El pequeño Phillip Barrasa caminaba todos los días 35 kilómetros que separaban su casa del Hospital Bungoma, en Kenia, pues su madre permanecía internada allí. El trayecto era agotador para un niño de 12 años, por eso aceptó la comida y bebida que le ofreció un desconocido en el camino. Horas más tarde despertó en medio de un campo de cañas de azúcar, mutilado.Según el diario español “ABC’’, el hombre lo había drogado para amputarle el pene, y como Phillip no reaccionó luego de la improvisada cirugía, lo dio por muerto y lo enterró. Pero el chico consiguió salir y arrastrarse hacia casas cercanas para pedir ayuda.

Lo peor del caso es que toda esa violencia se respalda en una ridícula creencia que han difundido los hechiceros de la zona: aseguran que el caldo hecho a base del pene de un niño virgen es la cura secreta para el Sida.

Y la espeluznante experiencia -ocurrida hace ocho meses- no es única en este país africano, pues Omodi, de seis años de edad, sufrió el mismo ataque por esa fecha, al igual que Óscar de 15 años. Claro que este último corrió peor suerte pues despertó en plena amputación de su miembro y, al resistirse a sus agresores, recibió machetazos hasta perder la conciencia.

Milagrosamente los tres chicos sobrevivieron al ataque, y como en su país no contaban con la tecnología requerida en estos casos, la Fundación Pedro Cavadas de Valencia, España, los llevó a su país para someterlos a una reconstrucción genital.

“Los operamos hace dos semanas y ya están haciendo una vida prácticamente normal”, aseguró el doctor Pedro Cavadas, especialista en el tema, explicando que con piel y hueso del antebrazo se construyó un nuevo órgano sexual, que recuperará sensibilidad y les permitirá tener una vida en pareja.

Fuente: http://www.lun.com/internacional/detalle_noticia.asp?cuerpo=701&seccion=803&subseccion=901&idnoticia=C383998961087732