Esta imagen fue tomada con una cámara digital de fotografía fija por Shannon Story, quien ahora tiene una página en su sitio de fotografía llamada HotRods. Ella estaba intentando tomar una fotografía de algunos insectos que recientemente habían aparecido en su patio, pero inmediatamente notó la similitud entre estas fotografías y los “rods” de Escamilla que había visto en televisión.

Shannon ahora tiene muchas fotografías de “rods” en su sitio, pero ella dice que esta es la que realmente la convenció de que estaba fotografiando insectos voladores. Muchos insectos, que ahora han sido identificados como Tiphiidae (Avispas Tiphiid), se pueden ver descansando en las hojas, mientras que uno en la esquina inferior derecha se ha transformado en un “rod” con el simple hecho de volar.


Conclusión: ¡Los “rods” de Escamilla son insectos borrosos en movimiento!

Muchos creyentes en “rods” insisten que, aunque saben que los insectos pueden parecer “rods” cuando se videograban a velocidades bajas de obturación, eso no prueba que todas las fotografías de “rods” son solo insectos. Sin embargo, una y otra vez, cuando la evidencia de los “rods” es examinada cuidadosamente, especialmente con respecto al patrón producido en cuadros de video consecutivos, vemos que la similitud entre “rods” e insectos no solo es superficial. De nuevo una y otra vez, ya sea que veamos las imágenes del propio Escamilla (incluyendo estas más recientes) u otras imágenes publicadas en la Red, vemos que los “rods” no solo son similares en apariencia general a las rayas borrosas causadas por insectos, sino que cuando los cuadros de video consecutivos son examinados, también muestran un movimiento aparente de “dos largos de rod por cuadro” (o un largo por campo), que es exactamente el mismo que el patrón producido por imágenes borrosas de insectos voladores o de bolas de aluminio voladoras. Este patrón es fácilmente explicado por la mecánica del proceso de captura de video.

Entonces, lo que nos queda es la afirmación que estos misteriosos animales vuelan “demasiado rápido para ser vistos” (lo que, por la relación anterior, es una velocidad de solo 66 kilómetros por hora, ó 18 metros por segundo, para un “rod” de un pie de longitud, o sea, aproximadamente la misma velocidad de muchos insectos voladores y más lento que otros más), y nunca aterrizan (lo cual implica que ya sea duermen, comen, beben, y se reproducen a esas velocidades “increíbles” o, a diferencia de los animales terrestres ordinarios, no necesitan hacer ninguna de esas cosas), y nunca mueren, ni de forma natural ni colisionando contra algo (o sus cuerpos inmediatamente desaparecen si sucede). ¡Y la única evidencia que existe es completamente indistinguible de las imágenes de insectos voladores!

Sinceramente espero que mi trabajo aquí te haya ayudado a llegar a tu propia conclusión.


Contacta al Autor: Roger “Sol” Harris