca, y entre la charlatanería y la herbolaria, pues recordó que hay personas que heredaron la sabiduría de los pueblos prehispánicos mexicanos para curar con yerbas.

Eso sí, advierte que la magia negra implica riesgos serios para la población, como es el llegar a las misas negras “y eso destruye, envenena el corazón, lleva al odio y al enfrentamiento”.

Y es que las misas negras, aunque en menor medida, se siguen llevando a cabo.

El brujo del pueblo de Catemaco Nicolás Chagala confiesa que sólo a petición especial se celebran estos ritos en los que entregan en sacrificio a Satanás animales, como gallinas negras y cabras.

mgg

EFE
El Universal online
Ciudad de México
Viernes 04 de marzo de 2005
Fuente: http://estadis.eluniversal.com.mx/notas/271290.html