En un garaje de Oxfordshire, Inglaterra, apareció dentro de un frasco lo que pretendió ser la prueba científica de la existencia de los dragones, seres fantásticos, protagonistas de innumerables relatos literarios. Sin embargo, no es más que un engaño. Junto con el muñeco sumergido en formol había un documento escrito en un estilo de alemán correspondiente al siglo XIX -época de gran rivalidad entre científicos ingleses y germanos- con la desoída recomendación del Museo Británico de Historia Natural de destruir el fraude.

Fuente: http://axxon.com.ar/not/134/c-1340102.htm