La medicina tradicional china crece a cuenta de las modas y de los pacientes desahuciados por la Seguridad Social.Seis centros y una veintena de profesionales se anuncian en las «páginas amarillas»

No menos de seis clínicas de acupuntura se anuncian en las páginas amarillas de la guía telefónica de León con una demanda de casi 20.000 consultas al año rebotadas desde la Seguridad Social o de pacientes atraídos por la moda de las medicinas orientales, lo que da lugar a un floreciente negocio cada vez más competitivo con los despachos privados de los médicos de toda la vida. Aunque sin permiso para recetar, los acupuntores complementan sus terapias con la homeopatía, la herboristería o naturopatía y los masajes, asegurando curar o, al menos, aliviar cualquier tipo de enfermedad que no sea infecciosa: dolores de músculos y articulaciones en general, artritis, artrosis, reumatismos, asma, bronquitis, alergias, páralisis facial, etcétera.

La mayor parte de los profesionales que ejercen la acupuntura en León son enfermeros o médicos nacidos aquí mismo, aunque no faltan orientales como el doctor Gunu Kim Guon, llegado desde Corea del Sur y que aterrizó en la provincia de la mano de un tío suyo que había desarrollado ya este tipo de actividad en el País Vasco. Kim. que lleva veintidos años en León, dirige actualmente la clínica Gunu en la avenida de la Facultad, donde se lamenta de que no haya convalidación de títulos médicos entre su país y España. Sus únicos colegas que ostentan el título oficial de medicina han tenido que obtenerlo después de doctorarse en Madrid o Navarra, donde, según él, intentan pasar por especialistas en naturopatía u homeopatía, pero sin validez académica ni oficial por el momento.

De 40 a 60 años

Según Kim, el retrato robot o perfil de sus clientes se corresponde con una persona de 40 a 60 años, aquejada de dolores y problemas en las articulaciones y los músculos, y que recurren a él después de no encontrar alivio en tratamientos convencionales de la medicina occidental. También acuden enfermos casi terminales de dolencias como el cáncer o de algunas enfermedades infecciosas, «que yo no puedo curar, pero sí aliviar sus síntomas o mejorar la calidad de vida del enfermo». En general se trata de pacientes que no se encuentran satisfechos con el tratamiento que reciben en la Seguridad Social y que optan por recurrir por su propia cuenta y riesgo a medicinas alternativas, entre las que incluyen también la dígitopuntura o simples técnicas de relajamiento, también de origen más o menos exótico.

El médico acupuntor Kim, que llegó a León procedente de Seul en 1975, después de haber estudiado en aquella universidad sin llegar a convalidar aquí su título, atiende aproximadamente una media de diez a quince pacientes diarios, un número que supone similar al de sus colegas de otras clínicas leonesas. La duración media de un tratamiento suele ser de tres veces por semana hasta que comienza a restablecerse el paciente, tras lo cual se pasa a una sesión semanal, aunque hay enfermos crónicos que atiende desde hace casi veinte años, cuanto se instaló en León: «algunos son casi centenarios o pasan de los noventa».

Las consultas de la medicina paraoficial tienen la ventaja de que su precio no suele superar el de las clínicas convencionales —menos de treinta euros—y que hasta ahora no ha habido ningún tipo de reclamaciones por negligencias o daños irreparables en la salud del enfermo, algo relativamente frecuente en los hospitales y centros de la sanidad oficial. En cuanto al crecimiento en el número de pacientes todos los acupuntores lo dan por seguro con una clientela que aumenta «de boca a boca», como la de los curanderos, sin necesidad de publicidad.

Para abrir una clínica basta con un curso de 18 meses y pagar una licencia fiscal

El Instituto Leonés de Acupuntura es el centro más antiguo del noroeste de España en este tipo de terapia oriental, según su director, Fulgencio Revuelta, que también a finales de los ochenta fue presidente del gremio de escuelas y academias del sector. «Había varias homologadas, incluída la de León, aunque sin título oficial: sólo diplomas que acreditaban haber pasado un curso de 18 meses para enfermeros o médidos».

Según Revuelta es difícil calcular, a falta de estadísticas oficiales, tanto el número de pacientes como el de profesionales que acuden a las clínicas de acupuntura, regentadas siempre en régimen privado. «Si somos seis en la guía de teléfonos el número de consultas al año pueden pasar de 20.000, pero hay que contabilizar también a los que no figuran en ninguna parte y también a quienes trabajan a título particular casa por casa».

Los centros de acupuntura comenzaron a ponerse de moda hace una veintena de años, coincidiendo con la intoxicación masiva por el aceite de colza, que en León dejó decenas de muertos y centenares de enfermos que en la época no tenían solución en la medicina oficial y buscaban a la desesperada cualquier tipo de alivio. La acupuntura también se lo dío hasta que se encontraron fármacos eficaces.

Según Revuelta, en la provincia ejercen legalmente la acupuntura una veintena de profesionales, aunque es difícil saber cuántos más lo hacen sin permisos oficiales. Paradójicamente en esta actividad son mayoría los extranjeros sudamericanos que los de origen oriental. «La razón es sencilla: Francia fue la primera nación europea que se interesó por las técnicas de medicinas orientales y allí iban muchos argentinos para estudiarlas a 12.000 kilómetros de su pueblo, por eso hay tantos ejerciendo la acupuntura aquí ahora, mientras que nosotros teníamos la escuela al lado y llegamos más tarde».

