Muchos indígenas mayas no duermen en las últimas noches y están en vigilia para cazar al "Huay Kekén" (depredador diabólico en lengua autóctona), al que acusan de destrozar sus aves de corral.

En una comunidad indígena del estado mexicano de Yucatán, Texán Palomeque, las escopetas y algunos machetes acompañan a la población en su búsqueda nocturna del animal, que en Latinoamérica se conoce como "chupacabras", hasta ahora sin resultados. Una de las campesinas dormía en su casa de techo de lámina cuando escuchó ruidos en el patio de la vivienda. "Se alborotaron las aves. Tuve miedo. Se oía como algo grande que caminaba en dos patas", relató.

Hoy por la mañana, Abrisel Ek Baas encontró sus aves de corral, pavos y gallinas, destrozadas y mordisqueadas.

"Fue el Huay Kekén el que las mató", afirmó la mujer.

La voz popular dice que el "Huay Kekén" es un enorme animal con patas de caballo, cuerpo velludo de color gris y forma de mujer de la cintura para arriba, que emite un sonido muy agudo similar al de los murciélagos.

En otra de las comunidades, Chicxlub, el comisario municipal, Jorge Luis Aguilar, relató que todas las noches los habitantes montan guardia armados y que alguno describió a la supuesta bestia como "un perro de dos metros de alto, con ojos rojos que escupe fuego".

En la comunidad de Calcehtok la población se reúne en la plaza principal para asegurar la defensa; los niños y las mujeres se encierran en sus casas y los hombres, con rifles y lámparas de halógeno, vigilan desde los techos. La situación es preocupante y el secretario estatal de Protección y Vialidad, Javier Medina Torre, exhortó a la población a mantener la calma.

Explicó que "si bien no existe esa bestia, la cacería podría ocasionar que le dispararan a alguna persona y esto ya se convertiría en una acción grave".

Aunque parece que nadie le hizo caso, ya que en algunas comunidades se han formado una suerte de consejos para la defensa de las familias y sus bienes.

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