Los seres de otros planetas, si es que existen, han perdido a uno de sus más fieles defensores. A finales de septiembre falleció el psiquiatra John E Mack, ganador de un premio Pulitzer por su libro ‘Un príncipe de nuestro desorden’ y autor del bestseller ‘Abducción: encuentros humanos con extraterrestres’.

“Cuando escuché este fenómeno en 1990, tenía muchas dudas. Pensé que debía ser un tipo de enfermedad mental”, llegó a afirmar. Con el paso del tiempo, explica un obituario publicado en ‘The British Medical Journal’, Mack comenzó a interesarse por las historias de personas que afirmaban haber sido abducidas por los extraterrestres.

El doctor Mack, que fundó el departamento de psiquiatría del hospital de Cambridge (Massachusetts) en la década de los 60, defendía la hipnosis como modo de extraer las historias de contactos con habitantes de otros planetas. La idea hizo surgir algunas voces opuestas que alegaban que los “recuerdos recuperados” no son fiables.

“Infravaloró su propio papel a la hora de crear las recolecciones y las creencias” de sus pacientes, señaló Elizabeth Loftus, profesora de psicología en la Universidad de Califormia (Irvine), en palabras recogidas por ‘BMJ’. “Su uso de la hipnosis aportó al método una credibilidad no merecida”, añadió.

Otras dimensiones

La falta de evidencia física suponía otro de los focos de críticas. En este sentido, Mack criticaba la construcción de la ciencia por parte del mundo occidental ya que, en su opinión, no tiene en cuenta “otras dimensiones” que no pueden ser medidas o probadas siguiendo las prácticas habituales.

“Escuchando a sus pacientes cuidadosamente, el doctor Mack afirmó que podía determinar que sus historias eran verdaderas y no explicables por otros fenómenos como es el caso de la enfermedad mental, la parálisis del sueño, las crisis o los sueños”, explica el artículo de ‘BMJ’.

Sus métodos poco convencionales le hicieron ir perdiendo credibilidad. En 1994 la universidad de Harvard (EEUU), en la que era profesor de psiquiatría desde 1972, decidió analizar la obra de este experto.

Como Galileo

“Rápidamente llegamos a la conclusión de que él tenía el derecho de investigar cualquier tema que quisiera, sin importar lo raro que fuese. Después de todo, Galileo sonaba raro a muchas personas de su día. Pero sí creíamos que él debería haber empleado métodos racionales y académicos”, señala Arnold Relman, director del comité de revisión, en declaraciones a ‘BMJ’.

Mack sentía indiferencia por el principio científico y opinaba que las críticas se debían a que la gente no solía tener una mentalidad abierta. Ante esto, Relman se defendía argumentando que “si abandonamos los principios científicos entonces no podemos lidiar con los problemas reales a los que nos enfrentamos”.

Este especialista también estuvo interesado por el medioambiente y las causas sociales, sobre todo las amenazas nucleares, según recoge la revista médica. Fundador del Centro para estudios psicológicos en la edad nuclear, Mack formó parte de ‘Médicos por la Responsabilidad Social’ y de ‘Médicos Internacionales por la prevención de la guerra nuclear’. “La experiencia del encuentro extreterrestre casi parece un programa que desde el cosmos llega a los que se encuentran afectados espiritualmente”, declaró John. E Mack en una ocasión.


Fuente: http://elmundosalud.elmundo.es/elmundosalud/2004/10/21/neuropsiquiatria/1098374479.html