Traducido de skepdic.com.

El Triángulo de las Bermudas (o el Triángulo del Diablo) es una área más o menos triangular en el Océano Atlántico bordeado apenas en sus puntos por Miami, Bermuda, y Puerto Rico. La layenda dice que mucha gente, barcos, y aviones han desaparecido misteriosamente en esta área. Sobre cuánta gente ha desaparecido misteriosamente dependerá de quien esté haciendo las localizaciones y las cuentas. El tamaño del triangulo varía desde 500,000 millas cuadradas hasta tres veces ese tamaño, dependiendo de la imaginación del autor. (Algunos incluyen en el “triángulo” a los Azores, al Golfo de México, y a las Indias del Oeste.) Algunos rastrean el misterio desde el tiempo de Colón. Aún así, las estimaciones van desde unos 200 a no más de 1,000 incidentes en los pasados 500 años. Howard Rosenberg) afirma que en 1973 la Guardia Costera de los EEUU respondió a más de 8,000 llamadas de auxilio en el área y que han habido más de 50 barcos y 20 aeroplanos que han caído en el Triángulo de las Bermudas en el siglo antepasado.

Muchas teorías se han dado para explicar el misterio extraordinaro de estos barcos y aviones perdidos. Desde extraterrestres malignos, residuos de cristal de la Atlántida, humanos malos con aparatos anti-gravitatorios y otras tecnologías extrañas, y remolinos que succionan materia de esta dimensión hacia la cuarta dimensión son los favoritos entre los escritores de fantasía. Los extraños campos magnéticos y las flatulencias oceánicas (gas metano desde el fondo del océano) son las favoritas entre los más orientados a los tecnicismos. El clima (tormentas, huracanes, tsunamis, terremotos, olas altas, corrientes, etc.) mala suerte, piratas, cargas explosivas, navegadores incompetentes, y otras causas naturales y humanas son los favoritos entre los investigadores escépticos.

Hay algunos escépticos quienes afirman que los hechos no soportan la leyenda y que no existe ningún misterio que resolver, nada que necesite explicación. El número de accidentes en esta área no es extraordinario, dado su tamaño, locación y la cantidad de tráfico que recibe. Muchos de los barcos y aeroplanos que han sido identificados como haber desaparecido misteriosamente en el Triángulo de las Bermudas no han sido en el susodicho triángulo. Las investigaciones a la fecha no han producido evidencia científica de algún fenómeno inusual envuelto en las desapariciones. Por eso, cualquier explicación, incluidas las llamadas científicas en términos de gas metano emergido del suelo del océano, disturbios magnéticos, etc., son innecesarias. El misterio real es cómo el Triángulo de las Bermudas se pudo haber vuelto un misterio.

La leyenda moderna del Triángulo de las Bermudas comenzó pronto despues de que cinco aviones de la Navy de los EEUU, el Vuelo 19 desapareció en una misión de entrenamiento durante una tormenta severa en 1945. La teoría más lógica es que falló el compás del piloto líder y entrenador, el Teniente Charles Taylor. Los aviones de los alumnos no estaban equipados con instrumentos de navegación que funcionaran. El grupo se desorientó y simple, aunque trágicamente, se les acabó el combustible. Es posible que ninguna fuerza misteriosa haya estado envuelta a excepción de la misteriosa fuerza de gravedad actuando en aviones sin combustible. Es verdad que uno de los aviones de rescate explotó poco después de despegar, pero esto debió haber sido debido a un tanque de gasolina defectuos más que debido a cualquier fuerza misteriosa.

A lo largo de los años han habido docenas de artículos, libros y programas de televisión promoviendo el misterio del Triángulo de las Bermudas. En su estudio de este material, Larry Kushe encontró que pocos hicieron algo de investigación en el misterio. En vez de eso, se pasaron las especulaciones de sus predecesores como si se estuvieran pasando el pergamino de la verdad. De las muchas cuentas del Triángulo de las Bermudas, ninguna ha hecho más en crear este mito que las de Charles Berlitz, quien tuvo un bestseller en el tema en 1974. Despues de examinar un reporte oficial de más de 400 páginas de la Navy Board of Investigation sobre la desaparición de los aviones de la Navy en 1945, Kushe encontró que el consejo de investigadores nunca estuvieron sorprendidos por el incidente y no mencionaron las supuestas transmisiones de radio citadas por Berlitz en su libro. De acuerdo a Kushe, lo que no era malinterpretado por Berlitz, era fabricado por él mismo. Kushe escribe: “Si Berlitz iba a reportar que un barco era rojo, la probabilidad de que fuera de cualquier otro color era casi completa.” (Berlitz, por cierto, no inventó el nombre; esto fue hecho por Vincent Gaddis en “El Mortal Triángulo de las Bermudas,” el cual apareció en la edición de Febrero de 1964 de Argosy, una revista devota a la ficción.)

En resúmen, el misterio del Triángulo de las Bermundas se volvió un misterio por un tipo de refuerzo comunitario entre autores sin criticismo y un medio masivo creyente que sin ningún empacho pasan en la especulación que algo misterioso sucede en el Atlántico.