Fogatas y gritos salen del interior de una casa abandonada ubicada en el Noreste de la Laguna Alalay. En las paredes se lee -entre otras cosas- “Belcebú, te imboco” (sic).

Tétrica y tenebrosa es la casa abandonada de la Guardia Forestal Municipal, en el Noreste de la Laguna Alalay, a unas pocas cuadras de las oficinas de la Policía Técnica Judicial (PTJ).
Un gigante rostro demoníaco, junto a la leyenda “Los hijos de satán de la ciudad perdida” (sic), pintados aparentemente con carbón, dan la bienvenida al pasar la puerta.
En el ambiente enrarecido por el olor de los excrementos humanos dispersos por todo el piso, también se pueden observar similares inscripciones, estan pintadas con barro u otro tipo de materiales, como “Lucifer, Belcebú, Astartot, Lucifugo te imboco” (sic).
Una estrella volcada de cinco puntas, símbolo satánico, da pie para pensar que éste es un lugar en el que se practican ritos satánicos o misteriosos cultos, ya que se observa restos de fogatas y otras leyendas que parecerían estar escritas en idiomas extraños.
Así lo perciben los vecinos del inmueble, quiénes aseguran que en este espacio no sólo suceden cosas misteriosas, sino que además allí se reúnen ladrones, y menores dedicados al consumo de inhalantes y a la delincuencia. Están también otros delincuentes que siembran el terror al asaltar a sus víctimas, por lo regular ocasionales peatones y ciclistas que pasan por la zona.

Los días terroríficos

Una vecina de una casa cercana, que prefirió no identificarse, indicó que un día de cada mes, en fechas variables, observa que allí se reúnen misteriosos jóvenes vestidos de negro, quienes encienden fogatas dentro del inmueble, de donde en ocasiones se escuchan gritos.
Por su parte, el portero de un edificio cercano, quién también pidió permanecer en el anonimato, declaró que todos los días ve en el lugar reunirse a jóvenes con apariencia sospechosa -asegura que son drogadictos- que consumen bebidas alcohólicas y encienden hogueras con los marcos de las ventanas.
El hombre dice que algunos de estos visitantes se dedican a robar o a asaltar a los transeúntes y ciclistas que pasan por la Laguna Alalay, quienes piden auxilio a los scouts.
Por este motivo, el portero manifestó que en reiteradas ocasiones pidieron que la Alcaldía tomara cartas en el asunto, habilitando el edificio para el uso de los guardias municipales.
Sin embargo, la única respuesta que recibieron de la entidad edil fue la visita de los sucesivos alcaldes del Cercado, además de un par de limpiezas realizadas en el inmueble, la última de éstas hace ya varios meses.
El edificio casi terminado fue construido hace unos años y tiene varias dependencias en las que se reconoce, por la escasa cerámica que aún queda, dos baños.
La casa cuenta con un altillo al que es difícil subir por la carencia de escaleras y por su altura por encima de los tres metros.
No obstante, es notable que los ocasionales visitantes del edificio lograron llegar hasta ahí, habida cuenta de que en el altillo se puede leer desordenadas letras dibujadas.
Además de las misteriosas leyendas, existen también otras obscenas o que hacen referencia a que el espacio fue utilizado para el consumo de alcohol entre jóvenes, así como para reuniones de enamorados o curiosos.

Guardias Municipales

Todo el perímetro de la Laguna Alalay es vigilado por un reducido grupo de guardias municipales que realiza constantes rondas en bicicleta para evitar la acción de pescadores, daños al ecosistema y resguardar a los visitantes.
La mayor parte de este personal, que pernocta en una estrecha torre de madera, fue retirado hace varios meses por la Comuna, con el argumento de la carencia de fondos para mantener a la docena de guardias, de la que actualmente quedan sólo tres.
Uno de los oficiales municipales, Gerónimo Maldonado, dijo que en el inmueble abandonado confluyen alcohólicos y “polillas”.
Sin embargo, descartó que los hechos delictuosos se produzcan muy seguido ya que son impedidos por la vigilancia que realizan sus similares.
Maldonado señaló que en oportunidades el inmueble no sólo es utilizado como guarida de los antisociales, sino que algunos acuden allí para consumar actos carnales, como en el caso de una pareja que fue desalojada semanas atrás.
El funcionario explicó que la Alcaldía pidió una lista de requerimientos a su repartición para que durante este año el inmueble pueda ser refaccionado para ser habitable.

La Alcaldía

El Jefe de la Unidad de Medio Ambiente de la Alcaldía, Erick Beerel, manifestó que actualmente analizan diversas alternativas de financiamiento para habilitar el inmueble abandonado.
Se trabaja con la Fuerza Naval, así como con otras organizaciones que tienen proyectos para el monitoreo medioambiental del edificio.
La construcción total requiere de 120 mil bolivianos y espera contar hasta agosto con ese dinero para completar la obra.


Fuente: http://www.opinion.com.bo/PortalNota.html?CodNot=41040&CodSec=6