Nacionalidades aparte, Revuelta considera que la proliferación de centros de acupuntura se ha desmadrado, «porque basta con una licencia fiscal y poco más para darse de alta en la actividad». Por el momento tampoco hay ninguna asociación de acupuntores que vele por sus intereses y los de sus pacientes, de modo que el intrusismo campa por sus respetos en el sector. «Se están utilizando las agujas sin ningún tipo de control en las salas de masajes o por cualquiera que sepa algo de anatomía. ¿Permisos oficiales? Una licencia fiscal de Hacienda para cobrar impuestos, porque nadie más se ocupa de regular la actividad».

Derecho a reclamaciones como consumidores, no como pacientes

Sanidad de Castilla y León (Sacyl) no tiene ningun tipo de registros ni realiza controles sobre técnicas médicas o sanitarias alternativas a la sanidad oficial, como la acupuntura, según su portavoz y jefe territorial para León, Santiago Travieso. «No hay nada, simplemente porque la acupuntura no está reconocida oficialmente como especialidad médica».

Los miles de ciudadanos que acuden cada año a los acupuntures en busca de remedios que no encuetran en la sanidad convencional, ya sea pública o privada, no cuentan para el Sacyl, que se limita a ignorarlos. «Si el acupuntor es un médico, los controles o permisos serán los mismos de cualquier otra consulta, pero si no es un profesional con título sanitario reconocido, no hay más permisos oficiales que los que pueda pedir a Hacienda en forma de licencia fiscal, porque a nosotros no nos incumbe». Incluso en el supuesto de que de la actividad de un centro de acupuntura perjudicara a un paciente «las reclamaciones tendrían que ir por la Ley de Consumo, pero no por las normas de Sanidad, porque no hay nada regulado».

Por el contrario y en contraste con la acupuntura el Ministerio de Sanidad tiene perfectamente regulada la actividad de los profesionales que, con muy escasa cualificación, trabajan en tatuajes de piel o pearcing ante la alarma social que en su día provocó el contagio de hepatitis por el uso de agujas como instrumento punzante. Para las milenarias técnicas médicas de la acupuntura, sin embargo, no existe ningún tipo de controles.

La acupuntura consigue aliviar el dolor en nueve de cada diez pacientes

La acupuntura alivia el dolor crónico que producen diversas enfermedades en nueve de cada diez pacientes que se someten a ella, según los resultados de la primera fase del mayor estudio que existe sobre esta cuestión y en el que han participado hasta ahora 40.123 pacientes.

En Alemania existen, según la Universidad de Bochum, unos 40.000 especialistas en acupuntura, , aunque sólo 1.500 pueden acreditar una formación completa como médicos.

Según la Universidad de Bochum (oeste de Alemania), promotora de la investigación, la mitad de los pacientes que participaron en el proyecto experimentó un alivio notable de sus dolores de espalda, cabeza, rodilla o cadera tras someterse a cuatro sesiones de acupuntura.

La segunda fase del estudio intentará determinar si existe un «efecto placebo» que explique ese alivio y hasta qué punto la acupuntura puede ser efectiva en comparación con otros métodos convencionales.

Los 7.039 médidos especialistas colegiados que trataron a esos pacientes entre los pasados meses de marzo y octubre no constataron prácticamente ningún efecto secundario derivado del tratamiento de acupuntura, con el que sonsiguieron atenuar sobretodo dolores de espalda, pero también casos de artrosis.

El número de sesiones que se necesita para alcanzar los resultados esperados suele ser bajo, ya que sólo el dos por ciento de los pacientes necesitaron más de diez para conseguirlos. En las siguientes fases del estudio se compararán asimismo diversos tipos de acupuntura como el chino tradicional y otro desarrollado por los promotores del estudio.

La acupuntura consiste en introducir agujas especiales, muy finas y de una longitud que oscila entre siete y veinte milímetros, dependiendo de la parte del cuerpo humano al que estén destinadas, en determinados puntos de la piel que según la medicina tradicional china forman parte de las líneas «qi» de energía vital, la interrupción de cuyo flujo provoca enfermedades. La acupuntura es compatible con otros tratamientos médicos.

Varias cajas de ahorro alemanas han financiado con 7,5 millones de euros esta investigación, en la que participan también las universidades de Heidelberg, Marburg y Maguncia.

Inócua y sin riesgos

¿Para qué sirve?

Activa la circulación sanguínea, elimina las toxinas, evita la retención de líquidos y facilita la oxigenación.

Incompatibilidades

Ninguna. Sólo se debe procurar no comer inmediatamente antes de la sesión y no darse un baño inmediatamente después. La acupuntura no es incompatible con otros tratamientos, pero sí lo es con el embarazo.

Complementaria

Generalmente esta terapia es complementaria a otros tratamientos con medicación convencional.

Fuente: Diario de Leon (www.diariodeleon.com)