El planeta Venus, tan brillante que a menudo es confundido con una nave extraterrestre, alcanza su máxima luminosidad esta semana.

Imagine esto: se encuentra usted una noche conduciendo su auto en una carretera rural. El cielo es claro: las estrellas titilan. Las siluetas de los árboles iluminados por la luz de la Luna pasan suavemente por la ventanilla lateral. De pronto ¡flash! Una luz blanquiazul sale de un claro en el bosque. ¡Flash! ahí está de nuevo. Y otra vez, y otra más. Lo está siguiendo.

En las películas, es aquí cuando aterriza la nave espacial. Se abre la portilla, y unas fantasmagóricas luces verdosas inundan el camino. Algo extraño sale del vehículo… y usted tiene un encuentro cercano. ¡Hora de llamar a emergencias!

Descuide. Es sólo Venus, el segundo planeta desde el Sol.


Venus es el más brillante de todos los planetas. Hace que Sirio, la estrella más brillante en el cielo nocturno se vea pálida. Al caer el Sol, Venus se materializa cerca del horizonte en dirección oeste, donde su luz sale como rayos entre las ramas de los árboles, y puede hacerle pensar que está usted siendo perseguido por un ser del espacio exterior. Cuando lo ven no es sorpresa que mucha gente llame a emergencias para reportar un objeto volador no identificado.

Esta semana Venus (magnitud -4,5) llega a su máximo brillo. Es ocho veces más brillante que el planeta Júpiter (magnitud -2,3), 23 veces más brillante que Sirio (magnitud -1,1) y 275 veces más brillante que el planeta Marte (magnitud +1,6). Venus puede de hecho generar tenues sombras: solamente el Sol y la Luna la opacan.



Arriba: Mirando al oeste al aterdecer, a principios de mayo, 2004.


¿Porqué es Venus tan brillante? Es un mundo nebuloso, apenas más pequeño que la Tierra, y son esas nubes las que reflejan casi toda la luz del Sol que cae sobre ellas. Esta reflección parece ser especialmente intensa esta semana porque Venus se está acercando a la Tierra: se encuentra a solamente 72 millones de km — apenas a un corto paso de nosotros en la vasta escala del Sistema Solar.


Las nubes de Venus ocultan la superficie del planeta. Aún los mejores telescopios en la Tierra son ciegos a lo que ocurre bajo esa atmósfera. Pero si usted tiene un pequeño telescopio o unos binoculares, eche una mirada a Venus de todas maneras. Sí hay algo interesante que ver: Venus parece una gorda banana de color gris.


Al igual que la Luna, Venus tiene fases. Puede estar llena, menguante, media o creciente. Estas fases ocurren por la misma razón por la que ocurren las fases lunares: geometría. Un lado de Venus está iluminado por la luz del Sol, (su lado “diurno”). El otro lado está oscuro (el lado “nocturno”). Conforme Venus avanza en su órbita alrededor del Sol, se voltea hacia un lado, luego hacia el otro, hacia la Tierra. Por el momento en que Venus está orientada con su lado oscuro hacia nosotros solo podemos ver una parte de su lado diurno: de ahí el creciente.

En cierto modo las fases de la Luna y de Venus difieren: la Luna es brillante cuando está llena, y es pálida cuando está en fase creciente. Venus es exactamente lo opuesto. Alcanza su máximo brillo en fase creciente, y cuando está llena es menos brillante. Extraño pero cierto.

Los diagramas de abajo muestran porqué. Venus está llena cuando está del otro lado del Sol. Es menos brillante entonces porqué está mas lejos. En cambio, durante el creciente se encuentra más cerca, y es entonces más grande y brillante.


He aquí algo en que pensar mientras observa usted a Venus esta semana: ese delicado y hermoso creciente oculta un mundo infernal. La superficie del planeta esta completamente seca, y es lo suficientemente caliente como para derretir plomo. La atmósfera de Venus, 90 veces más pesada que la de la Tierra, está compuesta casi completamente de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero que atrapa el calor del Sol. La gruesa capa de nubes no ayuda en nada; ellas atrapan calor también, y están hechas de ácido sulfúrico. Las sondas-robot enviadas a Venus aterrizaron, pero nunca duraron mucho. La sonda rusa Venera 13 operó por 127 minutos — el record de todos los tiempos– antes de ser destruída por el ácido, el calor y la aplastante presión de la atmósfera venusina.

Y usted creía que Venus era aterradora cuando la confundió con un OVNI…


Fuente: http://ciencia.msfc.nasa.gov/headlines/y2004/03may_maximumvenus.htm?list488120