La actitud que toman los escépticos respecto a una idea nueva, varía desde lo “blando” hasta lo “duro”. Aquí está un breve sumario de los dos extremos:

ESCÉPTICO DURO: Tienen ésta forma de razonar: “No hay razon para tomar con seriedad a ésta gente”, “cualquiera con media neurona en el cerebro puede ver que sus ideas están completamente infundadas”, “el tiempo que se gaste tratando de entender sus ideas y examinar su evidencia más allá de la necesaria para rebatirla es una perdida de tiempo, y la vida es corta, además, ese comportamiento les daría credibilidad y respeto”, “si los tomamos seriamente, tambien lo harán otras personas, debemos ridiculizar sus ideas para que otros vean qué tan estúpidas son”, “una buena carcajada vale mas que mil silogismos”.

ESCÉPTICO BLANDO: Tienen ésta forma de razonar: “Si desechamos las ideas de éstas personas sin darle una oportunidad justa podríamos encontrarnos con dos riesgos:

1: Podríamos perder a alguien que pudiera estar en lo correcto. La historia contiene muchos ejemplos.

2: Les daríamos un arma contra nosotros. Los ataques ad hominem y la lógica torpe nos rebajaría a su nivel. Si realmente somos las personas racionales que decimos ser, entonces debemos a éstas gentes su evidencia y luego pronunciar lo que consideremos nuestra opinión lógica sobre ésta.