El exorcismo es un ritual en extinción en la diócesis de Santiago. En los últimos lustros su figura se ha ido desdibujando y hoy el arzobispo ya no designa a ningún sacerdote para atender los posibles posesiones diabólicas, como antaño. “Hace años que no se registra ningún caso”, señalan en el Arzobispado En Italia, en cambio, la Universidad Pontificia, acaba de crear un curso especializado en el que se enseña a sacerdotes y seminaristas cómo reconocer si el sujeto que se cree poseído por malos espíritus está realmente dominado por Belcebú y su legión o sufre algún trastorno psiquiátrico.En el país de Berlusconi los sacerdotes sí se enfrentan con más frecuencia casos que requieren estudio. Además la afición por el satanismo se ha extendido entre los jóvenes, para preocupación de la Iglesia, que quiere orientar a sus ministros sobre cómo enfrentarse a estos problemas.

En el área de Compostela lo más que ha trascendido fue el hallazgo, hace ya algunos años, de los restos de rituales presuntamente satánicos, pero son casos aislados y muy esporádicos. Según fuentes del arzobispado no se practican rituales de exorcismo en al menos dos décadas.

En menos de media docena de casos el asunto llegó a ponerse en manos de expertos, que éstos finalmente desecharon la posesión diabólica. Psiquiatras consultados por este periódico también coinciden en que en sus largos años de consulta jamás se han encontrado con un endemoniado cuyo comportamiento y actos rozasen siquiera lo paranormal.

Antes el exorcista era un grado en el camino hacia el sacerdocio de los seminaristas, que después de ser tonsurados se convertían en ostiarios y lectores, para pasar luego a acólitos y exorcistas, antes de ser ordenados subdiáconos y diáconos. Hoy dos de estas órdenes menores han desaparecido y sólo quedan los grados de lector y acólito. El arzobispo no elige tampoco ya al exorcista entre los sacerdotes más sabios y mayores de la diócesis. Hoy, si es necesario, designa a uno para que se ocupe de un caso concreto, pero hace años que no precisa dar el paso.

LOS INTERROGANTES

Cómo?

Todos los sacerdotes reciben durante su formación conocimientos sobre la discrección de espíritus, es decir a identificar si hay manifestaciones del Maligno en las personas.

Cuándo?

El párroco suele ser el primero en estudiar el caso para determinar si hay o no posesión satánica. La mayor parte de los presuntos endemoniados son descartados en este nivel. Sólo si el sacerdote cree que puede haber alguna presencia extraña en el sujeto lo somete a consulta al Arzobispado.

Quién?

El Arzobispo designa a un sacerdote con experiencia y prestigio para estudiar el caso. En los últimos veinte años esto sólo ha sucedido en menos de media docena de ocasiones. Los expertos designados no llegaron a practicar el exorcismo a la presunta víctima porque consideraron que no había ninguna presencia diabólica en ella, sino problemas de tipo psicológico.

Fuente: http://www.elcorreogallego.es/periodico/20050219/Santiago/N298920.asp